Divide y vencer¨¢s
Si Zapatero dividi¨® y venci¨®, imag¨ªnense las divisiones que pueden producir los organismos que tienen esta tarea encomendada
Este mes de abril se cumplen treinta a?os de una de las discusiones m¨¢s interesantes que se han vivido en Catalu?a, la supresi¨®n de la corporaci¨®n metropolitana de Barcelona, un conflicto que explica y resume la mayor parte de debates en los que vive sumido el pa¨ªs. La discusi¨®n que se produjo define las inseguridades y los vac¨ªos que enfrentaron a Maragall y a Pujol y que llegan hasta aqu¨ª.
Reza el dicho que dice Pujol ten¨ªa Catalunya en la cabeza de la misma manera Maragall ten¨ªa Barcelona dentro de la suya, pero esa confrontaci¨®n y sus consecuencias hist¨®ricas puede que indiquen que cada cual ten¨ªa la imagen que se hab¨ªa forjado de su espacio, y que ninguno de los dos se atrevi¨® a pensar completa una patria tan peque?a. Estamos en 1987, mayor¨ªas absolutas socialistas con un Maragall que no es el que ser¨¢ veinte a?os despu¨¦s, con LOAPA y unas inercias hist¨®ricas que, si hoy todav¨ªa son vigentes, entonces eran fort¨ªsimas. La defensa del feudo, sea el ¨¢rea metropolitana, sea la Catalu?a interior, son un s¨ªntoma de debilidad ante un poder mucho mayor, el del Estado.
Si alguna divisi¨®n le iba bien a todos y cada uno de los gobiernos estatales era la que describ¨ªa Barcelona y Catalu?a como dos entidades ajenas la una a la otra. As¨ª, ni Barcelona se sentir¨ªa capital, ni Catalu?a se sentir¨ªa pa¨ªs. Los intelectuales de la ¨®rbita del PSC, tan acariciados en el lomo desde Madrid, folclorizaban Catalu?a hasta ridiculizarla. Dejaban constancia que ellos no hablaban raro y buscaban el reconocimiento a trav¨¦s del cosmopolitismo. Tanto lo buscaron que, poco a poco, se convirtieron en eso, en un gran F¨®rum de las Culturas. Fue solo un a?o despu¨¦s de que Maragall fuese presidente y se diese cuenta, al fin, de qu¨¦ iba el poder de verdad cuando hablamos de las relaciones entre naciones, entre hegemon¨ªas. Cuando ya no se trataba solo de empujar el ¨¢rea metropolitana sino el pa¨ªs entero.
Tanto entendi¨® Maragall los errores anteriores y las limitaciones a las que ten¨ªa que hacer frente que impuls¨® la reforma de un Estatut que luego CiU se encarg¨® de recortar. La peque?ez de los peque?os es as¨ª. Hasta Zapatero sab¨ªa jugar mejor sus cartas que los pol¨ªticos catalanes. Y si Zapatero, que no era ninguna lumbrera, dividi¨® y venci¨®, imag¨ªnense la cantidad de divisiones que pueden producir todos los organismos que, entre otras muchas, tienen esta tarea encomendada.
La peque?ez tiene sus herederos, ?qui¨¦n no quiere heredar un poco de miseria? Si los proyectos maragallista y pujolista tuvieron tanto ¨¦xito, ?por qu¨¦ no repetir la jugada? Si duraron m¨¢s los partidos que los beneficios que trajeron a los ciudadanos, porque no volver a las andadas y sacar las rentas que sean pertinentes. ?Por qu¨¦ no volver a atrincherarse tras el ¨¢rea metropolitana? Ya nos inventaremos un nuevo movimiento con la Iniciativa de siempre y volveremos a levantar las barreras que sean necesarias.
Suceder¨¢ tambi¨¦n lo de siempre, que el ¨¢rea metropolitana es valiente con los peque?os y cobarde con los poderosos. Pasar¨¢ que le dir¨¢n desde Madrid c¨®mo gestionar el puerto o si tiene avi¨®n para Tokio es un apeadero de Barajas. Pasar¨¢ que la castraran pol¨ªticamente a cambio de darle el espejo deformado del pa¨ªs a quien deber¨ªa representar. Barcelona mirar¨¢ por encima del hombro todo lo que est¨¦ a treinta kil¨®metros, pero como buena sirvienta seguir¨¢ pidiendo permiso a Madrid con la peque?ez de los peque?os. Eso s¨ª, lo har¨¢ de manera ecol¨®gica y con alg¨²n festival solidario u otro de por medio. ?Ciudades invisibles? Hay ciudades con vocaci¨®n de invisibilidad. Es la nueva pol¨ªtica, tan heredera de la vieja, que cree que solo puede sobrevivir si se adapta a la cuadr¨ªcula que le trazaron en su d¨ªa.
Barreras las hay por doquier. Si el corredor mediterr¨¢neo no supusiese tambi¨¦n un empuj¨®n al corredor cultural y pol¨ªtico que une Catalu?a con el Pa¨ªs Valenciano, har¨ªa a?os que tendr¨ªamos Barcelona y Valencia a un par de horas. El muro que han construido para que no se construya el corredor es el mismo que utilizaron para que no se viese TV3, el mismo que define como diferentes las lenguas de Benicarl¨® y Amposta.
Lo que siempre sorprende de hoy es lo atado y bien atado que est¨¢ todo al antes de ayer. Y lo bien que se han acostumbrado algunos nuevos movimientos pol¨ªticos a las ataduras y a los treinta a?os de paz. Sin gloria, eso s¨ª.
Francesc Ser¨¦s es escritor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.