El toro del ¡®Guernica¡¯
Dentro y fuera del museo, la gran tela sigue siendo testigo de un pasado de guerra atroz y provoca nuevas lecturas en el presente
Sea lo que sea que Picasso congreg¨® en el cuadro, veamos en ¨¦l lo que veamos, el Guernicaestar¨¢ siempre en relaci¨®n con la guerra total, el nuevo tipo de guerra iniciada por el bombardeo nazi de la villa foral vasca en 1937. Este 26 de abril se cumplieron ochenta a?os del bombardeo y se cumplen los mismos del gran ¨®leo: la Exposici¨®n Internacional abri¨® con ¨¦l en la capital francesa el 25 de mayo del mismo a?o. Ocho d¨¦cadas, y el Guernica sigue en la brecha.
Estos d¨ªas nos salta a los ojos como ropaje del toro de Osborne. Atrae m¨¢s que su historia art¨ªstica revisada en una exposici¨®n en el Reina Sof¨ªa. El cuadro viste al toro bravo en lo alto del parque natural de Las Salinas, en Santa Pola. Catorce metros de alto: cuatro veces m¨¢s que el cuadro, que mide 3,49 x 7,7 metros. Se ve al aire libre y de lejos, desde tantas perspectivas de esta silueta de toro bravo que permanece enhiesta desde que en 1956 que se alz¨® aqu¨ª y all¨¢, unas d¨¦cadas tambi¨¦n han transcurrido. Lo ha tuneado, vestido, el artista urbano Sam3, de reputaci¨®n internacional, uno de los colaboradores del brit¨¢nico Banksy por el planeta.
Sam3 (Elche, 1980; criado en Murcia) critica as¨ª la tauromaquia, afirma. Cabe pensar que conoce la importancia de la tauromaquia en la obra de Picasso, tambi¨¦n en el Guernica, donde el toro tiene relevancia ic¨®nica de primera categor¨ªa. Pero no se trata de eso. Lo que cuenta, finalmente, es lo que el cuadro inspira desde hace ochenta a?os. Sam3 alega que ¡°el Guernica es guerra y todo lo que significa: horror, abuso, desastre, muerte, v¨ªctimas y espect¨¢culo¡±. Lo interesante es esto ¨²ltimo, el car¨¢cter de espect¨¢culo que el artista vivo ve en el r¨¦quiem sobre la cultura europea que el artista ya muerto pint¨® en 1937 tras conocer la masacre de las gentes de Guernica en un d¨ªa de mercado.
?Es el Guernica un espect¨¢culo? A la vista de todo aquello en que se han convertido tantas de nuestras guerras actuales ¡ªim¨¢genes recurrentes, a menudo falsas o distorsionadas por los objetivos de las c¨¢maras fotogr¨¢ficas y de la televisi¨®n, siempre presentes alrededor de los que no vivimos directamente la guerra y a la vez inocuas¡ª el grafitero lleva su parte de raz¨®n. Como no deja de ser un aspecto del espect¨¢culo que, de momento, su toro tuneado de Guernica haya sido aplaudido por el Ayuntamiento local y, de momento, ah¨ª se queda.
Elocuencia del Guernica, siempre. A?o tras a?o se pueden rastrear sus efectos en el mundo de hoy. Uno de sus momentos capitales recientes m¨¢s iluminadores se di¨® el 5 de febrero de 2003: el secretario de Estado norteamericano, entonces Colin Powell, hac¨ªa una declaraci¨®n televisiva en la sede de la ONU para anunciar el inicio de otros bombardeos, en Irak. Esa guerra de la que todav¨ªa no sabemos evaluar sus efectos, incluidos los del terrorismo internacional. Detr¨¢s del general, al final del plano televisivo, apareci¨® en las pantallas el tapiz del Guernica que all¨ª est¨¢; no una copia, sino su versi¨®n en tapiz. Al haber sido concebido por Picasso de manera que se vea bien de lejos (como el toro tuneado), su alegato contra la guerra vibr¨® en las teles como un perjurio, una blasfemia, una violencia hist¨®rica. El Guernica como ant¨ªdoto de la posverdad, dir¨ªamos hoy. El tapiz fue censurado de inmediato, tapado. Demasiado zafio, declarar la guerra con ¨¦l a tu espalda, como si te respaldara. Imposible.
Y ahora, con otra enjundia, este tuneado del motivo visual paisaj¨ªstico franquista por excelencia. El reina Sof¨ªa recuerda el Guernica sin hablar de Guernica, pero la cosa no funciona as¨ª. Aquel bombardeo signific¨® mucho y no todo est¨¢ bien divulgado. A menudo se obvia que el bombardeo fue un regalo de la Legi¨®n C¨®ndor a Hitler en su cumplea?os. As¨ª como suena. Unos meses antes, cuando el jefe nazi decidi¨® apoyar a Franco en julio de 1936 mandando aviones y personal militar a Sevilla (la Operaci¨®n Fuego M¨¢gico), su oficial Goering le convenci¨® de que la insurrecci¨®n franquista era ocasi¨®n de probar la guerra en alfombra. Pens¨® luego en Guernica y en hacerlo un d¨ªa antes del cumplea?os de Hitler, el 20 de abril, como sorpresa y regalo de aniversario. No se sabe por qu¨¦ la atrocidad pas¨® al lunes siguiente, el d¨ªa 26. A ese mismo d¨ªa se pospuso, en consonancia, el desfile militar en Berl¨ªn que celebr¨® el cumplea?os del F¨¹hrer. Matanza en Guernica, desfile en Berl¨ªn.
El Guernica siempre cuenta cosas, dentro y fuera del museo.
Merc¨¨ Ibarz es escritora y profesora de la UPF
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- El Guernica
- Bombardeo Guernica
- Desfiles militares
- Pablo Picasso
- Cuadros
- Cubismo
- Bombardeos
- Actos militares
- Guernica y Lumo
- Guerra civil espa?ola
- Arte siglo XX
- Movimientos art¨ªsticos
- Pintura
- Franquismo
- Ataques militares
- Catalu?a
- Pa¨ªs Vasco
- Fascismo
- Artes pl¨¢sticas
- Dictadura
- Ultraderecha
- Historia arte
- Defensa
- Ideolog¨ªas
- Historia contempor¨¢nea