No se ve, no se nota
La ¨²nica manera de destapar las alcantarillas del Estado, est¨¢ claro, es la movilizaci¨®n. La que sea
Las comisiones que se han reunido con motivo de la Operaci¨®n Catalu?a no tienen desperdicio, son uno de los mejores res¨²menes de la historia reciente de este pa¨ªs. Encajan con la mayor parte de los esc¨¢ndalos, de Intxaurrondo a las sociedades paname?as del fiscal Anticorrupci¨®n, que han convertido en una broma de mal gusto eso que llamamos democracia espa?ola.
Las cloacas del Estado no huelen, o al menos esa es la conclusi¨®n que podemos sacar de la escasez de noticias y de las pocas consecuencias pol¨ªticas que va a tener la Operaci¨®n Catalu?a. Hemos asumido que no va a pasar nada y que puede que incluso lleguemos a ver condecorar a quienes la planearon. Es lo que se ha hecho desde 1975 con los que han colaborado en el mantenimiento de la red de alcantarillado. Uno tiene la sensaci¨®n de que si no llega a destaparse el GAL, hoy tendr¨ªamos a sus integrantes en un altar.
Estamos en medio de una tormenta perfecta. Los medios, d¨¦biles y debilitados, dependen cada vez m¨¢s de los conglomerados econ¨®micos que, a su vez, dependen de las decisiones que tome el Estado para favorecerlos. La crisis, el surgimiento de nuevos partidos y el independentismo han ense?ado a grandes corporaciones, medios e instituciones que el peligro de ca¨ªda es real, que aunque Urdangar¨ªn siga en Suiza y nadie tenga el valor de publicar la fortuna del rey em¨¦rito (ah, los medios, ?qu¨¦ papel¨®n!) D¨ªaz Ferr¨¢n est¨¢ en la c¨¢rcel. Han comprobado que pueden salir sus nombres en los papeles de B¨¢rcenas y que es posible destrozar una familia otrora poderosa como la Pujol. Han visto confesar a Prenafeta y Alavedra.
La red de intereses es tan tupida que cualquier movimiento no previsto tiene consecuencias nefastas para sus beneficiarios. Y esta geograf¨ªa s¨ª que est¨¢ repartida democr¨¢ticamente por todo el territorio. La generaci¨®n de Ram¨®n Espinar hijo no puede sostenerse sobre los mismos resortes que la de Ram¨®n Espinar padre, b¨¢sicamente porque la generaci¨®n padre ha sido capaz de pulirse todo un sistema de cajas de ahorro. La gestapillo de los tiempos de Aguirre se encarg¨® de que el sistema funcionase, pero ya no m¨¢s.
En Valencia van a pagar durante d¨¦cadas la gesti¨®n dolosa del PP, la foto de Camps, Barber¨¤ y Alonso saludando desde el deportivo. Eran otros tiempos y otras cloacas, esta vez en forma de metro y de silencios de Canal 9. Todav¨ªa resuenan los ecos de las palabras de Rajoy, dirigidas a Alfonso Rus, ¡°te quiero, co?o¡±, ¡°tus ¨¦xitos son los m¨ªos¡±. En Andaluc¨ªa, con un fracaso escolar y paro alt¨ªsimos, se ha jugado con los cursos de formaci¨®n y las pensiones de jubilaci¨®n. Pues bien, pese al caso ERE, el statu quo reinante no par¨® hasta encumbrar estrepitosamente a Susana D¨ªaz. Algo les deb¨ªa ir en el asunto, ?no creen? ?Y qu¨¦ les voy a decir del Palau, ese sumidero con p¨¢tina cultural que se ha infiltrado en lo m¨¢s granado de la sociedad catalana, y que financi¨® con dinero sucio a partidos y a particulares?
Las cloacas y el Estado necesitan estabilidad. Por eso, despu¨¦s de los ¨²ltimos movimientos tenemos doblando jornada a los fontaneros de Moncloa, Ferraz y ministerios. El caudal de ejemplos que pasa bajo nuestros pies es inagotable. Hablamos del pasado pero tambi¨¦n del presente. No hace nada hemos visto que se han construido unas cloacas bajo el Mediterr¨¢neo, las m¨¢s rentables para ese estado de constructoras, energ¨¦ticas y palcos de campos de f¨²tbol. De puntitas pasamos para no molestar a Florentino P¨¦rez, no vaya a ser que se levante una ceja. Una buena condecoraci¨®n: mil trescientos millones legales bendecidos por gobiernos de todos los colores. La mejor cloaca es siempre la que aparece limpia a la luz p¨²blica, la que no se ve, la que no se nota, la que no se siente si no se est¨¢ cerca de la falla s¨ªsmica.
La ¨²nica manera de destapar las alcantarillas, est¨¢ claro, es la movilizaci¨®n. La que sea. ?Se imaginan la de casos de corrupci¨®n pol¨ªtica, judicial y empresarial que hubiesen aparecido si el trasvase se hubiese acabado realizando? Cemento, agua, riegos, golf y turismo, del Ebro a Suiza y de Murcia a Panam¨¢. Hoy podemos decir que menos mal que la gente se opuso, en vez de un trasvase tendr¨ªamos una enorme cloaca.
Es una lecci¨®n que no aprendemos, que caemos en la tentaci¨®n de utilizarlas los unos contra los otros. Y que utiliz¨¢ndolas nosotros tambi¨¦n olemos.
Francesc Ser¨¦s es escritor
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