De Manu Leguineche a la era de Twitter
El periodista Juan Cruz repasa a su vida profesional y la historia reciente de Espa?a en "Un golpe de vida"
Juan Cruz (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1948) se dice un esclavo del periodismo, de un oficio que le define m¨¢s que cualquier otra cualidad. Las primeras elecciones de la Transici¨®n, de las que se acaban de cumplir 40 a?os, las vivi¨® ya en una redacci¨®n, como corresponsal en Londres del reci¨¦n nacido diario El Pa¨ªs, escuchando por la radio las noticias que llegaban desde Espa?a. Hoy reniega de los vicios de la profesi¨®n en la era de las redes sociales, a la que acusa de haber sustituido el rigor por los v¨ªdeos virales, pero apuesta, contra el pron¨®stico de la mayor¨ªa, por un futuro del periodismo en papel.
Pregunta: El libro comenz¨® llam¨¢ndose El oficio invencible pero, mientras lo escrib¨ªa, mud¨® su t¨ªtulo a Un golpe de vida.
Respuesta: Iba a escribir un libro sobre c¨®mo me hizo ser humano el oficio de periodista pero, de pronto, ocurrieron en mi vida acontecimientos familiares que me dejaron tocado. Mi tesis es que una persona siempre est¨¢ marcada por lo que le sucede. Si eres escritor, te condiciona hacerlo en un momento de melancol¨ªa. Como periodista has de contarlo como es. Yo en el libro escribo de mis sentimientos humanos; en el peri¨®dico no me dejo llevar por ello.
P: Una de las m¨¢ximas que todos aprendemos nada m¨¢s pisar una facultad de periodismo es que la objetividad no existe.
R: No, pero hay distintas formas de interpretar una noticia. Seg¨²n con qui¨¦n hables tendr¨¢s una noticia u otra, una perspectiva u otra. El periodista es consecuencia de lo que escucha y ve. Objetivo no es ni el de una c¨¢mara de fotos.
P: Comienza el libro citando a algunos de sus referentes en la profesi¨®n. Y uno de ellos es vasco, Manu Leguineche.
R: Era un periodista altamente completo porque ten¨ªa mucha cultura y, por tanto, mucho poder de met¨¢fora. Cuando iba a los sitios, ya sab¨ªa el terreno que pisaba. Ten¨ªa tambi¨¦n el grado adecuado de melancol¨ªa, contaba lo que ve¨ªa desde un punto de vista humano. No era un periodista despiadado. Era cultura y sensibilidad puestas al servicio de un oficio.
P: ?No es parad¨®jico que atribuya esa invencibilidad al periodismo precisamente ahora que es un oficio tan denostado y en crisis?
R: Yo creo que los elementos principales del periodismo, comprobaci¨®n, contraste, relevancia, sobrevivir¨¢n. Lo que no me gusta es que se diga que en las redes hay periodismo. No, hay comunicaci¨®n. Y la comunicaci¨®n tambi¨¦n es propaganda y puede desembocar en silencio. El que se esconde, a veces detr¨¢s de un seud¨®nimo, en las redes sociales es un individuo que puede tener intereses espurios para dar a conocer rumores tendentes a perjudicar a otros.
P: ?Qu¨¦ opina del ciudadano periodista, esa moda de hace unos a?os que pretend¨ªa convertir en periodista a cualquiera con un m¨®vil?
R: Por fortuna, en El Pa¨ªs esto dur¨® como un caramelo en la puerta de un colegio. Todo es periodismo ciudadano. Los periodistas solo tienen sustantivos, no adjetivos. El peligro llega cuando se habla de periodismo de opini¨®n, por ejemplo. Esto no existe. La opini¨®n no es periodismo; se publica en los peri¨®dicos, pero no es periodismo.
P: Incluso a veces la firman periodistas.
R: A veces la firmo yo, s¨ª, pero estoy en contra. El periodista puede analizar, enfocar una noticia, dar luz a un aspecto determinado de la noticia, pero opinar, sobre todo sobre algo que uno no ha trabajado, ignorando c¨®mo se ha elaborado dicha noticia, es extremadamente peligroso.
P: A lo largo del libro trasluce en varios momentos esa idea de que el periodista lo es siempre a tiempo completo, de cierta endogamia que siempre ha arrastrado la profesi¨®n.
R: Mi mujer, que se separ¨® de m¨ª en parte por esto, y que ahora vive conmigo otra vez, a veces me mira y me dice: ?deja eso ya! Pero yo soy un esclavo del oficio, convivo con ¨¦l desde que ten¨ªa once a?os. Es imposible que yo me sustraiga de esto, soy un drogadicto del oficio. A veces me encierro en el ba?o para que no vean que estoy trabajando, dictando una cr¨®nica. Cuando veo que pasa algo que debo contar, me escapo de cualquier sujeci¨®n matrimonial o filial.
P: ?Somos los periodistas tan eg¨®latras como se dice?
R: Bueno, algo de egocentrismo tiene que tener toda persona que se dedique a cualquier oficio. Y un periodista, cuando escribe, se tiene que gustar. Cuando elabora una informaci¨®n, cuando redacta el lead¡ El m¨¦dico es el primero, es la profesi¨®n m¨¢s importante, pero el periodista es imprescindible en cualquier sociedad. Todas, democr¨¢ticas o dictatoriales, dependen en gran medida del periodismo.
P: ?Qu¨¦ es lo peor que le ha dado el periodismo?
R: El momento actual de precariedad laboral, con tantos j¨®venes, tambi¨¦n mayores, que se han quedado fuera del oficio por culpa de las restricciones, la gratuidad del periodismo y la dificultad para ingresar con derechos laborales plenos en las plantillas.
P: ?Le gustar¨ªa que volviese el periodismo de hace 40 o 50 a?os?
R: No. Me gustar¨ªa que volviera el respeto por periodismo de papel.
P: ?Le ve hueco?
R: En eso soy un garbanzo negro. Estoy convencido de que el periodismo volver¨¢ a tener importancia tambi¨¦n en los kioscos. Y creo que lo que tiene que hacer es recuperar el rigor. A lo que nos ha acostumbrado el periodismo digital es a que sea importante tambi¨¦n lo irrelevante, el puro entretenimiento.
P: Son unas memorias que se retrotraen d¨¦cadas y, sin embargo, dedica muchas p¨¢ginas a la Espa?a surgida del 15M, a Podemos. A estos les lanza bastantes cr¨ªticas.
R: No son ataques, son descripciones de lo que yo he vivido con ellos. Hace unos d¨ªas present¨¦ un libro de Luis Alegre, uno de los fundadores de Podemos; en la feria del libro vino a verme y a darme un abrazo Juan Carlos Monedero; he almorzado hace poco con ??igo Errej¨®n, tambi¨¦n con Manuela Carmena, a la que dediqu¨¦ un art¨ªculo en el diario AS tan elogioso que me pusieron verde los ¡®antipodemos¡¯. Pero hay actitudes de determinados l¨ªderes de Podemos, como Pablo Iglesias, que me parecen irrespetuosas, y yo soy un defensor a ultranza de un lenguaje respetuoso con el adversario.
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