¡°Los calcetines son la nueva corbata¡±
Una tienda de Chueca vende solo esta prenda, que se ha convertido en una licencia de expresi¨®n en el trabajo
Socks Market, una tienda donde solo se venden calcetines de colores, es el negocio que montaron Miguel Valero, periodista, y ?ngel S¨¢nchez, fontanero, cuando se quedaron en el paro hace un a?o. Ambos ten¨ªan afici¨®n por este tipo de prenda desde que descubrieron que exist¨ªan infinidad de modelos y marcas en una peque?a tienda de Nueva York durante un viaje hace siete a?os. Gracias a sus ahorros y a que consiguieron un cr¨¦dito bancario para emprendedores, alquilaron un peque?o local en la calle de Gravina del barrio de Chueca y comenz¨® su particular aventura. A finales de este mes la tienda cumplir¨¢ un a?o y actualmente han ampliado el local (antes solo ten¨ªan nueve metros cuadrados de negocio). Adem¨¢s, el 30% de la facturaci¨®n de la tienda es por internet.?
Ante la mirada de los clientes se abre un mundo de posibilidades: calcetines con estampado de naipes, de Harry el Sucio, flamencos, frutas e incluso el c¨¦lebre cuadro La Mona Lisa o la cara de Frida Khalo. La presentaci¨®n del producto tambi¨¦n es importante, por ejemplo, la marca londinense Moustard presenta sus calcetines con dibujos de frutas dentro de una caja con estampado colorido; la marca catalana Parachancla, como su mismo nombre indica, elabora calcetines con el espacio entre los dedos para acomodarlo a este calzado veraniego. Otros, como Odd Socks van m¨¢s all¨¢, y venden los calcetines en packs de tres y con distintos estampados para que el cliente los combine a su gusto.?
La joya de la corona del establecimiento cuenta con un lugar privilegiado en el escaparate. Se trata de unos calcetines fabricados por una marca canaria que llevar¨¢n al espacio los turistas espaciales. La empresa consigui¨® la exclusiva de la elaboraci¨®n a ra¨ªz de un concurso convocado por la Agencia Espacial Europea. Solo existen seis unidades en el mundo (una de ellas en el local de Chueca), son icn¨ªfugos, est¨¢n hechos con algod¨®n natural y reforzados con hilo de cobre y plata para eliminar la electricidad est¨¢tica del espacio.
"La empresa tambi¨¦n fabric¨® la versi¨®n terrestre del calcet¨ªn y la tenemos a la venta", cuenta orgulloso Miguel Valero, uno de los due?os de la tienda. Valero, que era periodista, decidi¨® aventurarse en el mundo de los calcetines tras quedarse sin trabajo y ahora es todo un profesional del sector textil. "Actualmente en la tienda?tenemos 54 marcas y unas 37 son espa?olas. Los principales requisitos para elegirlas es que sean un producto de calidad, tengan un dise?o divertido y a ser posible marca nacional", comenta. Sobre el tipo de p¨²blico de la tienda, Valero asegura que se llev¨® una grata sorpresa cuando comprobaron que los calcetines han interesado a gente "desde 18 a?os hasta 60". "Pens¨¢bamos que a la tienda iba a venir sobre todo gente joven y que va a trabajar con traje pero nos equivocamos. La licencia de expresi¨®n que antes permit¨ªa la corbata ahora la permite el calcet¨ªn", dice el due?o del local.
?ngel S¨¢nchez, un exfontanero de 37 a?os, es el otro copropietario de Socks Market. Se qued¨® sin trabajo en su oficio de toda la vida (le viene de familia) 15 d¨ªas despu¨¦s de que Valero se quedara en paro. S¨¢nchez, que asegura tener cientos de calcetines, cuenta que su labor es hacer que la gente tenga una visi¨®n diferente de los calcetines y que nadie se vaya de la tienda sin encontrar algo adecuado a sus necesidades. "Intentamos hacer que la gente vea lo que nosotros vemos en los calcetines sin estar puesto en el pie.?En la tienda los precios oscilan entre los cinco euros y los 20 euros aproximadamente", explica.?
A pocos d¨ªas de que comience la multitudinaria celebraci¨®n del Orgullo Gay en Madrid, con el barrio de chueca (donde est¨¢ la tienda) como epicentro, S¨¢nchez muestra orgulloso los calcetines tem¨¢ticos que venden para una cita tan se?alada. Calcetines altos con los colores de la bandera del orgullo, otros m¨¢s cl¨¢sicos en blanco con los colores de la bandera en un extremo, adem¨¢s de algunos con las siglas LGTB bordadas y otros m¨¢s discretos con un estampado formado por pl¨¢tanos y donuts. "Disponemos de calcetines llamativos y otros para gente menos atrevida", cuenta S¨¢nchez entre risas.
Hace casi un a?o, seg¨²n cuentan los due?os de Socks Market, ni amigos ni familiares confiaban en su negocio. "Cuando abrimos, nuestro entorno se extra?aba de que en la tienda solo vendi¨¦ramos calcetines. A los pocos meses se dieron cuenta de la variedad que ofrec¨ªa el producto y que la iniciativa era divertida y friki", afirman ambos con complicidad. Por el momento, su particular y peque?o imperio de los calcetines avanza positivamente, ya que casi tienen asegurada una segunda tienda en Barcelona y est¨¢n estudiando la posibilidad de montar una tercera en un lugar a¨²n por determinar.
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