Gran tragedia de secano

Bodas de sangre, escrita por Federico Garc¨ªa Lorca en la Huerta de San Vicente, es una tragedia de secano. Amor y muerte en tierras que no conocen otra agua que el azar de la lluvia. El esp¨ªritu de la Andaluc¨ªa interior. Veredas y caminos de polvo blanco que llevan a aisladas cortijadas, a mujeres de luto permanente, color de obediencia, y a hombres con los ojos cortados por el sol. Ese Sur es el que bellamente estilizado ha recreado Oriol Broggi en su puesta en escena.

La Biblioteca de Catalunya, una plaza preparada para la suerte tr¨¢gica. Un escenario a lo T¨¢vora y su animal fetiche: el caballo. Juguet¨®n, hermosa bestia casta?a a punto de robarle a la compa?¨ªa la carta de la emoci¨®n est¨¦tica con su estampa. Para ¨¦l, su lucimiento y comodidad, se ha levantado un picadero que la compa?¨ªa intenta llenar con sus movimientos a escala humana cuando el caballo abandona la arena. Broggi subraya el inevitable vac¨ªo con una coreograf¨ªa de la distancia. Y la met¨¢fora espacial funciona casi siempre por la alcazaba que erigen los personajes para no verse vencidos por sus pasiones. Un asedio ¡ªcomo se sabe¡ª perdido por algunos.

No est¨¢ entre los vencidos la madre. El director juega al principio a que los personajes no tengan propietario. Esa idea pierde fuerza cuando las personalidades acaban bien casados con un int¨¦rprete. La madre es de entrada Clara Segura, pero ser¨¢ Nora Navas quien asuma con firmeza esa identidad en la contienda final ante una Segura que se apropia a su vez de la novia. Gran coda ¡ªcon ecos de ol¨ªmpicas tragedias¡ª que proporciona al espectador el momento m¨¢s hondo de todo el montaje. Emoci¨®n sin adornos, sin el fant¨¢stico b¨¢lsamo de la m¨²sica de Joan Garriga, que abre el drama a paisajes criollos, o el divertimento de transformar los le?adores en fools shakespearianos con ceceo malague?o de una compa?¨ªa itinerante que se parece mucho a La Barraca.

Teatro desnudo, con dos actrices galvanizando el aire y el silencio con su entrega. Segura est¨¢ superlativa y Navas hace de la madre ¡ªcon gestos m¨ªnimos, simplemente dos manos enlazadas a la altura del regazo¡ª una creaci¨®n. Magn¨ªfica defensa del perfil de mujer segura ¡ªuna aut¨¦ntica do?a¡ª que no reprime la a?oranza sexual, que lucha por sus intereses materiales y transforma la extinci¨®n de su estirpe en un dolor ¨¦pico que no la llevar¨¢ a la amargura. La novia de Clara Segura es un personaje que casi se mira y reconoce en esta madre. La misma determinaci¨®n si no existiera la herida del hombre y el deseo.

Los dos principales personajes masculinos, interpretados por Ivan Benet (Leonardo) y Pau Roca (el novio) quedan un poco a la sombra del espectacular despliegue de sus compa?eras, pero afianzan con sus buenas actuaciones la pasi¨®n seca que domina este excelente montaje.