Despertando pianos
'Pianeiros' se presenta en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de A Coru?a con un concierto cuento y 16 j¨®venes pianistas como int¨¦rpretes
Pianeiros, asociaci¨®n cultural sin ¨¢nimo de lucro, ha hecho su presentaci¨®n p¨²blica en el sal¨®n de actos del Museo de Arte Contempor¨¢neo Gas Natural Fenosa (MAC). Si solo pens¨¢ramos en Pianeiros a trav¨¦s de su forma jur¨ªdica arriba mencionada, la noticia se acabar¨ªa aqu¨ª o m¨¢s bien, ni siquiera habr¨ªa noticia. Pero la escucha de lo que all¨ª son¨® -y no digamos la observaci¨®n atenta de lo que se vio en el MAC el s¨¢bado 17- nos trasladan a otro mundo que hay que dar a conocer.
La presentaci¨®n p¨²blica de Pianeiros ¨Cque ya hab¨ªa llevado a cabo actividades previas realmente notables- fue un acto musical y no pod¨ªa por menos de serlo; pero fue m¨¢s que un concierto. Fue un acto social y como tal deb¨ªa transcurrir; pero fue m¨¢s que una presentaci¨®n al uso. El entusiasmo e imaginaci¨®n de quienes dirigen Pianeiros -como la pianista y profesora Nuria D¨ªaz Mera, presidenta de Pianeiros, que hizo una ilusionante presentaci¨®n del acto- quiso que su presentaci¨®n p¨²blica tuviera forma de cuento.
Adelina es la protagonista del cuento que, antes de las actuaciones musicales, encarn¨® una de las ni?as con un aplomo y expresividad realmente espl¨¦ndidos. Y as¨ª, Adelina e o piano durmido fue el hilo de seda por el que quienes estaban presentes en el MAC viajaron del calor de horno del exterior de MAC al c¨¢lido frescor del desv¨¢n donde descubri¨® su piano
Lo del c¨¢lido frescor ser¨¢ un ox¨ªmoron; pero tambi¨¦n una temperatura f¨ªsica y emocional que, unida a los olores, es una realidad que solo se halla en esos lugares secretos que todos tuvimos en nuestra infancia. Y que a un ni?o le pueden marcar la impronta pr¨¢cticamente sinest¨¦sica de los grandes descubrimientos de la vida: el del propio ser; el del otro; el de esa emoci¨®n desconocida que no se termina de comprender; el de la belleza.
Toda esta epifan¨ªa infantil de la belleza, de la emoci¨®n y del arte est¨¢ en Adelina e o piano durmido. Inspirado seg¨²n su autora, Cristina L¨®pez Rodr¨ªguez, ¡°en Pianeiros y la pasi¨®n por el piano que sentimos todos los que formamos parte de la Asociaci¨®n¡±, este cuento musical -¡°el formato ideal para agrupar distintos pianistas y estilos musicales"- es ¡°el reflejo de toda una vida compartida junto a este instrumento y el estrecho v¨ªnculo que se crea entre las dos partes¡±.
El piano del cuento tuvo su voz en la del actor Carlos Vilarino que se sent¨ªa "feliz de colaborar, d¨¢ndole voz al piano del cuento, con mis antiguos compa?eros del Conservatorio, de cuando era profe de guitarra " . Y es que -como dice Graciela Trev¨ªn, tesorera de la asociaci¨®n y emotiva narradora de Adelina e o piano durmido- "el piano es la caja de resonancia del coraz¨®n de Adelina. A trav¨¦s de ¨¦l vemos reflejados multitud de ansias y sentimientos por los que pasa hasta lograr sus sue?os, siempre poniendo en alza el valor de la tenacidad y la constancia".
Y, efectivamente, el Yamaha del MAC fue esa tarde la caja de resonancia del gran coraz¨®n de 16 j¨®venes pianistas, el grupo de intr¨¦pidos pianeiros que hizo gozar a los asistentes con sus progresos t¨¦cnicos y musicales. Que les hizo sentir la satisfacci¨®n y alegr¨ªa por su trabajo bien hecho. O temer por ellos cuando, como es m¨¢s que normal, los nervios jugaban una mala pasada.
Y -a quien sabe lo que es enfrentarse a un p¨²blico, por muy reducido o familiar que este sea- sentir el orgullo de comprobar c¨®mo, pese a las dudas, ellos saben siempre volver a ese punto de seguridad desde el que navegar sin m¨¢s sobresaltos hasta el final de la pieza.
Dice Xavier Loureiro, autor de las im¨¢genes que ilustraron Adelina e o piano durmido: "Cuando empec¨¦ con las im¨¢genes para la presentaci¨®n de Pianeiros lo que intent¨¦ es complementar el texto tratando de mostrar la ilusi¨®n y las ganas con las que un ni?o se acerca a la mundo de la M¨²sica". Un completo logro que los pianeiros actuantes se encargaron de multiplicar, quiz¨¢s por 16 elevado a la 16, con su actitud y su entusiasmo bien visibles o con la timidez usperada de algunos.
O con el desparpajo de la que al finalizar ofrece un aut¨®grafo al padre de su compa?ero en la ejecuci¨®n de una pieza a cuatro manos. Y que no se corta en absoluto cuando alguien le pide, junto a su aut¨®grafo, un vale por una entrada para todos los conciertos que ella vaya a celebrar. Entradas que ser¨¢n siempre ¡°Gratis¡±, en la coletilla que a?ade por su cuenta. Y es que la diferencia entre alguien que toca y un artista es, precisamente, esa forma de crecerse en el escenario y que algunos parecen llevar en sus genes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.