Alemania en Mallorca, vinos y bodegas
Cat¨¢logo de grandes vinateros internacionales en la isla, alemanes, rusos, suizos, suecos, franceses
Son muchos ya los nuevos vinos nacidos en Mallorca que hablany rinden en alem¨¢n, es decir, que son de propietarios bodegueros alemanes. Los vinos no tienen bandera ni obtienen carta de naturaleza por conveniencia. Su patria est¨¢ en cada vi?a. Un vino nace en el peque?o pa¨ªs, la tierra oculta, donde calan las ra¨ªces de las cepas y los p¨¢mpanos y los frutos captan los aires, el sol y el suelo, el ambiente.
Un vino tiene una memoria m¨²ltiple, transferida cada a?ada por la peripecia de cada grano de uva. Algunas de las vi?as j¨®venes y bastantes de las nuevas bodegas isle?as producen decenas y decenas de miles de botellas que son de empresas de capital y matr¨ªcula de marca germana.
Estos vinateros externos ¡ªtambi¨¦n de Rusia, Suiza, Suecia, Francia¡ª, capitalistas o residentes perif¨¦ricos temporales establecidos en el sur, en Mallorca, hacen el vino de su linaje y suelen mantener en la etiqueta o referencia el top¨®nimo de la finca madre local. Es un indicativo comercial.
La partida de nacimiento del vino no aparece en el nombre, surge de un complejo juego, entre el descubrimiento y la fidelidad de los usuarios que marcan el territorio indefinido en el ¨¦xito, hijo del terreno, el entorno, las manos de los agricultores, el ojo del vinatero, los sentidos del en¨®logo, el boca a boca. El ADN es hijo de la variedad de la uva y los equilibrios de maduraci¨®n, filtrado y crianza, si en bota, metal, cemento o ¨¢nforas de arcilla, como en la antig¨¹edad.
La posesi¨®n blindada ¡ªgigante, casi un land¡ª de Es Fangar, en el t¨¦rmino de Manacor, levant¨® ya dos grandes bodegas ¡ªa cual mayor en Felanitx¡ª, es el caso paradigm¨¢tico de la macro propuesta alemana. Peter Enseimann hace vinos, aceites, confituras y mil detalles ecol¨®gicos, cr¨ªa caballos Hannover y celebra un evento al a?o, expresi¨®n de la exclusividad de la casa y del negocio. Tiene mansiones en alquiler en su latifundio.
En otro mundo y en Pollen?a, el m¨²sico alem¨¢n Peter Maffay tiene una fundaci¨®n solidaria, colonia para ni?os traumatizados, y tiendas con vinos en Can Llompart y la cuidad. En la aldea de Biniagual, cerca de Binissalem, se inici¨® la tradici¨®n de los germanos por las propiedades rurales superlativas y exclusivas, y los vinos. La familia Graf, del puerto de Portals, el hotel y la f¨¢brica Teka ex Buades, traz¨® all¨ª su actividad. Miguel ?ngel Cerd¨¤ de ?nima Negra gest¨® los primeros buenos vinos de los Graf.
El empresario de cosm¨¦ticos Schwarzkopf perfor¨® una descomunal bodega en la piedra de un monte en Can Axartell en Pollen?a y hace vinos ¡°en gravedad¡±. Esos vinateros externos compran vi?edos o vendimias alejadas, en la isla. Es un cl¨¢sico. As¨ª recrece Vilafranca, tierra de ajos y melones. Can Vidalet, otra vez en Pollen?a, fue avanzado en los vinos de y para alemanes y locales: ¡°La propiedad es una extensi¨®n de la personalidad¡±, escrib¨ªa una artista que expuso all¨ª.
El due?o de los comercios alemanes M¨¹ller descansa y hace vinos propios en Cas Beato en Capdepera, del mismo modo que existe la experiencia germana menor a Son Artigues en Porreres. Avanza el industrial farmac¨¦utico Binorica Michael Popp, con sus vinos Castell Miquel de Alar¨®; all¨ª que era un castillito y dos granjas de cerdos y pollos de Fontanet. Popp plant¨® una escultura torre de Tony Cragg en los vi?edos y en la derrota y hundimiento de la caja Sa Nostra, se qued¨® con la finca experimental de Sa Canova de Sa Pobla.
¡°El vino m¨¢s caro¡±
En son Mayol, en Establiments, cerca de Palma, un rico de Suiza ¡ªque navega medio a?o¡ª ha hecho una bodega gigante ¡ªcon grandes ayudas desde la UE, como en es Fangar¡ª y anunci¨® su primer vino como ¡°el m¨¢s caro de Mallorca¡± (que no lo es) a 70 euros. Es una nota de estilo. All¨ª plantaron copias de esculturas de los soldados de China y pastan vacas y toros Angus para hacer carne.
Cap Andritxol se llaman los nuevos vinos y la finca de un millonario de Rusia que tiene la bodega en Sencelles. El hijo del pionero y misterioso capitalista sueco que cre¨® los 90 Santa Catarina, Stellan Lundquist, gestiona ya la bodega / mina ¡ªcatedral¡ª en la monta?a en Andratx. En Binissalem y de la mano de un en¨®logo local joven de Can Verdura, el economista alem¨¢n, Thomas Neumann, hace los vinos Ava, antes Ana. Otra marca alemana es la del joven ex inversor Franco Maruccia que tiene un club de vinos, vid sin riego y bodega en el continente seco de Llucmajor.
El descubrimiento internacionalista tiene firma y nombre aristocr¨¢ticos en la botella, etiquetas de temas populares para sello y r¨²brica del vinatero Conde Fabrice de Suyrot que identific¨® ¡°el fabuloso terroir¡± de la Col¨°nia de Sant Pere, Art¨¤, con su socio el Conde R¨¦gis de Fontaines.
Esta tropa de centroeuropeos ricos domina terrenos, negocios y divulga tendencias. La ola lleg¨® y recrece desde antes de los a?os 90 del siglo XX, previos al euro. Son nuevos se?ores en Mallorca porque los nativos venden, y se benefician de los movimientos secundarios. Los alemanes agitan los precios inmobiliarios en competencia con los suecos, en Palma. El impulso postcrisis de la burbuja da a los ricos centroeuropeos hegemon¨ªa ante grandes negocios y propiedades terrenales. Algunos m¨¢s que terratenientes buscan emular a los se?ores feudales, en la UE perif¨¦rica, en el siglo XXI.
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