Mi gozo en un pozo
El uso del pabell¨®n Vict¨°ria Eug¨¨nia de Montju?c era una vieja reivindicaci¨®n para la ampliaci¨®n del MNAC que s¨ª lo necesita
Carles Geli lo explicaba muy bien hace unos d¨ªas: ha habido un cambio de planes en la adjudicaci¨®n del pabell¨®n de Vict¨°ria Eug¨¨nia. Ahora es un espacio de grandes exposiciones a disposici¨®n de los museos de Barcelona, que no estoy segura de que lo necesiten. En general, las grandes muestras internacionales nos han esquivado por razones de presupuesto: las expos se pagan; el sitio es lo de menos. El caso es que ese inmenso pabell¨®n de la Fira, que ahora no se usa, era una vieja reivindicaci¨®n del director del MNAC, Pepe Serra, que necesita ¨C¨¦l s¨ª¡ªun espacio para temporales y una mejor conexi¨®n con la ciudad. El MNAC tiene casi un mill¨®n de visitantes al a?o, de los cuales la mitad son abor¨ªgenes, pero lo cierto es que, a medio aire de la monta?a, cualquier cosa que se ponga en el medio impide el paso. Un sal¨®n multitudinario, una carrera popular.
Pepe Serra es un lujo para la ciudad. Est¨¢ obsesionado con hacer del MNAC un museo actual, o sea, m¨¢s que un museo. Serra participa del debate que mantienen los directores de las grandes marcas europeas, con las cuales no puede competir en presupuesto ¨Clas cifras son de risa¡ª pero s¨ª en reflexi¨®n. Digamos que se sienta en la misma mesa. A cambio, pide un poco de espacio para crecer y unos dineros que vayan m¨¢s all¨¢ del a?o a a?o. El Ministerio, por ejemplo, lleva a?os aportando por debajo de lo que por ley le toca: un buen d¨ªa suena el tel¨¦fono y te comunican que vas a recibir la mitad y adi¨®s, hasta la pr¨®xima. No creo que esa comunicaci¨®n del Ministerio haya dolido tanto como la de bloquear el proyecto del Vict¨°ria Eug¨¨nia, que era lo que Pepe Serra ten¨ªa entre ceja y ceja, como ¨²nica posible expansi¨®n. Jaume Collboni, responsable pol¨ªtico de la cultura municipal, me dijo hace poco: ¡°Estoy en ello, pero no quiero ser la ¨²nica instituci¨®n que pague¡±. Estamos hablando de dos millones y medio. Supongo que la Generalitat ha declinado y por eso Collboni decidi¨® socializar el espacio, ¡°barcelonizarlo¡±. De paso, ha estrangulado las posibilidades del MNAC, incluso las econ¨®micas. Los museos tienen manera de ganar dinero con sus espacios y concesiones. Ahora ya no.
Esto, que parece una an¨¦cdota, demuestra que Barcelona tiene confundido y espeso el concepto de capitalidad. Tanto hemos hablado de las ciudades como protagonistas, que Barcelona ya no sabe asumir su rol de pa¨ªs. Es un rol b¨¢sicamente cultural. Quiere decir que hay equipamientos que son de Barcelona por capitalidad, aunque la ciudad sea uno m¨¢s en el consorcio. No tiene sentido que el Ayuntamiento invierta ¡ªbien invertidos¡ª 3 millones en reformar la Casa Padell¨¤s, que es la asignatura pendiente del MUHBA, y al mismo tiempo opine que 2,5 para el MNAC no corresponden. La cultura es un dif¨ªcil equilibrio entre creatividad, industria y patrimonio. Despu¨¦s, las pol¨ªticas cada uno la suya: no hay cosa m¨¢s opinable que una pol¨ªtica cultural.
Ahora bien, Barcelona, como Ayuntamiento, tiene una obligaci¨®n elemental: establecer circuitos permeables para garantizar el acceso a la cultura, tanto en el consumo como en la creaci¨®n. Y, siguiendo este mandato, Collboni ha programado una serie de actuaciones en equipamientos de barrio, el primer escal¨®n de la vida cultural. El problema no es aqu¨ª qu¨¦ se hace, sino qui¨¦n decide. Este nivel tiene que tener alt¨ªsimas dosis de autogesti¨®n, sobre todo si el ICUB tiene los antecedentes de dirigismo ¨Cdirigismo es control¡ªque ostenta. Y si este Ayuntamiento ha logrado que ganen todos los concursos culturales personas de su propia cuerda, los ¡°suyos¡± para entendernos. Esto nos da una cultura muy homog¨¦nea, muy t¨®pica, muy basada en valores que nadie discute pero que llegan a saturar. Una cultura previsible (iba a decir sovi¨¦tica, pero es excesivo). Gr¨¤cia plantea hoy una ¡°festa major¡± sostenible y antimachista. Hay momentos que una tiene ganas de gritar ¡°?basta de pedagog¨ªa!¡±, volvamos al barrio.
Si por abajo la cultura est¨¢ prisionera de una determinada longitud de onda y por encima se mira m¨¢s la titularidad que el futuro, tendremos una ciudad muy poco competitiva en este campo. Barcelona es poco generosa. Me gusta cuando Pepe Serra dice que el museo ¡ªpatrimonio, debate, identidad¡ªes un sitio para hacerse preguntas, para reunirse, para pensar. L¨¢stima que Collboni no lo siga por aqu¨ª. Me pregunto por qu¨¦ este MNAC activo y ambicioso no acaba de encajar en sus planes.
Patricia Gabancho es escritora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.