Fuga o asesinato en Susqueda: tras la pista de Marc y Paula
El coche de la pareja desaparecida el jueves en el embalse fue arrojado al agua. La Generalitat descarta que los j¨®venes sufrieran un accidente
Marc y Paula salieron de casa el jueves para ir a Tamariu, en el Baix Empord¨¤, para hacer una excursi¨®n al pantano de Susqueda (Girona) y una ruta en su kayak. Pero desde que dejaron sus poblaciones ¡ª¨¦l vive en Arenys de Munt y ella, en Cabrils¡ª ni la familia ni los amigos tienen noticias de la pareja.
Los familiares acudieron a la polic¨ªa, que el martes dio con el veh¨ªculo que llevaba la pareja en el fondo del pantano. De ellos, ni rastro. Lo que empez¨® como un rescate de los dos j¨®venes pas¨® a ser una operaci¨®n policial para localizar a la pareja. Tras rastrear el entorno del embalse sin dar con ellos, los efectivos se centraron ayer en Susqueda, ubicado en el municipio de Osor. La investigaci¨®n no descarta ninguna hip¨®tesis: ni un posible crimen ni la fuga de los chicos. La ¨²ltima persona que los pudo ver asegura que los amigos de la chica acudieron a su b¨²squeda al d¨ªa siguiente de que se fueran.
La ¨²nica l¨ªnea que por ahora se descarta es que Marc H. L., de 23 a?os, y Paula M. P., de 21, pudieran haber sufrido un accidente. El consejero de Interior de la Generalitat, Joaquim Forn, sostuvo ayer que el coche de la pareja del Maresme fue arrojado al agua. En el interior la polic¨ªa encontr¨® una piedra, pero con los elementos que se ten¨ªan ayer a¨²n no pod¨ªa confirmar que se hubiera colocado intencionadamente en el pedal del acelerador para que el veh¨ªculo cayera al pantano.
Los Mossos relatan que, tras descender por un camino de muy dif¨ªcil acceso, el Opel Zafira azul de la pareja se detuvo en una suerte de playa ubicada en el Coll Palomera, en la Serra de Morers. Esa zona est¨¢ a algo m¨¢s de un kil¨®metro y medio del embarcadero. Cerca de all¨ª, la polic¨ªa hab¨ªa encontrado el domingo el kayak de Marc, en el agua y deshinchado. Seg¨²n las hip¨®tesis de los Mossos, una vez all¨ª alguien empuj¨® el veh¨ªculo hacia el agua en un recorrido que se ha podido reconstruir por las marcas de las ruedas en el suelo. Una vez dentro del pantano, el coche fue sumergi¨¦ndose mientras iba entrando agua por la ventanilla del conductor, que estaba bajada.
El coche baj¨® hasta una profundidad de siete metros. Una gran roca actu¨® de tope. De no haber sido as¨ª, el Opel Zafira podr¨ªa haber descendido m¨¢s porque, como m¨ªnimo, la profundidad del punto donde se sumergi¨® es de unos 15 metros m¨¢s.
A partir de ah¨ª, ya nada es seguro. La polic¨ªa hall¨® en el coche ropa, sacos de dormir, bolsas de patatas, restos de comida e incluso un pal¨¦. Tambi¨¦n, unas notas personales que los Mossos examinaron para conocer si hab¨ªa alguna pista que les permitiera llegar a alguna conclusi¨®n. Sin embargo, Forn explic¨® que los documentos eran unas reflexiones ¡°sin ning¨²n mensaje de despedida¡± ni nada que indicara una ¡°intenci¨®n de suicidio¡± de los j¨®venes.
Una de las ¨²ltimas personas que pudo ver a la pareja fue Simona Bencova, quien regenta un restaurante a los pies del pantano. Bencova explica que vio a los j¨®venes el jueves al mediod¨ªa, cuando salieron de casa. Seg¨²n relata la mujer, dejaron el coche en el aparcamiento de arena del local, entraron en su establecimiento y se tomaron unos refrescos. La chica, cuenta, le pregunt¨® c¨®mo llegar hasta el pantano, puesto que no ten¨ªa claro si deb¨ªan girar a la derecha o a la izquierda. Ella les indic¨® que deb¨ªan subir otros diez kil¨®metros hacia la izquierda. No not¨® nada raro en ellos: hablaban y re¨ªan con normalidad.
S¨ª le extra?¨® que, el s¨¢bado, acudiera un grupo de cinco amigos de la chica preguntando si hab¨ªa visto la pareja. Contest¨® afirmativamente y les recomend¨® que acudieran a los Mossos. Seg¨²n dice, estos le dijeron que ya hab¨ªan ido a la polic¨ªa, pero deb¨ªan dejar pasar las 48 horas desde su desaparici¨®n para denunciarlo. Las familias lo hicieron finalmente en la oficina de los Mossos en Premi¨¤ de Mar (Barcelona). Y el domingo, prosigue Bencova, acudi¨® un grupo todav¨ªa m¨¢s grande de amigos al restaurante para preguntarle sobre si hab¨ªa visto a la pareja y para dejar carteles con sus im¨¢genes y n¨²meros de contacto. Cuando ella les plante¨® que la pareja tal vez hab¨ªa querido fugarse, una amiga de la chica fue rotunda: ¡°No puede ser¡±. Y lo justific¨® en que las relaciones con su familia y su entorno eran muy buenas, por lo que no hab¨ªa motivos para huir.
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