Muy tarde y muy mal
Siete horas tard¨® en comparecer el Estado. Ten¨ªan que recuperar el espacio perdido y eso pasaba por denostar a los Mossos
Faltan 28 d¨ªas para que se celebre el refer¨¦ndum sobre la independencia de Catalu?a. Esperaba que el Estado y sus medios no nos fallasen y podemos decir que hasta la fecha todo va seg¨²n lo previsto. Sab¨ªa que la campa?a no seguir¨ªa los cauces habituales, de hecho, solo quer¨ªa comprobar a qu¨¦ profundidad los situar¨ªa, si ser¨ªan cloacas o grandes colectores. Confieso que no me ha extra?ado nada, a pesar de que todav¨ªa es verano y de que se ha aprovechado un atentado terrorista.
El mensaje final de este asunto deb¨ªa ser claro: no se puede atribuir a los Mossos d¡¯Esquadra un ¨¦xito antiterrorista, menos todav¨ªa despu¨¦s del curr¨ªculo interminable de miserias, chapuzas y maldades que el dolor del terrorismo ha causado en Espa?a. ?C¨®mo se pod¨ªa aceptar que en menos de un d¨ªa los Mossos tuviesen controlada la c¨¦lula? ?Despu¨¦s de marginarlos y de negarles informaci¨®n? ?Antes del refer¨¦ndum? Ni hablar.
Si no fuese que hablamos de lo que hablamos, pensar¨ªamos en la iron¨ªa que significa que los atentados se planearon dentro de los l¨ªmites estrictos de Catalu?a, de Ripoll a Alcanar, que se produjeron en Barcelona y Cambrils, que el punto final se puso en Sant Sadurn¨ª d¡¯Anoia y que fueron los Mossos quienes los solucionaron a pesar de los obst¨¢culos que les han puesto los sucesivos ministros del Interior. El choque emocional por las v¨ªctimas vino sucedido por el alivio de saber que la situaci¨®n estaba controlada. Siete horas tard¨® en comparecer un Estado que no existi¨® y que nos dej¨® solos.
Ten¨ªan que recuperar el espacio perdido y eso pasaba por denostar a los Mossos. Tenemos la lecci¨®n aprendida, todo ha sucedido antes. Recordando estructuras similares, a la sanidad le han ca¨ªdo palos espectaculares. Como me dice a menudo un buen gerente de un gran hospital de Barcelona, ¡°con nosotros no acaban de atreverse porque somos demasiados y demasiado grandes, y porque todos acaban pasando por aqu¨ª¡±. Aun as¨ª, cuando en v¨ªsperas del 9-N las cloacas tuvieron que actuar, les paralizaron el sistema inform¨¢tico.
Con la escuela ha sido constante. La imagen precocinada de la educaci¨®n en Catalu?a arrastra el estigma del adoctrinamiento nacionalista, un est¨¢ndar m¨¢s o menos compartido por un amplio espectro de partidos y de medios en Espa?a. Esta vez no se atrevieron, ten¨ªan suficiente con los Mossos, pero no descarten que durante las pr¨®ximas semanas vuelva a cuestionarse la escuela. Por supuesto, adem¨¢s, est¨¢ la lengua. Una lengua que en el imaginario espa?ol sigue siendo una lengua menor, inventada, de estar por casa y que no deber¨ªa usarse en momentos importantes como los de un atentado. Un periodista se puede levantar de una rueda de prensa porque se ofende al escuchar, ay, catal¨¢n.
La escuela catalana es menos que una escuela. La lengua catalana es menos que una lengua. La cultura catalana, menos que una cultura. Como la econom¨ªa: la econom¨ªa catalana no podr¨ªa sobrevivir a la independencia. O como las relaciones exteriores. O como las infraestructuras, las instituciones o cualquier otro organismo. Todo es menos, incompleto, todo es infra. La enmienda deb¨ªa ser a la totalidad de hechos y causas, por eso se mezclaron independentismo y yijadismo y por eso el relato ha continuado aprovechando cada indicio para cuestionar los Mossos y, admit¨¢moslo, tomando los Mossos como s¨ªmbolo, de cualquier forma de organizaci¨®n propia.
A cambio, ?qu¨¦ se ha presentado? Un supuesto informe de la CIA que se recordar¨¢ como una de mayores chapuzas que se han publicado durante los ¨²ltimos a?os, para verg¨¹enza de quienes lo fabricaron y de quienes le dieron credibilidad: infraperiodismo.
Es lo que sucede cuando se han pasado tantos a?os despreciando un movimiento pac¨ªfico y c¨ªvico como el que presenta el independentismo. Quienes fabrican los informes se han re¨ªdo de ¨¦l y quienes les aplauden lo han disminuido y ridiculizado incluso ling¨¹¨ªsticamente llam¨¢ndolo prus¨¦s. Quienes ten¨ªan la responsabilidad ¡ªay, los supuestos conciliadores¡ª de combatirlo pol¨ªticamente no han dado palo al agua, eso s¨ª, han puesto cara de vinagre y han escrito editoriales dur¨ªsimas pero nada m¨¢s, ni una propuesta en siete a?os. Por ¨²ltimo, quienes m¨¢s dicen preocuparse de la divisi¨®n social callan cuando sus amigos hablan todav¨ªa de charnegos.
Llegan tarde y tienen que jugar sucio. Han perdido el tiempo, y aqu¨ª s¨ª que cabe aplicar la palabra, miserablemente.
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