Sue?os pintados
Obras de Dal¨ª, Picasso, Mir¨® y T¨¤pies muestran la importancia de lo on¨ªrico en la pintura del siglo XX
Poco antes de comenzar a pintar el Guernica, Pablo Ruiz Picasso realiz¨® en 1937 unos peque?os dibujos para hacer unos grabados al aguafuerte y aguatinta con vi?etas en los que represent¨® a monstruos con bigotes, caballeros con enormes falos, soldados a caballo y militares enfrentados a toros. En cuatro de las vi?etas realiz¨® una iconograf¨ªa que tiene mucho que ver con su gran cuadro que representa el horror de la Guerra Civil y de todos los conflictos armados: una mujer que llora, una madre con un hijo muerto en los brazos y el grito lanzado al cielo. La obra, titulada Sue?o y mentira de Franco, se cre¨® para recortar cada uno de los grabados y as¨ª venderlos para recaudar fondos para la resistencia, pero al final no se llev¨® a cabo.
Dos de estos multigrabados llenos de objetos on¨ªricos que recuerdan a la obra cumbre del malague?o pueden verse en la exposici¨®n El espacio de los sue?os de la galer¨ªa Mayoral de Barcelona. La muestra, comisariada por el poeta y ensayista Vicen? Altai¨® re¨²ne una veintena de obras firmadas por autores como Picasso, pero tambi¨¦n Salvador Dal¨ª, Joan Mir¨®, Ren¨¦ Magritte, Alexander Calder, ?scar Dom¨ªnguez, Marc Chagall, Antoni T¨¤pies, Marcel Duchamp, Richard Hamilton, Joan Pon? y Joan Brossa, en la que se muestra la importancia que el sue?o y el inconsciente, un elemento esencial en la dimensi¨®n humana, ha tenido como constructor del lenguaje art¨ªstico del siglo XX. La exposici¨®n, que se vio durante el pasado verano en el Casino de Cadaqu¨¦s con una decena de obras m¨¢s, entre ellas Somni Oblidat, de ?ngel Planells, estar¨¢ abierta hasta el 5 de enero.
La exposici¨®n tiene un pre¨¢mbulo: un elemento arquitect¨®nico medieval del siglo XII en el que puede verse una doble representaci¨®n de un diablo o una figura fant¨¢stica, fruto de la imaginaci¨®n del artista. Tambi¨¦n un hilo conductor: dos libros fundamentales dentro de lo que podemos denominar arte on¨ªrico, un libro crucial para el surrealismo como es Trayectoria del sue?o, de Andr¨¦ Breton de 1938, que re¨²ne sue?os escritos por P¨¦ret, De Chirico, Ernst, Magritte, Man Ray, Paul ?luard o Dal¨ª. Tambi¨¦n el libro Dreams, en el que en 1999 Hans Ulrich Obrist y Francesco Bonami recopilaron los sue?os de cien artistas que luego presentaron en la Bienal de Venecia. Y unos cap¨ªtulos: cada uno de las obras de grandes firmas que ha reunido Altai¨® para la exposici¨®n de Mayoral, ¡°una muestra de museo en una galer¨ªa¡±, la mitad provienen de los fondos de la galer¨ªa, como las dos coloristas obras de Calder, y el resto, de coleccionistas particulares.
M¨ªstica nuclear
La autor¨ªa de las obras es de primer nivel. En Barcelona se pueden ver tres dal¨ªs juntos. El m¨¢s grande es la acuarela Rinoceronte desintegr¨¢ndose, pintado en 1950, el periodo de la m¨ªstica nuclear del artista en el que pinta personajes y elementos descompuestos y flotando en el horizonte, como hizo con su gran Madonna de Portlligat que realiz¨® ese mismo verano y en la que tambi¨¦n aparece un rinoceronte descompuesto. Otra de sus obras es M¨¢quina de coser con paraguas, realizada el a?o siguiente para uno de los muchos proyectos cinematogr¨¢ficos frustrados del artista. Junto a las obras del genio de Figueres, una impresionante pintura de ?scar Dom¨ªnguez de un coleccionista privado que podr¨ªa pasar por una obra de Dal¨ª, Personajes surrealistas, de 1937, una especie de ¡°pantalla de cine¡±, seg¨²n Altai¨®, en el que no faltan elementos dalinianos como un toro tocando un piano o unas estilizadas figuras.
Mir¨® est¨¢ representado por otras tres obras en las que se aprecia c¨®mo el pintor se apropi¨® de los mecanismos del sue?o para crear su lenguaje gr¨¢fico, como en Sin t¨ªtulo III, de 1964, y el proyecto para El vol de l¡¯alosa, de 1973.
De T¨¤pies se exhiben dos grandes telas, de fondos marrones con bellos y delicados dibujos lineales: Els ulls del fullatge (1949) y El monument (1951), que se expuso en la galer¨ªa Martha Jackson y en la Biennal de Venecia y que enmarcan otras dos obras de Joan Pon? ¡ªartista del que La Pedrera inaugura una antol¨®gica este pr¨®ximo jueves¡ª. La confrontaci¨®n muestra lo mucho en com¨²n que ten¨ªan en ese momento los dos artistas y la influencia que gener¨® Pon? en un joven T¨¤pies que acab¨® abrazando el informalismo.
Brossa pone el punto diferente con dos de sus poemas visuales, aut¨¦nticos trucos de prestidigitador: Trampa y O d¡¯ouera. ¡°Siempre parte de lo real pero le gira el sentido¡±, explica Altai¨®.
La exposici¨®n cuenta con un cat¨¢logo en ingl¨¦s que recoge aportaciones del comisario Altai¨®, una entrevista de Lluci¨¤ Homs a Hans Ulrich Obrist, uno de los autores del libro de 1999, dos textos de Rosa Maria Malet y Montse Aguer, directoras de la fundaci¨®n Mir¨® y Dal¨ª, respectivamente, y un ep¨ªlogo del director de cine Albert Serra.
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