Gracias, magistrada Lamela

Soy de los que piensa que la prisi¨®n incondicional decretada por la magistrada Lamela para los exconsellersestaba procesalmente injustificada. De los m¨²ltiples desprop¨®sitos jur¨ªdicos perpetrados por Lamela, probablemente el m¨¢s exuberante es el de decretar prisi¨®n incondicional por riesgo de fuga para unas personas que se hab¨ªan presentado voluntariamente ¡ªrepito: voluntariamente¡ª en la Audiencia Nacional.

Pero no me quiero centrar aqu¨ª en la vertiente jur¨ªdica de su encarcelamiento. Quiero poner el foco en la parte pol¨ªtica.

No me parece una exageraci¨®n decir que, al encarcelar a los miembros del Govern, la magistrada Lamela ha alimentado de manera decisiva la dial¨¦ctica del ¡°Espa?a contra Catalu?a¡± para las pr¨®ximas d¨¦cadas.

Alguien podr¨ªa decir: ¡°Bueno, los independentistas iban a explotar esa dial¨¦ctica en cualquier caso; ahora por lo menos los que vulneran la ley son castigados por el derecho¡±. Pero c¨®mo creen ustedes que ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil desacreditar esa dial¨¦ctica, ?con o sin la encarcelaci¨®n injustificada de medio Govern? Es menos dif¨ªcil resistir al titular ¡°Espa?a oprime a Catalu?a¡± que al que reza ¡°La Audiencia Nacional decreta prisi¨®n incondicional por riesgo de fuga contra aquella parte de la Generalitat que se presenta voluntariamente ante el requerimiento del juez¡±. Lamela convierte lo que muchos describir¨ªan como paranoia ¡ªel primer titular¡ª en algo que por momentos se parece de manera obscena a la realidad imaginada por el paranoico ¡ªel segundo titular¡ª ?Se puede ser m¨¢s inepto? Viene a ser como recetarle antibi¨®ticos a un hipocondr¨ªaco cuando no hay anomal¨ªa m¨¦dica alguna y tener la expectativa de que su hipocondr¨ªa disminuya.

As¨ª que gracias, magistrada Lamela, por apuntalar la hegemon¨ªa del relato victimista en Catalu?a para la pr¨®xima generaci¨®n; nos ha facilitado sobremanera la tarea a los que queremos que usted y nosotros sigamos siendo conciudadanos.

Aunque tambi¨¦n los hay quienes aplauden el encarcelamiento alegr¨¢ndose de que por fin el Estado act¨²e de forma desacomplejada contra el independentismo que se ha situado fuera de las reglas del juego. Y no, obviamente estas personas no son fascistas, simplemente piensan que la aplicaci¨®n de normas jur¨ªdicas es, por s¨ª misma, socialmente sanadora. Pero si no se entiende que el encarcelamiento injustificado del Govern es traum¨¢tico para todos los catalanes ¡ªincluidos los no independentistas¡ª es que se es tan corto de miras como aquellos que no comprenden que las sesiones del 6 y 7 de septiembre en el Parlament, en que se laminaron los derechos de la oposici¨®n, fueron igualmente traum¨¢ticas para todos los catalanes ¡ªincluidos los independentistas, pues, de haberse materializado de verdad la Rep¨²blica, aquellas sesiones habr¨ªan significado que el proceso hacia el nuevo Estado se habr¨ªa hecho no con los no independentistas (al fin y al cabo tambi¨¦n miembros del nuevo Estado), sino contra ellos; la Rep¨²blica habr¨ªa quedado inaugurada como un Estado fallido donde la mitad de la poblaci¨®n no se sentir¨ªa identificada con el nuevo Estado¡ª.

Esta ¨²ltima observaci¨®n se relaciona con un ruego final. Ha llegado el momento de volver a imaginar un proyecto para Espa?a que no sea contra alguien. Desde los a?os noventa, lo predominante, cuando de lo que se trataba era de cohesionar al pa¨ªs, fue buscar un enemigo com¨²n: primero fue ETA y ahora Espa?a parece estar construy¨¦ndose contra el independentismo nihilista de Puigdemont y Junqueras. No veo un proyecto para Espa?a que no sea contra nadie. Y esto es particularmente grave para el futuro de Catalu?a, porque la ¨²nica oportunidad civilizada que veo para evitar que el discurso victimista sea no solo hegem¨®nico sino decisivo para causar la independencia por la v¨ªa de los hechos consumados¡ª no hay art¨ªculo 155 ni magistrada Lamela que pueda resistir el peso pol¨ªtico de un hipot¨¦tico 75% de independentistas¡ª, es construyendo un relato en positivo para Espa?a, un relato que no se limite a tolerar los hechos culturales diferenciales (que es lo que de alg¨²n modo hac¨ªa el relato de la transici¨®n), sino que los haga s¨ªmbolos definitorios, juntos con otros, de Espa?a.

?Es imposible que Espa?a se presente ante el mundo como un pa¨ªs multiling¨¹e y pluricultural? Es improbable, desde luego. Pero piensen en lo siguiente: ?qu¨¦ probabilidades hab¨ªa, digamos en 1982, de que Espa?a fuera el primero de los grandes pa¨ªses europeos en reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo y que incluso alcaldes del PP oficiaran bodas gays?

Espa?a no es a d¨ªa de hoy el pa¨ªs cavern¨ªcola que les gustar¨ªa a los nacionalistas espa?oles y catalanes. Incluso aunque la jueza Lamela haga lo imposible por desmentirlo.

Pau Luque pertenece al Instituto de Investigaciones Filos¨®ficas de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico.