?Leg¨ªtimo gobierno en el exilio?

Tras la declaraci¨®n unilateral de independencia?del 27 de octubre lo m¨¢s coherente hubiese sido que Carles Puigdemont se autodenominase jefe del gobierno provisional de la Rep¨²blica catalana. No lo hizo pero, pese a que el gobierno espa?ol le destituy¨® como presidente de la Generalitat tras la aprobaci¨®n del art¨ªculo 155, desde su huida a Bruselas Puigdemont y los pol¨ªticos que le acompa?an se presentan como el ¡®leg¨ªtimo gobierno de Catalu?a en el exilio¡¯. Se trata de un nuevo marco mental que pretende establecer el proceso independentista en su batalla por ganar el famoso relato.

Suponiendo que la fuga a B¨¦lgica se pueda considerar ¡®exilio¡¯, seg¨²n la literatura acad¨¦mica un ¡®gobierno en el exilio¡¯ no es sujeto de derecho internacional sino el ¨®rgano representativo de un estado. Por tanto, no puede existir ejecutivo tal sin existencia legal del estado que representa. Yossi Shain, profesor de ciencia pol¨ªtica de las universidades de Tel Aviv y Georgetown y autor del cl¨¢sico Governments-in-exile in Contemporary World Politics comenta que ¡°un nuevo estado no puede establecerse con una mera proclamaci¨®n sin el control efectivo de su gente y territorio¡±, como ha comprobado el independentismo.

Otro de los principales estudiosos en gobiernos en el exilio, Stefan Talmon, director del Instituto de Derecho Internacional P¨²blico de la universidad de Bonn, a?ade que ¡°aunque se designen como tal, no se puede considerar que Puigdemont y sus colegas sean un gobierno en el exilio en derecho internacional porque el concepto se limita a gobiernos de estados y ninguno ha reconocido la independencia de Catalu?a¡±.

Talmon establece cuatro par¨¢metros que una autoridad en el exilio deber¨ªa cumplir para ser considerada ¡®gobierno¡¯ en derecho internacional; que lo sea de un estado, que tenga un car¨¢cter representativo, que no est¨¦ tutelado por el pa¨ªs que lo acoge y que el gobierno que se encuentra en el territorio que dice representar sea internacionalmente ilegal. ¡°Los gobiernos destituidos por un proceso constitucional o por la fuerza sin la intervenci¨®n de un tercer estado no se consideran gobiernos en el exilio¡±, concluye.

?Y aun no siendo un gobierno en el exilio, puede considerarse a Puigdemont al frente de un gobierno leg¨ªtimo? Eva Erman, profesora de ciencia pol¨ªtica de la universidad de Estocolmo y editora del volumen Legitimacy Beyond the Nation-State?, explica que m¨¢s all¨¢ de la acepci¨®n sociol¨®gica del t¨¦rmino como ¡°el correcto¡±, en el marco normativo ¡°deben cumplirse una serie de criterios porqu¨¦ un pol¨ªtico no necesariamente es leg¨ªtimo aun con el apoyo de toda la ciudadan¨ªa¡±. Shain trata la cuesti¨®n en The Frontier of Loyalty: Political Exiles in the Age of the Nation-State y sostiene: ¡°La legitimidad es una demanda, no una condici¨®n, que hay que sustanciar. El gobierno de Rajoy argumenta que el de Puigdemont no es leg¨ªtimo de acuerdo con la legalidad espa?ola y el apoyo internacional. El catal¨¢n deber¨ªa hacer lo propio, si puede¡±.

Algunos acad¨¦micos consideran que un estado se legitima a diario. De ah¨ª que la contestaci¨®n pueda ser tambi¨¦n continua. La profesora de geograf¨ªa humana de la universidad de Oxford, Fiona McConnell, ha tratado la situaci¨®n en un estudio comparado de los gobiernos tibetano y de la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica que para legitimarse en el exilio ofrecen servicios a sus poblaciones expatriadas. McConnell cuenta que ¡°el caso catal¨¢n no es parecido. Para comenzar se deber¨ªa reasignar nuevos roles a los ¡®ministros¡¯ y obtener alg¨²n reconocimiento de B¨¦lgica¡±. Algunos de los m¨¢ximos especialistas internacionales en el ¨®rdago lanzado por Puigdemont cuestionan su planteamiento. El proceso independentista ha dado muestra de su inventiva terminol¨®gica. Los cambios de nombre de las cosas son sencillos, lo complejo es conseguir una aceptaci¨®n mayoritaria o un¨¢nime de ¨¦stos. El 26 de octubre, allegados y adversarios, reconoc¨ªan al pol¨ªtico como presidente de la Generalitat. Tras el 21-D quiz¨¢s ni los suyos.