¡°Me da miedo caerme al visitar a mis padres en La Almudena¡±

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El Ayuntamiento invertir¨¢ 33,8 millones en tres a?os para rehabilitar cementerios y tanatorios

La Almudena, un cementerio en estado de abandono

A pesar de que no le gusta el cementerio de La Almudena, Amparo ?lvarez, de 59 a?os, va una vez al mes a ¡°visitar¡± a sus padres, Manuel y Amparo, enterrados en el camposanto municipal, uno de los m¨¢s grandes de Europa, ¨¦l en 1992 y ella en 2008. ¡°Yo no me entierro aqu¨ª ni loca¡±, dice mientras limpia el m¨¢rmol de la l¨¢pida. ¡°Me resulta muy impersonal. Y es incre¨ªble lo mal mantenido que est¨¢ cuando deber¨ªa ser el no va m¨¢s de los cementerios¡±.

El Ayuntamiento se hizo cargo el a?o pasado de los camposantos de Madrid, en cuyo mantenimiento apenas invirti¨® dinero Funespa?a, la empresa privada que se encarg¨® de su gesti¨®n durante 24 a?os.

El consistorio acord¨® invertir?16 millones en el mantenimiento de La Almudena, el cementerio m¨¢s grande de Espa?a, con cinco millones de sepulturas en sus 120 hect¨¢reas con cientos. Cientos de l¨¢pidas est¨¢n abiertas y destrozadas a pesar de su valor hist¨®rico y cultural. Entre otros, est¨¢n all¨ª enterradas grandes personalidades, desde el escritor Vicente Aleixandre a la cantaora Lola Flores pasando por el m¨¦dico Ram¨®n y Cajal o el futbolista Di Stefano. El pasado verano algunos de estos sepelios fueron vandalizados y el Consistorio reforz¨® su vigilancia.

Entre 2017 y 2019, el Ayuntamiento aprob¨® invertir 15 millones en los tanatorios de la regi¨®n, 10 en los crematorios y siete en los cementerios. Los primeros arreglos ya se han hehco o se est¨¢n haciendo. En La Almudena se han arreglado 198 sepulturas que estaban en p¨¦simo estado as¨ª como 400 columbarios y se han contratado la reparaci¨®n de viales. Sin embargo, apenas se nota la mejora al dar un paseo por el camposanto. ¡°Por su nivel de protecci¨®n, necesita muchas licencias y los tr¨¢mites administrativos son largos¡±, dice una fuente del Ayuntamiento.

?lvarez est¨¢ cansada de tener que hacer malabarismos para llegar hasta la tumba de sus padres, en el cuartel 13, sana y salva. Para no caer en el hueco de alguna tumba, muchas de ellas partidas y abiertas, tiene que pensar donde pone su pie cada vez. ¡°Est¨¢ fatal¡±, dice. ¡°Todo lo que hay alrededor de la tumba da miedo. Roto y lleno de piedras. No quiero caer en una tumba. Nosotros hemos apartado muchas rocas muy pesadas del camino y hemos dejado una para poder pisar sin miedo a caernos¡±.

Ella limpia y pinta las letras de la tumba de vez en cuando, una losa a perpetuidad, aunque descubrieron recientemente que no es para siempre, sino por 99 a?os. ¡°Yo me he comprado un nicho en el cementerio de Ponferrada, donde nac¨ª. Este no me gusta¡±, termina.

El Ayuntamiento ha instalado unas lonas mim¨¦ticas sobre unos nichos que se caen a pedazos mientras esperan la hora de su arreglo. ¡°Las lonas est¨¢n muy conseguidas¡±, dice Paloma Garc¨ªa Z¨²?iga, administrativa en el cementerio y presidenta de la Asociaci¨®n de Cementerios, que defiende su mantenimiento y conservaci¨®n. ¡°Pero hay tant¨ªsimas cosas urgentes por hacer¡­¡±, contin¨²a.

Al contrario que Amparo, Garc¨ªa es una enamorada de La Almudena y se ha comprado un nicho en el cementerio. ¡°Est¨¢ arriba del todo. De epitafio he elegido ¡®Siempre quise un ¨¢tico¡¯. Desde ni?a deseo vivir en uno y no lo he conseguido todav¨ªa¡±, r¨ªe Garc¨ªa, obervadora atenta de cada cambio en el camposanto, que ve diariamente al acudir a trabajar.