Donizetti en serio

Tras abrir el a?o con su m¨¢s conocida ¨®pera c¨®mica, L?elisir d?amore, el Liceo rescata, tras 42 a?os de ausencia, Poliuto, significativo logro de Gaetano Donizetti en el terreno dram¨¢tico. A pesar del tir¨®n de la pareja protagonista -la soprano Sondra Radvanovsky, en su deb¨²t en el papel de Paolina, y el tenor Gregory Kunde- la versi¨®n de concierto, dirigida con demasiada contundencia por Daniele Callegari, pinch¨® en taquilla -quedaron centenares de butacas vac¨ªas- y tuvo una pobre respuesta orquestal y coral. Brill¨® con bellos pian¨ªsimos y potentes agudos Radvanovsky, pero Poliuto merec¨ªa algo m¨¢s en su regreso al Liceo.

Estrenada primero en Par¨ªs en su adaptaci¨®n francesa, con el t¨ªtulo de Les martyrs, la versi¨®n italiana de Poliuto no se estren¨® hasta 1848, siete meses despu¨¦s de la muerte de Donizetti, en el mismo teatro, el San Carlo de N¨¢poles, donde no pudo estrenarse en 1838 por la censura borb¨®nica, no toleraba mostrar el sacramento del bautismo en escena.

El libreto de Salvatore Cammarano, basado en la tragedia Polyeucte, de Corneille, ambienta un desdichado tri¨¢ngulo amoroso en los tiempos de la persecuci¨®n de los primeros cristianos en Armenia: Paolina, hija del gobernador Felice, acept¨® en matrimonio a Poliuto, noble armenio convertido al cristianismo, creyendo muerto a su amado Severo, proc¨®nsul romano, que al regresar clama venganza. El dram¨®n acaba con Poliuto y Paolina arrojados a los leones en la arena.

Quiz¨¢ con m¨¢s ensayos este parcial rescate -lo es siempre la opci¨®n concertante- podr¨ªa haber hecho justicia a una gran ¨®pera seria que anticipa a Verdi con singulares hallazgos. Ocasi¨®n perdida: Callegari lidi¨® con una orquesta poco sutil que pas¨® sin pena ni gloria por una partitura que exige m¨¢s empaque en las escenas dram¨¢ticas y m¨¢s equilibrio, elegancia y expresividad en el acompa?iento de las voces. Tampoco el coro tuvo un buen d¨ªa.

Los aficionados que tuvieron la suerte de asistir en 1975 a la ¨²ltima funci¨®n de Poliuto en el Liceo, con la inmensa Leyla Gencer, Amadeo Zambon y el a?orado Vicente Sardinero, esperaban con fruici¨®n este rescate, con el aliciente de poder escuchar una versi¨®n ¨ªntegra de una partitura de intuiciones dram¨¢ticas avanzadas a su tiempo y enorme exigencia vocal.

Radvanovsky impresion¨® con su artiller¨ªa vocal e hizo cosas espl¨¦ndidas en una primera interpretaci¨®n, con l¨®gica cautela, de un personaje que a¨²n no domina. Se nota la lecci¨®n Callas en su b¨²squeda de colores oscuros de una voz que, por potencia e intensa expresividad, brilla m¨¢s en otros repertorios.

A sus 63 a?os, Gregory Kunde no puede ocultar la p¨¦rdida de brillo y proyecci¨®n en los agudos; a¨²n as¨ª, mantiene el tipo con arrojo, gran clase, dominio del estilo y sentido dram¨¢tico. El bar¨ªtono Gabriele Viviani fue un temperamental Severo, de fraseo un tanto rudo, y cumplieron respectivamente el bajo Rub¨¦n Amoretti y los tenores Alejandro del Cerro y Josep Fad¨®.