El eterno masculino
Manifiestos y contramanifiestos sobre el derecho a ¡°importunar¡± a las mujeres, y unas cuantas preguntas al respecto
Da un cierto sonrojo y tambi¨¦n risa. Es el manifiesto franc¨¦s a favor del derecho masculino a importunar a las mujeres. Redactado por mujeres fatalesde las artes y el cine, firmado por un centenar de se?oras intelectuales y artistas, ha tenido gran eco como respuesta a la campa?a #Me too contra los abusos sexuales. Causa sonrojo por la defensa del eterno masculino a cargo de mujeres cultivadas y de trap¨ªo y ¨¦xito. Y risa porque se dir¨ªa que los hombres, y no las mujeres, est¨¢n siendo atacados por todas partes. Que si la brecha salarial, que si el c¨¢sting sexual para conseguir papeles y no digamos para producir y dirigir. ?El marqu¨¦s de Sade ser¨¢ borrado de la prestigiosa colecci¨®n Pl¨¦iade como lo ha sido Kevin Spacey de su ¨²ltimo film y de su serie tan formidable, en su caso por acosar a hombres? Juzgarlos es incultura, analfabetismo puritano. ?Para eso hicimos la revoluci¨®n sexual? A ver si las acosadoras seremos nosotras.
Importunar es en franc¨¦s una palabra literaria seg¨²n el diccionario Larousse, que la define como ¡°cansar a alguien de manera continuada con una acci¨®n intempestiva¡±. Sin¨®nimos son molestar, irritar, agobiar, fastidiar, incluso acosar (¡°tarabuster¡±). Una falta de respeto grave. ?Se puede tener derecho a eso? Dicen las firmantes que s¨ª. Son mujeres empoderadas en sus profesiones, cultas. Apelan a decir que no cuando un hombre te ¡°importuna¡±. Llevan raz¨®n. Pero tambi¨¦n insin¨²an que si no puedes parar al acosador es tu culpa, no de ¨¦l. Los importunadores no se han de plantear en consecuencia nada. Se deduce que no se les puede exigir buenas artes en el flirteo, toda mujer esconde una dominatrix y ha de saber llevar estas cosas. Tampoco apelan a que sean los tribunales quienes los juzguen y no las redes sociales, como ha hecho en un art¨ªculo estos d¨ªas la escritora Margaret Atwood. Las francesas apelan al principio del placer masculino y al principio del poder femenino. Si no sabes que lo tienes, mujer, lo sentimos por ti.
Tambi¨¦n hay contramanifiesto. Catherine Deneuve ha considerado que deb¨ªa poner m¨¢s puntos sobre las ¨ªes y este lunes ha firmado ella sola otro manifiesto, en Lib¨¦ration. Una vuelta de tuerca m¨¢s: ¡°Soy una mujer libre y lo seguir¨¦ siendo, no me gustan las manadas¡±. Se reafirma contra las denuncias del #Me too. Pregunta si no se est¨¢ en realidad favoreciendo la delaci¨®n. De nuevo, me dan el sonrojo y la risa. En un plis-pl¨¢s, una denuncia es una delaci¨®n. A riesgo de alterar ciertas verdades tozudas. De momento, no hay denuncias de hombres abusados por mujeres. Pero la actriz dice m¨¢s cosas.
Escribe en realidad porque se ha sentido manipulada. Una de sus colegas en el manifiesto, antigua actriz porno reconvertida en analista de relaciones er¨®ticas y sentimentales, preguntada por una tele ha declarado que una mujer puede ¡°gozar¡± durante una violaci¨®n. Y Deneuve protesta. He aqu¨ª la diferencia entre denuncia y delaci¨®n: la convivencia entre respeto y crimen no es posible. Deneuve denuncia a su colega, ¨¦sta se delata sola. La actriz termina pidiendo excusas a ¡°todas las v¨ªctimas de actos odiosos que se hayan sentido ofendidas¡±.
Lo obsceno de esta historia es que las francesas defiendan obras de arte como si fueran de carne y hueso. Las adolescentes turbadoras de las pinturas de Balthus son eso, im¨¢genes pintadas. Y una violaci¨®n no es una pintura. La Deneuve se ha topado con esta realidad. Desconozco por otra parte si cobra lo mismo que sus compa?eros, nunca se ha quejado. De salarios se habla en Estados Unidos, en la cultura europea es vulgar y se deja para las empleadas. Aunque sean de la BBC, como es el caso de su veterana corresponsal en China, la prestigiosa Carrie Gracie, que acaba de dimitir por discriminaci¨®n salarial.
El #Me too y el #Balance ton porc (Denuncia a tu cerdo) siguen tambi¨¦n en los museos. Cada d¨ªa, una denuncia internacional m¨¢s contra el ¡°eterno masculino¡±. La Tate ha decidido esta semana cortar con uno de los hombres m¨¢s poderosos de la escena art¨ªstica brit¨¢nica, el marchante Anthony d¡¯Offay, uno de sus m¨¢s preciados donantes y persistente acosador sexual.
Y as¨ª estamos, en una reacci¨®n m¨¢s ante las mujeres batalladoras: ?qui¨¦n es m¨¢s feminista, a ver? ?Las que denuncian abusos? ?Las que sostienen que la mujer no debe ir de v¨ªctima y que si siguen las denuncias de abusos sexuales el resultado ser¨¢ la vuelta al puritanismo? Sean bienvenidas tambi¨¦n las respuestas masculinas decentes, no est¨¦n callados.
Otra pregunta: ?aqu¨ª todo esto no pasa? Y otra m¨¢s, siguiendo a Atwood: ?cu¨¢ndo se har¨¢n cargo los tribunales de todo esto?
Merc¨¨ Ibarz es escritora y profesora de la UPF[/PIEPAG]
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