Carlomagno vive en Girona
Un libro reconstruye el culto al emperador en la catedral de la ciudad a partir de los documentos, los objetos y las leyendas que han pervivido a lo largo de los siglos
Estando el emperador Carlomagno en la ciudad de Girona un d¨ªa de invierno, subi¨® al campanario de la catedral para ver la ciudad completamente nevada. La mala suerte hizo que se le cayera su famosa espada Joyosa (Joyeuse) clav¨¢ndose en el suelo con tal fuerza que emprendi¨® un camino hacia el interior de la Tierra. Y as¨ª sigue, hasta que alcance el centro el planeta, momento en que se partir¨¢ en dos y se producir¨¢ el fin de mundo. Por suerte, se trata solo de una leyenda fant¨¢stica sin base cient¨ªfica. De hecho, Carlomagno no estuvo nunca en Girona, pese a que adem¨¢s de este relato tan art¨²rico se le ha atribuido la liberaci¨®n de la ciudad del dominio musulm¨¢n en el a?o 785, con ayuda de un buen n¨²mero de milagros y prodigios. Tambi¨¦n, la construcci¨®n de la nueva catedral de la ciudad.
Pese a que no es posible que este gran monarca germ¨¢nico, inspirador para algunos de la Uni¨®n Europea, participara en ninguno de estos hechos, en el templo g¨®tico es posible seguir el rastro de su presencia. Es lo que pone en evidencia Joan Molina, profesor de la Universidad de Girona, en La memoria de Carlomagno: culto, liturgia e im¨¢genes en la catedral de Gerona que acaba de publicar Fundaci¨®n Santa Maria la Real. La relaci¨®n tuvo su punto ¨¢lgido con la instituci¨®n en 1345 por parte del obispo Arnau de Montrodon del culto al emperador en la catedral que se celebraba cada 29 de enero con una solemne celebraci¨®n lit¨²rgica que constaba de misa y procesiones cantadas de v¨ªsperas y laudes. Una pompa y fasto que transformaban la catedral en un aut¨¦ntico teatro para el homenaje al emperador carolingio.
Entre los m¨¦ritos para venerarlo estaban ser un ¡°atleta de Cristo¡±, defender la ortodoxia cristiana, ser cruzado en Tierra Santa para recuperar la corona de espinas y ayudar a expulsar a los sarracenos de la Pen¨ªnsula, adem¨¢s de fundar un buen n¨²mero de iglesias en honor de la Virgen.
¡°En ese momento estaba vigente la leyenda que atribu¨ªa la conquista de la ciudad y la fundaci¨®n de la catedral al emperador por lo que el cabildo estaba m¨¢s que justificado para instaurar su veneraci¨®n¡±, prosigue Molina que vincula la santidad de Carlomagno con la construcci¨®n de todo el imaginario de la catedral que culmina la primera fase del proyecto arquitect¨®nico del nuevo templo.
Pero hay otros motivos que resalta el especialista y que estaban vinculados con la b¨²squeda de prestigio y pedigr¨ª de la catedral frente a otros templos como la vecina iglesia de San Felix, la primera catedral de la ciudad. ¡°En 1330 el condado de Ampurias comenz¨® a reivindicar que se restableciera su antigua sede episcopal, que perdi¨® con la dominaci¨®n musulmana. Es de suponer que se instaur¨® el culto al emperador con la idea de legitimar la catedral frente a sus rivales¡±, explica Molina.
Son varios los elementos que hablan de este culto imperial que se instituy¨® en el siglo XIV. Entre ellos, la escultura de Jaume Cascalls de San Carlomagno, representado como vencedor del pecado y de la muerte, que puede verse en el Museo de la Catedral y que estuvo hasta finales del siglo XIX en una de las capillas del templo. A la escultura le falta el brazo izquierdo donde ¡°es posible que portara un s¨ªmbolo, quiz¨¢ la maqueta de la catedral¡±, apunta el profesor. Otras de las im¨¢genes vinculadas con su culto es una c¨¢tedra monumental de madera profusamente decorada que presid¨ªa el coro catedralicio en la que se represent¨® al monarca y al obispo Montrodon. La tercera, una clave de b¨®veda en la que aparece un personaje barbado rodeado de flores de lis. ¡°Se cre¨ªa que era un Dios Padre, pero sin duda representa a Carlomagno¡±. Son tres obras producidas en el periodo en el que se instituy¨® el ritual a San Carlomagno, ¡°pero seguro que hubo m¨¢s¡±.
El culto al emperador pervivi¨® hasta 1483, casi siglo y medio, hasta que papa Sixto IV orden¨® suprimirlo y el 29 de enero del a?o siguiente ya no se celebr¨®. Pero las huellas de este culto pervivieron. ¡°Los can¨®nigos, conscientes de que no pod¨ªan sortear la prohibici¨®n potenciaron otras manifestaciones como la lectura de un serm¨®n en la que se segu¨ªa celebrando la leyenda de la conquista, una lectura que se segu¨ªa realizando a comienzos del siglo XIX cuando en 1807 Jaime Villanueva lo escuch¨® y narr¨® su experiencia¡±.
La catedral de Girona cuenta con una serie de elementos peculiares que la leyenda ha vinculado a Carlomagno. ¡°Est¨¢n asociados a la munificencia del emperador y todos son conocidos como obras ¡®de Carlomagno¡¯, como una Virgen con el Ni?o, una copa de plata, el Tapiz de la Creaci¨®n, varios c¨®dices, una Biblia y elementos constructivos como la llamada ¡®Torre de Carlomagno¡¯ de la catedral rom¨¢nica, adem¨¢s de la Fuente de Carlomagno situada en el monte Barrufa donde, al parecer, acamparon las tropas carolingias durante el asedio a la ciudad¡±, prosigue Molina. Pero quiz¨¢ el elemento m¨¢s destacado del templo que se asocia con el emperador es la monumental c¨¢tedra episcopal, un conjunto del siglo XIV, ¨²nico en Europa, en el que han sobrevivido todos los elementos: baldaquino, trono, retablo y unas escenogr¨¢ficas escaleras, aunque una lamentable reforma en los noventa los ha separado. ¡°Todos son elementos de ¨¦poca rom¨¢nica, pero acabaron siendo parte del memorial de la fundaci¨®n de la catedral y fundamentales para narrar la historia m¨ªtica de Carlomagno¡±.
Molina recuerda que hay otro elemento m¨¢s reciente, de apenas cien a?os, que habla de la pervivencia del monarca en el templo. ¡°La historia de la leyenda y culto de Carlomagno es la historia de un triunfo pese a que se suprimi¨® la fiesta en el siglo XV ya que los diferentes miembros del cap¨ªtulo gerundense la fueron alimentando siglo a siglo, como cuando mandaron construir una gran vidriera en 1916 en un ventanal sobre la puerta de los Ap¨®stoles y se decidi¨® que San Carlomagno fuese representado entre otros santos de la iglesia¡±. Algo que le permite decir al autor ¡°que San Carlomagno vive a¨²n en la catedral de Gerona. In saecula saeculorum".
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