El bello arte an¨®nimo de la Red

En 1999, Natalie Bookchin (Nueva York, 1962) apareci¨® en el arte experimental con The Intruder, obra creada solo para Internet, inspirada en el relato hom¨®nimo (El intruso) de Jorge Luis Borges. El proyecto, diez videojuegos de corte feminista y est¨¦tica alternativa que el usuario deb¨ªa superar para desarrollar la narrativa, fue el primero y el m¨¢s rompedor de una larga serie de trabajos que abordan las contradicciones de las nuevas tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n. Fiel a la voluntad de descubrir al p¨²blico artistas poco conocidos en Espa?a, la Virreina Centre de la Imatge de Barcelona acoge la primera muestra monogr¨¢fica de Bookchin en Europa.

Centrada en su etapa m¨¢s reciente, Retratos de la multitud, comisariada por Montse Roman¨ª, re¨²ne siete instalaciones audiovisuales de entre 2008 y 2017, que se nutren de los miles de videoblogs dom¨¦sticos aparecidos en esos a?os. ¡°En 2008 estaba a punto de empezar la era Obama y tambi¨¦n la crisis econ¨®mica. Las redes sociales estaban transformando el panorama de Internet y los videoblogs se multiplicaban de forma exponencial. De pronto, aparece una multitud de mon¨®logos masivamente conectados desde el aislamiento, que participan de las comunidades virtuales y la econom¨ªa del big data¡±, explica Bookchin, que convirti¨® esos mon¨®logos en materia de su obra.

Con anterioridad hab¨ªa utilizado im¨¢genes captadas por c¨¢maras de seguridad accesibles a trav¨¦s de Google y se hab¨ªa apropiado de v¨ªdeos en YouTube y otras plataformas, gracias al denominado fair use, el uso leg¨ªtimo, disposici¨®n legal que permite reutilizar fragmentos de obras protegidas sin el consentimiento del autor ni el pago de derechos para cr¨ªticas, noticias, ense?anza e investigaci¨®n.

En los v¨ªdeos que se exhiben en la Virreina hasta el 27 de mayo, Bookchin vuelve a sus caballos de batalla: los problemas de g¨¦nero y las paradojas entre p¨²blico y privado, exhibicionismo y anonimato, conectividad y aislamiento, a trav¨¦s de unos frescos audiovisuales, que establecen una suerte de empat¨ªa entre la artista y las decenas de an¨®nimos e inconscientes protagonistas de sus obras.

Montajes virtuosos

¡°Editando centenares de v¨ªdeos disponibles en l¨ªnea, Bookchin construye un mosaico de autorretratos, que se despliega en m¨²ltiples pantallas, formando complejos paisajes sonoros y representaciones m¨®viles. Su trabajo de montaje es virtuoso¡±, afirma el director de la Virreina, Valent¨ª Roma, sobre el proceso de postproducci¨®n de obras como Mass Ornament, protagonizada por adolescentes solitarias que bailan ante la webcam imitando sus ¨ªdolos. Es una de las piezas que aun conserva la ¨¢spera iron¨ªa de sus comienzos, abandonada en pos de un enfoque cada vez m¨¢s realista que interpela el espectador sobre los temas m¨¢s candentes de EEUU. Es el caso de las tensiones raciales reflejadas en Now he¡¯s out in public, realizada entre 2012 y 2017, que descubre los mecanismos utilizados para crear confusi¨®n entre informaci¨®n veraz y rumores, relatos fabricados y noticias t¨®xicas. La selecci¨®n se completa con tres de los cuatro cap¨ªtulos de Testament, retratos de personas que revelan sus inquietudes m¨¢s ¨ªntimas, y Long Story Short, donde centenares de americanos confiesan c¨®mo les afecta la pobreza, en un montaje que busca visualizar un hipot¨¦tico nuevo modelo social alternativo al discurso neoliberal.