Carlota Subir¨®s deja a Guimer¨¤ en los huesos en el Teatre Nacional

Carlota Subir¨®s encierra en un espacio g¨¦lido y gris las turbulencias emocionales que laten en Sol solet, una de las obras menos conocidas de ?ngel Guimer¨¤. Lo hace en un minimalista montaje, en la Sala Petita del TNC, que propone al espectador un arriesgado ejercicio teatral: mirar, observar, analizar las pasiones que mueven a los personajes del gran autor catal¨¢n fuera de su paisaje natural, es decir, lejos del realismo rural ligado por tradici¨®n y t¨®picos a sus violentos dramas pasionales. La idea es buena, pero aplica una dieta tan feroz que, de tanto rebajar su calor¨ªas melodr¨¢maticas, deja a Guimer¨¤ en los puros huesos.

La propuesta ayuda a mirar el universo de un cl¨¢sico del teatro catal¨¢n desde otras perspectivas, y eso siempre es saludable. Guimer¨¤ ambienta la trama de Sol solet, estrenado en el Teatro Romea en 1905, en la pensi¨®n que regenta Gaetana, que vive una existencia amarga con Hip¨°lit, su hijo mayor, violento y jugador, y su sobrina Munda. El regreso del hermano menor, Bernab¨¦, marinero de buen alma que llega acompa?ado por su amigo Jon, que le ha salvado la vida, activar¨¢ un drama de turbias pulsiones.

La ambig¨¹edad de Munda y su inquietante atracci¨®n por Jon, joven sin famila que acabar¨¢ usurpando el lugar del celoso Hip¨°lit, enciende la tensi¨®n de un drama manidamente verista que se resuelve a cuchilladas. Subir¨®s tambi¨¦n firma la versi¨®n reducida de este drama en tres actos - se ofrece en una hora y veinte minutos sin entreacto- en una puesta en escena que disipa los nubarrones melodram¨¢ticos con una mirada abstracta. El uso recurrente de un foco en constante movimiento resulta algo cargante y confuso al acotar en un espacio agobiante las pasiones, amores maternos y afectos contradictorios que agitan los personajes.

El equipo de actores cumple con disciplina unas directrices no siempre claras en una lectura que rebaja la carga emocional de los personajes en clima de excesiva frialdad que acaba resultando irritante. Merc¨¨ Ar¨¢nega, solvente como dura matriarca Gaetana, destaca junto a Roger Casamajor (Hip¨°lit) y Javier Bertr¨¢n (Jon), que matizan la evoluci¨®n de sus personajes con mayor consistencia que Laura Aubert en su interpretaci¨®n de Munda, un personaje clave que deber¨ªa ser mucho m¨¢s turbador. Oriol Gen¨ªs (Sr. Querol, ¨²nico huesped de la pensi¨®n) y Ramon Pujol (Bernab¨¦) son bazas s¨®lidas del reparto.