El Ateneu Barcelon¨¨s rescata documentos de Seraf¨ª Pitarra
Papeles y objetos estaban en el hist¨®rico local del dramaturgo, que se convertir¨¢ en un pub irland¨¦s
Barcelona dejar¨¢ en breve otro jir¨®n de su memoria ciudadana con la desaparici¨®n del hist¨®rico restaurante Pitarra, en la calle d'Aviny¨®, tras el inminente inicio de las obras que lo mutar¨¢n en pub irland¨¦s. El local, que en 1853 hered¨® como relojer¨ªa Frederic Soler, Seraf¨ª Pitarra, uno de los fundadores del teatro catal¨¢n moderno, albergaba algunos manuscritos, primeras ediciones y objetos vinculados con el autor de Lo rector de Vallfogona, recopilados pacientemente por los hasta ahora gestores del local. Finalmente, y a propuesta de ellos mismos, el Ateneu Barcelon¨¨s los incorporar¨¢ a su tambi¨¦n rico archivo del teatro del XIX y XX catal¨¢n, para su conservaci¨®n, digitalizaci¨®n y difusi¨®n. Para ello, el centro cultural ya ha llegado a un acuerdo con la empresa concesionaria de autopistas Abertis, que aportar¨¢ 6.000 euros a la operaci¨®n. Salvador Alemany, presidente de Abertis, es miembro de la junta del Ateneu.
El local (sito en Aviny¨®, 56) era, en sus inicios, una relojer¨ªa de los t¨ªos maternos del futuro dramaturgo, que le adoptaron tras quedar hu¨¦rfano de padre y madre y al que ense?aron el oficio. Acostumbrado a las estancias reducidas (de joven, actuaba en los llamados teatros de sala y alcoba, de casas particulares), hizo del espacio, a pesar de sus modestas dimensiones, domicilio y taller con trastienda. En esta ¨²ltima, y tras acrecentarse su pasi¨®n por escribir piezas teatrales generalmente par¨®dicas o sat¨ªricas (sus famosas gatades, como los bautiz¨®, en homenaje a su amor a los gatos, lo que tradujo incluso en un escudo) acogi¨® notables tertulias literarias. Entre los asistentes a lo largo de los a?os, ilustres como los de Valent¨ª Almirall, Josep Anselm Clav¨¦, V¨ªctor Balaguer o Jos¨¦ Zorrilla, entre otros muchos.
En 1895, cinco a?os ante de la muerte de quien fue una de las almas fundadoras del Teatro Romea, el local mut¨® en restaurante con suerte dispar, hasta que casi un siglo despu¨¦s, en 1987, tomaron las riendas gastron¨®micas los hermanos Roig y, posteriormente, el hijo de uno de ellos. Fueron los que, lentamente, recuperaron desde entonces lo que pudieron de Pitarra, que en buena parte concentraron en el altillo, recuper¨¢ndolo.
¡°Hay un armario lleno y eso es lo que se est¨¢ inventariando ahora; se trata de una donaci¨®n a cambio de la conservaci¨®n y difusi¨®n del mismo¡±, explica un portavoz del Ateneu. El centro estudia tambi¨¦n quedarse con algunas litograf¨ªas y pinturas, pero descarta parte del mobiliario antiguo que tambi¨¦n estaba en el restaurante.
El Pitarra recibi¨® en 2015 la Medalla de Oro de la Ciudad al M¨¦rito C¨ªvico. En cambio, no gozar¨ªa de catalogaci¨®n o protecci¨®n alguna como comercio hist¨®rico.
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