25 a?os sin Anabel Segura
El secuestro y posterior asesinato de la vecina de Alcobendas trajo en jaque a la polic¨ªa madrile?a durante meses hasta que detuvieron a los autores
El jueves 15 de abril de 1993 una peque?a columna en la primera p¨¢gina de la secci¨®n de Madrid este peri¨®dico alertaba de uno de los cr¨ªmenes que m¨¢s alarma social han generado en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Una vecina de Alcobendas, Anabel Segura, de tan solo 22 a?os, hab¨ªa sido secuestrada tres d¨ªas antes en el barrio residencial de lujo de la Moraleja. Dos hombres la sujetaron cuando iba corriendo por esta zona de chal¨¦s y la introdujeron en una furgoneta.
Detr¨¢s de este secuestro y posterior asesinato estuvieron el transportista Emilio Mu?oz Guadix y el fontanero C¨¢ndido Ortiz A?¨®n, El Candi. Ambos fueron los que acudieron a La Moraleja con la ¨²nica intenci¨®n de secuestrar a una persona adinerada y obtener as¨ª unos beneficios r¨¢pidos tras exigir un rescate por su liberaci¨®n, seg¨²n confirmaron los jueces en las sentencias condenatorias.
El autor material del secuestro fue Emilio. Se encarg¨® de amenazar con una navaja a la joven, que iba vestida con ropa deportiva. El hombre esgrimi¨® una navaja y la oblig¨® a subir a la furgoneta. Mientras, El Candi se qued¨® en el volante. Durante las seis horas posteriores, estuvieron vagando con la chica en el interior del veh¨ªculo por carreteras de Madrid, Segovia y ?vila.
La impericia de estos criminales les hizo quedarse sin gasolina. El Candi cogi¨® una garrafa y acudi¨® a una gasolinera. Ambos decidieron llevar a la joven a las ruinas de una antigua f¨¢brica de ladrillos en el t¨¦rmino municipal de Numancia de la Sagra (Toledo). Esta se encontraba a tan solo un kil¨®metro del domicilio de Emilio, que resid¨ªa en el municipio toledano de Pantoja. Pasaba todos los d¨ªas por delante de estas ruinas.
La polic¨ªa hizo una intensa b¨²squeda. Hubo manifestaciones en Alcobendas y peticiones a los secuestradores para que liberaran a la joven. Los agentes de la Polic¨ªa Judicial rastrearon centenares de pistas para poder localizarla. La mujer de Emilio, Felisa Garc¨ªa, conocida como la churrera de Pantoja, simul¨® la voz de Anabel y enviaron una cinta en la que la falsa secuestrada aseguraba que estaba bien. Los agentes desconfiaron desde el primer momento y el an¨¢lisis de la grabaci¨®n permiti¨® llegar hasta los autores. El cuerpo fue localizado el 29 de septiembre de 1995.
Los jueces de la Audiencia Provincial de Toledo condenaron a los dos captores a 39 a?os y dos meses de prisi¨®n. Consideraron que, cuando Anabel ya estaba en la f¨¢brica, decidieron ahorcarla. Temieron que alguien les hubiera visto secuestrarla y que les pudiera reconocer. Antes de bajarla del veh¨ªculo, la ataron de pies y manos y le taparon la boca con una cinta adhesiva. La v¨ªctima se encontraba completamente desprotegida, por lo que se les aplic¨® la agravante de alevos¨ªa en el crimen.
Lo que no aceptaron los jueces fue el delito de secuestro, que lo transformaron en detenci¨®n ilegal. La joven ya estaba fallecida cuando los captores solicitaron el rescate a la familia. La mujer de Emilio fue condenada a seis meses de c¨¢rcel por los delitos de encubrimiento y por imitar la voz de Anabel.
Los magistrados del Tribunal Supremo aumentaron en cuatro a?os y cuatro meses las condenas a los dos principales culpables. Entendieron que s¨ª exist¨ªa la agravante de exigencia de un rescate en el delito de detenci¨®n ilegal. Tambi¨¦n increment¨® la condena para Felisa hasta los dos a?os y cuatro meses por la misma circunstancia.
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