El ¡®proc¨¦s¡¯ entra en el museo

Una de las im¨¢genes m¨¢s difundidas del refer¨¦ndum catal¨¢n del domingo 1 de octubre fue la de la Guardia Civil reventando la puerta de acceso del pabell¨®n municipal de Sant Juli¨¤ de Ramis (Giron¨¦s); el lugar donde estaba previsto que votara el presidente de la Generalitat Carles Puigdemont horas despu¨¦s. Al d¨ªa siguiente, el alcalde de la localidad Marc Puigti¨® recibi¨® una llamada del Museu d¡¯Hist¨°ria de Catalunya pidi¨¦ndole que no se deshiciera de ella. ¡°Vinieron al cabo de un mes para llev¨¢rsela a Barcelona. Bueno, solo media, porque era muy grande. El resto la tenemos guardada donde est¨¢ el material de la brigada municipal, porque da cosa tirarla¡±, explica el primer edil de ERC.?La puerta es, con toda seguridad, el objeto m¨¢s representativo que ha conseguido la campa?a lanzada por Llu¨ªs Puig, ¨²ltimo consejero de Cultura de la Generalitat, para recoger material, sobre todo fotograf¨ªas y audios, de esas jornadas para que formen parte de las colecciones de los museos y archivos catalanes y as¨ª poder explicar estos hechos en un futuro. La campa?a, pese a estar intervenida la Generalitat en aplicaci¨®n del 155 desde finales de octubre, contin¨²a y es posible ver mensajes en las redes recordando la necesidad de preservar estos objetos y que esta iniciativa se realiza para ¡°garantizar la memoria colectiva¡±.

Todo comenz¨® cuando el 3 de octubre Puig, hoy huido a Bruselas como otros exconsejeros, escribi¨® en un tuit: ¡°Cultura habilitar¨¢ un sistema de recogida de los materiales audiovisuales de estos d¨ªas. ?Guardadlos! Son tambi¨¦n nuestro patrimonio¡±. El 11 de octubre la consejer¨ªa de Puig puso en marcha la campa?a #mem¨°ria1oct ¡°para proteger los documentos m¨¢s susceptibles de desaparecer¡±, sobre todo documentos escritos, sonoros, gr¨¢ficos y visuales. Pod¨ªan mandarse, almacenados en un l¨¢piz de memoria, disco duro u otro soporte de almacenamiento de informaci¨®n, a cualquiera de los 700 equipamientos culturales catalanes: archivo, biblioteca o museo catal¨¢n. Fuentes de la consejer¨ªa de Cultura aseguran que se han recogido hasta ahora ¡°solo 150 objetos, la mayor¨ªa fotograf¨ªas¡± y que no disponen de datos del resto de equipamientos. Y a?aden que en las condiciones actuales ¡°no es posible saber qu¨¦ uso se les dar¨¢ en un futuro a los mismos¡±.

Historiadores y muse¨®logos consultados por este diario aseguran que los acontecimientos ocurridos antes y despu¨¦s del 1-O merecen la atenci¨®n de los museos, pero difieren sobre el peso y el momento en que los hechos pasar¨¢n a la historia. Coinciden en que es oportuno recopilar desde ahora la abundancia de esteladas, lazos amarillos, rostros con la boca tachada, lemas clamando la libertad de los pol¨ªticos encarcelados y el resto de materiales de difusi¨®n generados por el proc¨¦s y sus consecuencias. Pero reclaman que no se olviden recoger los contenidos generados por partidarios de la permanencia de Catalu?a en Espa?a.

Recopilar, s¨ª, pero darles forma ya en una sala, a¨²n no. ¡°Estamos hablando de materiales muy ef¨ªmeros que desaparecer¨¢n salvo los que queden en manos de coleccionistas¡±, apunta Juan Luis Gonz¨¢lez Garc¨ªa, profesor de museograf¨ªa la Universidad Aut¨®noma de Madrid. ¡°Luego ser¨¢n m¨¢s inaccesibles y probablemente se encarezcan¡±, a?ade. Para Jes¨²s Pedro Lorente, catedr¨¢tico y profesor de Museolog¨ªa de la Universidad de Zaragoza, adem¨¢s, recogerlos por petici¨®n p¨²blica permite ahorrar fondos p¨²blicos y favorecer la participaci¨®n ciudadana.

Eso s¨ª, Gonz¨¢lez Garc¨ªa precave contra posibles sesgos. ¡°Me da la impresi¨®n que en esa solicitud hay m¨¢s de una cierta proclividad pol¨ªtica hacia dar carta de historicidad a un proceso¡±. M¨¢s esc¨¦ptico sobre su presentaci¨®n final se muestra Jos¨¦ Luis Corral, profesor de historia de la Universidad de Zaragoza: ¡°Tengo serias dudas sobre el uso que le vaya a dar ese museo en concreto, que difunde algunos contenidos hist¨®ricos de manera sesgada¡±. M¨¢s conciliador, Lorente conf¨ªa en que se expongan ¡°demostrando pluralidad¡± y sin que el museo se identifique ¡°institucionalmente¡± con ning¨²n discurso: ni el de la Generalitat ¡°porque a pesar del 155 tiene su punto de vista al respecto y adem¨¢s es la autoridad de la que depende el museo¡±, ni el de ¡°otras instancias¡±.

Expertos aseguran que los acontecimientos en torno al 1-O merecen la atenci¨®n de los museos, pero difieren sobre el peso y el momento en que esos hechos pasar¨¢n a la historia

La precipitaci¨®n puede da?ar lo acertado de la propuesta final del museo, advierten los tres expertos consultados. ¡°La historia necesita distanciamiento¡±, sentencia Corral. Y adelanta as¨ª una salvaguarda de Gonz¨¢lez Garc¨ªa contra la actuaci¨®n quiz¨¢ precoz. ¡°Aplicar una pr¨¢ctica inductiva, no deductiva, es pensar en lo que va a ser historia antes de que ese desplazamiento temporal se haya producido y podamos juzgar con cierta objetividad si esos objetos tienen el valor representativo suficiente para ilustrar y dar evidencia hist¨®rica importante del momento que se ha vivido¡±.

Lorente disiente en parte sobre el momento adecuado: ¡°Tampoco es incorrecto el planteamiento de que [el trabajo de museizaci¨®n] se haga ahora¡±, apunta. El Museu d¡¯Hist¨°ria de Catalunya no estar¨ªa solo en la pol¨¦mica labor de narrar un hecho hist¨®rico que a¨²n est¨¢ en desarrollo y de final incierto. Lorente alude al ejemplo del Museo de la Independencia de Bogot¨¢, que cierra su recorrido con la cuesti¨®n candente de la reconciliaci¨®n con la guerrilla de las FARC. Museizaci¨®n, para el experto de la Universidad de Zaragoza no equivale a complacencia. ¡°Hay museos que realizan un an¨¢lisis no digo cruel, pero que no evita precisamente la pol¨¦mica¡±.

Dos filtros

La decisi¨®n sobre el relato que construya el museo para contar la etapa m¨¢s reciente de la historia de Catalu?a recaer¨¢ en el propio museo. ¡°No es costumbre en los museos consensuar la pol¨ªtica expositiva de lo que se hace en sus salas. Incluso cuando algo sea muy controvertido puede ser sometido a un ¨¢mbito de discusi¨®n, pero normalmente a instancias del propio museo¡±, ilustra Gonz¨¢lez Garc¨ªa.

Lorente considera que la recogida debe pasar por dos filtros: el primero, para decidir qu¨¦ puede tener inter¨¦s para el futuro y qu¨¦ no; el segundo, qu¨¦ se expondr¨¢ entre todo lo recogido. ¡°Pasa con todos los museos: una cosa es lo que se colecciona y otra es lo que se muestra, que es como la punta del iceberg¡±. Corral descarga en cierta medida de urgencia a los historiadores. ¡°Ahora la labor de contar lo que ocurre recae en los periodistas. El turno de los historiadores llegar¨¢ m¨¢s tarde¡±.

¡°A m¨ª me gustar¨ªa que la puerta se expusiera en el Museu d¡¯Hist¨°ria de Catalunya; ser¨ªa la forma de que se sepa lo que pasamos aqu¨ª ese d¨ªa¡±, explica Puigti¨®. El consistorio que dirige fue de los primeros en incorporar en el nomencl¨¢tor los hechos del refer¨¦ndum: el pleno municipal aprob¨®, al d¨ªa siguiente, 2 de octubre, poner a la plaza que hay delante del pabell¨®n el nombre de ¡°Plaza del 1 de octubre¡± y nombr¨® a Enric Millo, delegado del gobierno de Espa?a en Catalu?a, persona non grata.