El edificio del cine Metropol de Valencia: seis razones para su conservaci¨®n
Solo pensar en su desaparici¨®n ser¨ªa un s¨ªntoma evidente de que en esta Valencia del siglo XXI todos nos estamos volviendo locos
Desde nuestro punto de vista [1] hay, al menos, seis razones que avalan la permanencia f¨ªsica del edificio donde se instal¨® en la d¨¦cada de 1930 el cine Metropol.
1. La confianza en la bondad del car¨¢cter cambiante de la arquitectura preexistente. En la exposici¨®n que dedicamos en 2009 a nuestro a?orado maestro y amigo Juan Jos¨¦ Estell¨¦s iniciamos con este texto suyo el apartado dedicado a las obras de rehabilitaci¨®n: ¡°La Arquitectura no se separa de la ciudad, con la que guarda las relaciones de intensidad que ya expres¨® Le¨®n Battista Alberti en el siglo XV con clara elocuencia. Su presencia urbaniza el entorno m¨¢s salvaje, marcando la existencia del hombre e introduciendo su medida. Debemos defender la ciudad todos los ciudadanos. Vivimos en la cultura de la ciudad y debemos proteger sus edificios, que son f¨¢ciles de adaptar a los nuevos tiempos¡±.
2. La intervenci¨®n del arquitecto Javier Goerlich Lle¨® en uno de los dos edificios proyectados en 1882 por el maestro de obras Gaspar Latorre de manera conjunta en los n¨²meros 7 y 9 de la calle Hern¨¢n Cort¨¦s, al contrario de lo que se dice en el ¨²ltimo Informe t¨¦cnico presentado en marzo de 2018, es una pieza muy importante en el giro que experimenta su arquitectura hacia la modernidad, hecho que sucede durante la II? Rep¨²blica, momento en el que proyecta el Club N¨¢utico, el Front¨®n Valenciano, el Hotel Londres, la Residencia de Estudiantes (luego Colegio Mayor Llu¨ªs Vives) o la casa Dinnbier en Rocafort. Arquitecturas de formas nuevas, como las del cine Metropol, surgidas de la relaci¨®n profesional de Javier Goerlich con j¨®venes y prometedores arquitectos (Alfonso Fungairi?o, Manuel Cervera Aranda o Ricard Roso), con adelantados dise?adores gr¨¢ficos (el r¨®tulo de inspiraci¨®n dec¨® dise?ado por el estudio del arquitecto ha dado lugar a una tipograf¨ªa original desarrollada recientemente por el dise?ador Juan Nava) y tambi¨¦n con los mejores interioristas y decoradores que trabajaban en Valencia.
3. El Metropol, especialmente su fachada, forma parte relevante e insustituible de la escena urbana que actualmente define la calle de Hern¨¢n Cort¨¦s. Este cine surge de una intervenci¨®n proyectual renovadora en cuanto a usos y formas que dialoga de manera digna y respetuosa con el edificio residencial vecino (la otra mitad del proyecto de 1882), cosa que no ocurre con las nuevas construcciones que han ido sustituyendo a muchos de los edificios levantados a finales del siglo XIX y principios del XX en esta calle del Primer Ensanche de la ciudad.
4. El promotor de este nuevo e innovador cine fue Vicent Miquel Carceller, republicano convencido que fue torturado y fusilado por los ¡°nacionales¡± en Paterna el 28 de junio de 1940. Ejerci¨®, entre otras muchas cosas, como editor de la revista sat¨ªrica La Traca (recordemos la excelente exposici¨®n sobre ella instalada en La NAU el pasado a?o) y tambi¨¦n como promotor de dos de los equipamientos culturales valencianos m¨¢s destacados de su ¨¦poca: el demolido Nostre Teatre, inaugurado en octubre de 1933, y el cine Metropol, inaugurado exactamente un a?o despu¨¦s. Ya solo el desagravio de su cruel e injusta muerte ser¨ªa suficiente para proteger integralmente este edificio.
5. El Metropol est¨¢ muy arraigado en la memoria hist¨®rica de los valencianos, como lo demuestra el movimiento ciudadano que clama desde hace meses por evitar su demolici¨®n. Tambi¨¦n el hecho, nada puntual, de que su nombre sea evocado en dos publicaciones recientes: la gu¨ªa literaria ¡°Vicent Andr¨¦s Estell¨¦s en la Valencia de los viejos tranv¨ªas¡± y el art¨ªculo ¡°Mar¨ªa Magdalena en clave feminista¡±. En la primera (editada pr¨®ximamente por el Ayuntamiento de Valencia con la coordinaci¨®n de Daniel Benito y Mateo Gam¨®n), un poema de Vicent Andr¨¦s Estell¨¦s rememora un contacto er¨®tico mantenido en este cine; mientras que en el segundo, publicado en El Pa¨ªs el 30 de marzo pasado, Manuel Vicent recordaba que: ¡°Durante la Semana Santa de entonces solo se pon¨ªan pel¨ªculas de jud¨ªos y romanos. En aquel marzo de 1954 en Valencia La t¨²nica sagrada en cinemascope inaugur¨® el cine Lys. En el cine Metropol pon¨ªan Quo Vadis, de Robert Taylor, Peter Ustinov y Deborah Kerr, en el papel de Ligia, que llen¨® de erotismo a toda una generaci¨®n de adolescentes¡±.
6. La propia Corporaci¨®n Municipal est¨¢ patrocinando en una de sus salas la ¡°largamente deseada¡± exposici¨®n sobre Javier Goerlich Lle¨® que, por razones ligadas a la dimensi¨®n del recinto, se va a centrar exclusivamente en sus intervenciones en la ciudad de Valencia, tanto urban¨ªsticas como arquitect¨®nicas. En ella, las obras antes citadas (muchas de ellas demolidas no hace mucho tiempo) tendr¨¢n una especial relevancia, incluida la correspondiente al cine Metropol. ?No es una enorme y triste contradicci¨®n que la misma instituci¨®n que quiere restituir la imagen, personal y profesional, del que fue su Arquitecto Mayor entre 1931 y 1956 pueda autorizar, al mismo tiempo, la desaparici¨®n de otro de sus valiosos proyectos arquitect¨®nicos?
Por separado, cualquiera de estas seis razones ser¨ªa argumento suficiente para proteger esta singular intervenci¨®n en un edificio preexistente, pero todas juntas ofrecen un panorama (ciudadano, social y cultural) tan absolutamente elocuente que solo pensar en su desaparici¨®n ser¨ªa un s¨ªntoma evidente de que en esta Valencia del siglo XXI todos nos estamos volviendo locos.
[1] Tito Llopis y el historiador David S¨¢nchez son los comisarios de la exposici¨®n ¡°Javier Goerlich Lle¨®: arquitectura y urbanismo en la ciudad de Valencia (1914-1962)¡± que el Ajuntamiento de Val¨¨ncia, tiene previsto inaugurar durante el pr¨®ximo mes de julio.
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