Las cruces amarillas crispan la convivencia en Catalu?a

Los lazos amarillos han salpicado desde hace meses calles y plazas de municipios catalanes en solidaridad con los pol¨ªticos presos, con algunos?encontronazos entre partidarios y detractores. Pero no ha sido hasta la llegada de las cruces amarillas en la playa que se han producido enfrentamientos de m¨¢s entidad. El fin de semana pasado, Canet de Mar, Llafranc y Calella de Palafrugell han sido escenario de rifirrafes, insultos y heridos leves. El delegado del Gobierno, Enric Millo, ha enviado una carta a todos los alcaldes catalanes pidiendo ¡°neutralidad¡± en la gesti¨®n del espacio p¨²blico.

¡°Si no se hacen cosas delictivas en el espacio p¨²blico o que molestan a terceros, no nos metemos¡±, explica la alcaldesa de Canet de Mar, Blanca Arbell (ERC), que ultima la denuncia contra la ¡°agresi¨®n de grup¨²sculos ultra¡± a tres vecinos, el domingo. El incidente empez¨® con la retirada de cruces amarillas de la playa. Un anciano recibi¨® un golpe con una cruz en la mejilla, una mujer, en la cabeza, y un concejal de la CUP explica que recibi¨® golpes. ¡°Cuando llegamos a la playa ya nos estaban esperando¡±, alega Jos¨¦ Casado, de Segadors del Maresme, el grupo que retir¨® las cruces. Denuncia agresiones y tambi¨¦n prepara una denuncia. En las im¨¢genes del incidente se aprecian rifirrafes, insultos y gritos de ambos lados.

Tambi¨¦n en Llafranc y en Calella de Palafrugell los vecinos acabaron a gritos por las cruces. ¡°Para ejercer una acci¨®n en el espacio p¨²blico, hay que pedir permiso¡±, explica un portavoz del Ayuntamiento de Palafrugell (ERC), del que dependen. ¡°No sab¨ªamos nada de las cruces, es algo puntual, si alguien nos pide permiso, se valorar¨¢¡±, a?ade.

La limpieza en las playas es tarea municipal. El Gobierno central solo interviene en elementos de ocupaci¨®n permanente. ¡°La instalaci¨®n de cruces, desmontables y sin permanencia, se ha de tratar igual que cualquier otro elemento provisional que cualquier ba?ista puede instalar en una playa (toallas, sillas, sombrillas, etc.) y que no suponga ning¨²n riesgo para los dem¨¢s¡±, explica un portavoz del Ministerio de Agricultura, del que depende Costas.

¡°Son espacios de uso com¨²n y la ley de r¨¦gimen local dice que todo el mundo tiene derecho a utilizarlo: pasear, manifestarse, lucir s¨ªmbolos, etc.¡±, a?ade el abogado Simeo Miquel, especializado en Derecho administativo. Sostiene que los ayuntamientos pueden limitar ese derecho a trav¨¦s las ordenanzas y se?ala que ¡°quitar¡± no es sim¨¦trico a ¡°poner¡±: ¡°Uno es la manifestaci¨®n de una libertad y el otro, una expresi¨®n en contra¡±.

La alcaldesa de Castellbell i el Vilar ha sido la primera en regular la expresi¨®n en el espacio p¨²blico: habr¨¢ que pedir permiso. ¡°Es mi obligaci¨®n velar por la convivencia¡±, cuenta Montserrat Badia (PSC), preocupada por el ¡°enrarecimiento¡± del ambiente. Y lamenta profundamente las cr¨ªticas que est¨¢ recibiendo desde algunos sectores por la iniciativa. Miquel ve de dudosa aplicaci¨®n el argumento de la convivencia: ¡°Ser¨ªa m¨¢s adecuado regularlo para saber qui¨¦n pone ciertas cosas en el espacio p¨²blico para despu¨¦s obligarles a retirarlo o cargarles el gasto de hacerlo¡±.