Un instituto de Terrassa impulsa una ILP sobre el etiquetado ¨¦tico

Tras retomarse las clases despu¨¦s de las ¨²ltimas vacaciones de Navidad, Marc Ballestar, profesor de Historia y Ciencias Sociales de la escuela Vedruna Vall de Terrassa pregunt¨® a sus alumnos: ?Qu¨¦ es lo ¨²ltimo que hab¨¦is comprado? ?Qu¨¦ informaci¨®n os da la etiqueta sobre el origen del producto? La cuesti¨®n gener¨® una curiosidad en los estudiantes que acab¨® en una intensa b¨²squeda y culmin¨® en una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para crear una nueva normativa sobre el etiquetado de los productos que registraron en el Parlament hace unas semanas.

Desde inicio de a?o, unos 90 alumnos de 2? de ESO de este centro escolar trabajan en el proyecto del etiquetado ¨¦tico de los productos. A ra¨ªz de la cuesti¨®n planteada por el profesor, los alumnos se dieron cuenta que era harto dif¨ªcil conocer las condiciones en que un producto determinado ha sido elaborado: si hay mano de obra infantil, las condiciones laborales de la f¨¢brica, etc. ¡°Vieron que no es as¨ª, que las empresas son opacas¡±. Ante la falta de informaci¨®n, enviaron mensajes ¨Cen ingl¨¦s¨C a las compa?¨ªas. Algunas de ellas respondieron, causando sorpresa y satisfacci¨®n entre los estudiantes.

Paralelamente, la escuela contact¨® con la empresa Twenty Corner de Sabadell, que ha desarrollado un chip que utiliza la tecnolog¨ªa Near Field Communication (NFC) que recopila informaci¨®n de todo tipo sobre el producto, a la cual se accede simplemente con el m¨®vil. Esto les permiti¨® a los alumnos darse cuenta de que lo que ellos buscaban era tecnol¨®gicamente posible. ¡°Despu¨¦s de dos meses de frustraciones, de ver que no consegu¨ªan informaci¨®n, la cosa cambi¨® cuando vieron que una tecnolog¨ªa pod¨ªa hacer que las empresas fueran transparentes¡±, apunta Ballestar.

Y as¨ª elaboraron una lista de elementos que los estudiantes consideraron que las etiquetas de los productos deber¨ªan recoger: el uso de mano de obra infantil, horario laboral adecuado, brecha salarial, respeto al medio ambiente¡­ y as¨ª hasta 10 ¨ªtems. El proyecto de los alumnos sigui¨® con la elaboraci¨®n de un formulario con esta decena de preguntas que las empresas deber¨ªan responder y, en base a sus respuestas, se les otorgar¨ªa un color ¨Crojo, naranja o verde-, que reflejar¨ªa el grado de ¨¦tica en el proceso de fabricaci¨®n.

¡°?Y ahora, qu¨¦ hacemos? ?Y si forzamos a las empresas a incluir esta informaci¨®n en sus etiquetas? ?Y si hacemos una ley?¡±. El profesor recuerda los pasos mentales que hicieron los alumnos hasta decidir presentar la ILP. Y la redactaron y el pasado 26 de abril la registraron en el Parlament. ¡°El nivel de euforia fue creciendo porque vieron que lo que hac¨ªan sal¨ªa del aula y que era posible cambiar la ley. Y cuando fuimos al Parlament, se deshac¨ªan¡±, recuerda el profesor.

D¨ªas despu¨¦s, y tras comprobar que no hab¨ªa ning¨²n defecto de forma, la C¨¢mara catalana acept¨® a tr¨¢mite la ILP. Pero ahora viene una dura tarea, admite el docente: ¡°recoger 50.000 en seis meses y comprobarlas una a una. Es casi imposible¡±. No obstante, la idea del centro es impulsar una plataforma y, con la ayuda de las 35 escuelas Vedruna de Catalu?a y entidades relacionadas con la econom¨ªa social, empezar la recogida de firmas en septiembre.

A falta de ver la conclusi¨®n de la aventura, el profesor se muestra satisfecho. ¡°Para m¨ª el trabajo que hemos hecho hasta aqu¨ª ya es un ¨¦xito¡±, subraya. ¡°Est¨¢ muy bien estudiar Roma, pero otra cosa es ver que lo que aprendes sale del aula y repercute en tu vida. Esto es revolucionario¡±, remacha.