La caricatura
La idea de que se admiten espa?oles dentro del proyecto independentista funciona siempre que estos defiendan que Espa?a es un Estado autoritario
Una de las curiosidades que ha dejado el proc¨¦s es el apoyo prestado por algunos intelectuales espa?oles de izquierdas al independentismo. Han manifestado tal apoyo, sobre todo, dando fe de la premisa caricaturesca a favor de la independencia, o sea, afirmando que Espa?a es efectivamente un Estado autoritario irreformable.
Desde una parte del independentismo, se ha acogido con entusiasmo tal ayuda, por lo menos, por dos razones. Por un lado, porque todo lo que sea confirmaci¨®n de la desfiguraci¨®n del enemigo contra el que se lucha, y m¨¢s si la proporciona alguien que jura y perjura conocer bien sus entra?as, es m¨¢s que bienvenido. Por otro lado, porque esas sinergias demostrar¨ªan que el independentismo es incluyente, en el sentido de que admite a espa?oles, lo cual, a su vez, vendr¨ªa a demostrar que el suyo, en el fondo, no es un proyecto contra Espa?a.
Me parece, sin embargo, que ninguna de las dos razones llega a levantar el vuelo. El hecho de que alg¨²n espa?ol contribuya a la caricatura de Espa?a ¡ªpor m¨¢s que jure y perjure hablar desde una atalaya epist¨¦mica privilegiada¡ª no hace que la caricatura sea verdadera. Es f¨¢cil explicar que tal apoyo sea bienvenido dentro de cierto independentismo, pero la caricatura sigue siendo eso, una caricatura. Adem¨¢s, la idea de que se admiten espa?oles dentro del proyecto independentista funciona siempre y cuando el espa?ol de turno pague el peaje de la adhesi¨®n a la caricatura de Espa?a. ?Cu¨¢ntos espa?oles que no est¨¦n dispuestos a suscribir la caricatura de Espa?a figuran en las filas del filoindependentismo?
Pero m¨¢s all¨¢ de todo esto, me cuesta entender que desde el independentismo no se vea que esos intelectuales espa?oles usan la cosa catalana para, en el fondo, reivindicar otras cosas (entre las cuales figura de forma principal, sospecho, su ego). Lo cual, en s¨ª mismo, no es particularmente grave, siempre y cuando uno est¨¦ dispuesto a aceptar que su causa y su proyecto est¨¢n siendo utilizados por terceros para efectos puramente instrumentales.
Lo que s¨ª me parece m¨¢s grave, en cambio, es que con esa actitud de venir a Catalu?a a endulzar el o¨ªdo de algunos catalanes dici¨¦ndoles exactamente lo que quieren o¨ªr ¡ªo sea, que Espa?a es una porquer¨ªa¡ª, algunos de esos intelectuales tratan a esos catalanes, me temo, con aut¨¦ntica condescendencia cultural: vengo aqu¨ª, hablo mal de los espa?oles, lo cual ahora no supone ning¨²n esfuerzo ni ning¨²n coste social en Catalu?a, y ya me he ganado sus simpat¨ªas. Total, ya se sabe que estas gentes acomplejadas se conforman con poquita cosa.
Uno de esos intelectuales espa?oles, un profesor llamado Ram¨®n Cotarelo, dijo hace unas semanas en una entrevista que se va a vivir a Girona y, aprovech¨¢ndolo ¡ªpor cierto, ?por qu¨¦ el hecho de que un profesor se vaya a vivir a un lado u otro merece una entrevista?¡ª , abund¨® en la caricatura de Espa?a e hizo la pelota de manera obscena a las gentes de Girona. ?Existe un tratamiento m¨¢s condescendiente que el de, viniendo de otro lugar, tratar a unas gentes buscando su adulaci¨®n soltando un par de t¨®picos sobre el lugar y tir¨¢ndoles un par de caramelos ¡ªo sea, hablando mal de Espa?a¡ª como si fueran criaturas deseosas de az¨²car?
Yo no s¨¦ si Cotarelo habla catal¨¢n, pero si de verdad le preocupa algo la cultura catalana, y no el utilizar a los catalanes para vehicular su reivindicaci¨®n o su ego, podr¨ªa empezar su periplo en Girona aprendiendo catal¨¢n, algo que, a diferencia de abanderar la caricatura de la Espa?a neofranquista y hacer la pelota desvergonzadamente a los locales, s¨ª requiere cierto esfuerzo y trabajo e implica tratar al catal¨¢n como a un par cultural.
Por lo dem¨¢s, d¨ªas atr¨¢s, Cotarelo decidi¨® cancelar un acto en Tarragona organizado por no s¨¦ qu¨¦ movimiento independentista porque, al parecer, el hostal que le hab¨ªan reservado era demasiado espartano para sus est¨¢ndares. Y al gran Cotarelo ¡ªpara m¨ª, el gran descubrimiento del verano¡ª, no se le ocurri¨® m¨¢s tarde otra cosa que insultar en p¨²blico a esos independentistas, que al parecer lo hab¨ªan ido a buscar a la estaci¨®n de tren, le hab¨ªan pagado el hostal y la cena, llam¨¢ndoles¡?espa?oles!
Yo nunca hab¨ªa sentido curiosidad te¨®rica por el sadomasoquismo, pero viendo la relaci¨®n entre cierto independentismo y algunos de esos intelectuales espa?oles quiz¨¢ ha llegado el momento de reconsiderar mis intereses.
Pau Luque es investigador en el Instituto de Investigaciones Filos¨®ficas de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico.
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