?Liberen a los presos!¡­ y despu¨¦s, ?qu¨¦?

Sostengo que la prisi¨®n preventiva de los Jordis y de los pol¨ªticos presos del procesismo es excesiva y que, por tanto, deber¨ªan estar en libertad condicional. El ordenamiento jur¨ªdico espa?ol, igual que el del resto de nuestros hom¨®logos democr¨¢ticos, prev¨¦ que contra las personas investigadas por delitos de gravedad pueda dictarse la privaci¨®n de libertad previa a una potencial condena, si se dan una serie de condiciones previstas. Es poco justificable, m¨¢s despu¨¦s de haberse finalizado la instrucci¨®n, el mantenimiento de esta decisi¨®n que afecta al derecho fundamental de la libertad personal. Adem¨¢s, existen otras medidas efectivas menos lesivas para los derechos fundamentales de los acusados que aseguren los bienes jur¨ªdicos que se persiguen con la aplicaci¨®n de la prisi¨®n provisional.

La situaci¨®n de prisi¨®n de los l¨ªderes del proc¨¦s es, adem¨¢s, dif¨ªcilmente entendible para, al menos, una parte de la sociedad que ve como en casos de grav¨ªsima afectaci¨®n de derechos, como en La Manada, los ya condenados est¨¢n en libertad mientras esperan que su sentencia sea firme. El magistrado Llarena ha instruido la causa guiado por una interpretaci¨®n amplia, excesiva, del C¨®digo Penal y la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Pero cuando el proceso penal se pone en marcha no puede pararse y es dif¨ªcil, salvo decisi¨®n judicial en contra, cambiar su curso y las decisiones del magistrado Llarena han sido validadas, hasta la fecha, por todas las instancias judiciales interpeladas.

En la esfera pol¨ªtica, el Gobierno de Pedro S¨¢nchez no desiste de fomentar el di¨¢logo y el acercamiento de las posturas pol¨ªticas pese a las constantes provocaciones del president Torra y los suyos. Sin embargo, pese a lo manifestado hace unos d¨ªas, s¨ª estaba en la mano del presidente propiciar que la Fiscal¨ªa General se planteara un cambio de orientaci¨®n en esta materia, ejerciendo aut¨®nomamente, como corresponde, su funci¨®n, sin injerencia alguna, que ser¨ªa impropia.

Imaginemos que la Fiscal¨ªa solicita la puesta en libertad de los presos e, imaginemos incluso que Llarena decide ponerlos en libertad. ?Supondr¨ªa esto desactivar el movimiento amarillo en Catalunya? Me temo que no, o no mayoritariamente. Y ello porque la marea amarilla, pese a lo que podr¨ªa parecer, no persigue la libertad de los presos preventivos del proc¨¦s. El amarillo simboliza la idea de que los l¨ªderes del proc¨¦s se limitaron a defender sus ideas pac¨ªficamente y que, por tanto, no deben responder (penalmente) por nada de lo hecho. As¨ª, no de trata de una cuesti¨®n de derechos fundamentales (aplicaci¨®n de una medida privativa de libertad desproporcionada), sino de la concepci¨®n misma del Estado de Derecho democr¨¢tico. Para los procesistas romper el ordenamiento constitucional los d¨ªas 6 y 7 de septiembre de 2017 con la aprobaci¨®n de las leyes de refer¨¦ndum y transitoriedad, la celebraci¨®n del refer¨¦ndum y la Declaraci¨®n Unilateral de Independencia no merecen ninguna reprobaci¨®n jur¨ªdica porque se llevaron a cabo por cauces democr¨¢ticos. Es cierto que se hizo en el Parlamento y sin violencia (f¨ªsica) pero es radicalmente falso que se hiciera por cauces democr¨¢ticos: de desoy¨® a las minor¨ªas (mayoritarias en este caso) en el Parlament, se ignoraron los derechos de los diputados y diputadas de la oposici¨®n, se retorci¨® el procedimiento parlamentario lo indecible, se aprobaron leyes sobre las que se hab¨ªa advertido de su inconstitucionalidad porque supon¨ªan la ruptura con el Estado de forma unilateral. Se celebr¨® un pseudo-refer¨¦ndum sin garant¨ªa alguna y se declar¨® unilateralmente la independencia. Los responsables de estas decisiones deben depurar sus responsabilidades jur¨ªdicas, igual que lo har¨ªan en cualquier estado democr¨¢tico de nuestro entorno. No por haber cometido rebeli¨®n, tipo penal en el que es dif¨ªcil encajar lo que sucedi¨®, pero s¨ª por haber roto el pacto de convivencia que todos aceptamos por cauces democr¨¢ticos hace cuatro d¨¦cadas, la Constituci¨®n, y nuestra norma institucional b¨¢sica, el Estatuto aprobado en 2006. Los lazos amarillos no van de derechos fundamentales, de defensa de la libertad de los presos; va de independencia y de unilateralidad.

Defiendo abiertamente la libertad de los presos hasta que haya una sentencia firme. Igualmente, el independentismo deber¨ªa descartar la unilateralidad como instrumento, porque se ha demostrado ineficaz en nuestro contexto jur¨ªdico (incluido el europeo y el internacional) donde no se contempla la secesi¨®n como forma de autodeterminaci¨®n para Catalunya, aunque el president Torra insista en ello. Iniciativas como las del diputado Carles Campuzano en el Congreso la pasada semana ser¨¢n las ¨²nicas que nos saquen del punto muerto en el que se encuentra la sociedad catalana hoy en d¨ªa. Todo lo dem¨¢s, es gesticulaci¨®n y preparaci¨®n de una nueva campa?a electoral.