El miedo a las tormentas, mecanismo de supervivencia

Servicios meteorol¨®gicos y de emergencias y medios de comunicaci¨®n han intensificado estos d¨ªas la alerta ante la gota fr¨ªa que amenaza el litoral mediterr¨¢neo. Algunas provincias, como Castell¨®n, Valencia, M¨¢laga o Teruel, ya han empezado a sufrir intensas precipitaciones, mientras que otras, como Alicante, est¨¢n libr¨¢ndose, de momento, del fen¨®meno oto?al. Tanto los avisos constantes como la experiencia pasada convierten las riadas en un temor palpable que monopoliza las conversaciones en la calle. El miedo a lo que pueda caer del cielo existe. Casos como el de Sant Lloren?, en las islas Baleares, est¨¢n demasiado recientes y agravan la tensi¨®n. Pero esta angustia, salvo en los casos m¨¢s patol¨®gicos, no es mala. Todo lo contrario. Es el mecanismo natural que nos hace sobrevivir. Por eso nos asustan los rayos y nos protegemos de las tormentas.

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¡°Hay algunos est¨ªmulos para los que nuestra especie est¨¢ especialmente preparada por herencia biol¨®gica para generar miedo. Y uno de ellos son las tormentas y otros fen¨®menos naturales¡±, indica Jos¨¦ Pedro Espada, catedr¨¢tico de Personalidad, Evaluaci¨®n y Tratamiento Psicol¨®gico de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez de Elche (Alicante). En su opini¨®n, el bombardeo de alertas que est¨¢ generando la actual situaci¨®n atmosf¨¦rica es positivo, porque el miedo ¡°genera conductas de huida¡±. ¡°Nos encontramos con una situaci¨®n que los expertos han valorado como de alto riesgo, y lo m¨¢s adaptativo es seguir las recomendaciones para evitar consecuencias¡±, sostiene.? Por eso hay que seguir las recomendaciones de estos expertos y las normas b¨¢sicas: ¡°Procurar evitar situaciones de especial riesgo, conocer cu¨¢les son y saber c¨®mo actuar en caso de verse sorprendido por una situaci¨®n inesperada que han sufrido v¨ªctimas de otras inundaciones y gotas fr¨ªas¡±, resume Espada.

La costa del Mediterr¨¢neo est¨¢ acostumbrada a las lluvias torrenciales en septiembre y octubre. Son c¨ªclicas, aunque no siempre se produzcan con la misma intensidad. Y son inevitables. As¨ª que Espada considera que no debemos estar alerta continuamente. ¡°No es preciso que la sociedad se prepare de antemano para estos fen¨®menos¡±, apunta el catedr¨¢tico de la UMH. La obsesi¨®n y el alarmismo no son buenos compa?eros de viaje, porque ¡°suponen una hiperactivaci¨®n del miedo que no aporta soluciones ante la situaci¨®n de potencial amenaza¡±. ¡°Por suerte contamos con tecnolog¨ªa y con buenos profesionales que pueden pronosticar estos fen¨®menos¡±, aunque al tratarse de ¡°un suceso natural con variables no controladas exista un peque?o margen de error¡±. Anticipar un temporal y que luego no pase nada no nos debe conducir a despreocuparnos ni a eso tan espa?ol de subestimar a los meteor¨®logos. Hay quien si observa una falsa alarma, ¡°puede generalizar err¨®neamente y concluir que los meteor¨®logos siempre se equivocan¡±, admite Espada. ¡°Cuando ocurre al rev¨¦s, que la situaci¨®n sorprende sin haberla previsto o haber tomado las medidas suficientes, r¨¢pidamente culpabilizamos a la administraci¨®n por haberse relajado¡±.

El propio mensaje de alerta puede rebajar la angustia de la poblaci¨®n. ¡°Todo aquello que el ser humano no puede controlar, como la muerte, una enfermedad o los fen¨®menos naturales, genera ansiedad¡±, asevera Teresa Mar¨ªn, coordinadora del Grupo de Intervenci¨®n Psicol¨®gica de Emergencias y Cat¨¢strofes del Colegio de Psic¨®logos de la Comunidad Valenciana. Por tanto, considera recomendable rebajar la tensi¨®n apelando al ¡°control¡±. ¡°Es muy importante estar informado desde la tranquilidad¡±, asevera, ¡°las alertas deber¨ªan remarcar que los servicios de emergencia lo tienen todo previsto¡±. E igual de previsores deben ser los ciudadanos. ¡°Ante un riesgo meteorol¨®gico como este, debemos pensar en quedarnos en casa tranquilos¡±. Pero tambi¨¦n hay que tomar en consideraci¨®n lo contrario, ¡°saber que si no llueve tanto como se esperaba, tenemos un plan b ya organizado¡±. ¡°Cubrir todas las opciones nos generar¨¢ tranquilidad¡±, subraya Mar¨ªn.

Lo que, en ning¨²n caso debemos hacer es correr riesgos. ¡°El miedo puede conducirnos a conductas temerarias y desproporcionadas¡±, de ah¨ª que haya tantos accidentes evitables ante emergencias como la de la gota fr¨ªa actual. ¡°No se puede subir a un tejadillo, ni mover el coche para asegurarlo mejor, ni ponerse a fijar ventanas¡± en pleno temporal. Seg¨²n la psic¨®loga, ¡°vale m¨¢s sentirse rid¨ªculo por llamar al 112 que acudir personalmente a arreglar una alcantarilla¡±. Por ¨²ltimo, Mar¨ªn, que tambi¨¦n es profesora de emergencias para las fuerzas de seguridad, insta a prestar especial atenci¨®n a los ni?os. ¡°Si no llevas a los ni?os al colegio, en el caso de que sea posible, o ven que te asustas demasiado, les est¨¢s generando demasiado alerta¡±, avisa. ¡°El ni?o aprende a tener miedo de lo que no conoce¡±, algo que puede ser contraproducente. Para evitarlo, vale el mismo consejo que para los adultos. ¡°Hay que decirles que estamos en un pa¨ªs con muchos recursos para emergencias¡±. Que est¨¢ todo controlado. Y que ya puede llover.