El fiscal pide expulsar de Espa?a al portavoz de los manteros de Barcelona por falsificar ropa
Lamine Sarr y seis senegaleses afrontan tres a?os de c¨¢rcel por fabricar bambas y bolsos para el top manta
Mamaru Lamine Sarr prefiere concentrarse en su fe antes que pensar en el juicio. "No me preocupo. Conf¨ªo en Dios. Pasar¨¢ lo que tenga que pasar". Lamine Sarr es el portavoz del sindicato de manteros de Barcelona, creado en 2015 para defender los intereses de los j¨®venes subsaharianos que sobreviven con la venta ambulante. A partir del pr¨®ximo martes, ¨¦l y otros seis senegaleses se sientan en el banquillo de los acusados por fabricar, en un piso de Barcelona, bolsos y bambas falsificados para el top manta.
La fiscal¨ªa pide tres a?os de prisi¨®n para seis de los senegaleses y cinco a?os para uno de ellos por reincidente. Exige, adem¨¢s, que a los tres acusados sin papeles se les sustituya el ingreso en prisi¨®n por su expulsi¨®n de Espa?a. Uno de los que se encuentran en situaci¨®n irregular es, precisamente, Lamine Sarr. "Hacen lo que les da la gana", dice el hombre que ejerce la portavoc¨ªa del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona, pero que ante el proceso judicial prefiere guardar silencio y no hablar en nombre de sus compa?eros.
La detenci¨®n de los siete senegaleses se produjo en julio de 2016, despu¨¦s de cinco d¨ªas de seguimientos por parte de la polic¨ªa. Los chicos compart¨ªan un piso en la calle Cal¨¤bria, en el Eixample de Barcelona. La polic¨ªa logr¨® autorizaci¨®n judicial para registrar la vivienda y descubri¨®, en grandes maletas de las distintas habitaciones, un almac¨¦n con m¨¢s de un millar de productos falsificados.
Los manteros guardaban en casa zapatillas Nike y Adidas; bolsos de Chanel, Prada y Michael Kors; gafas de Armani, Gucci y Louis Vuitton; y equipaciones del Bar?a y el Real Madrid. La fiscal¨ªa calcula que el da?o causado a esas marcas supera los 415.000 euros.
Lamine Sarr y sus compa?eros senegaleses no eran solo vendedores del top manta, sino, sobre todo, fabricantes y distribuidores. En el piso de Cal¨¤bria, siempre seg¨²n el relato de la fiscal¨ªa, se dedicaban a la "fabricaci¨®n, distribuci¨®n, almacenaje y venta a terceras personas" de los productos falsificados. Los seguimientos policiales constataron que algunos de ellos tambi¨¦n vend¨ªan directamente los productos. Como Maguette S., a quien se vio instalar la manta en la plaza de Catalunya o en La Rambla.
En el registro del piso, la polic¨ªa encontr¨® una bolsa de pl¨¢stico con siete tel¨¦fonos m¨®viles. Uno de los acusados, Mamadou M., los hab¨ªa encontrado en la calle y se los hab¨ªa quedado. La fiscal¨ªa subraya que no consta que los hubiera robado y le pide el pago de una multa por un delito leve de apropiaci¨®n indebida.
"No hay mafia, es supervivencia"
La acci¨®n policial y judicial contra Lamine Sarr y sus compa?eros gener¨® pol¨¦mica en el verano de 2016, en pleno fragor contra el top manta. M¨¢s a¨²n cuando la juez encargada del caso decidi¨® enviar a prisi¨®n a cuatro de ellos por riesgo de fuga porque cambiaban a menudo de identidad para "evitar la acci¨®n de la justicia". Tras pasar unos d¨ªas en la antigua c¨¢rcel Modelo, la juez les dej¨® en libertad. Sobre Lamine Sarr, el auto se?alaba que era una persona insertada en su entorno social, activa y que hab¨ªa participado en programas y cursos de formaci¨®n en los ¨²ltimos a?os.
En ese primer momento, al portavoz y a sus compa?eros se les consideraba parte de una organizaci¨®n criminal. Ese delito, sin embargo, ha quedado finalmente fuera de la acusaci¨®n de la fiscal¨ªa, que les atribuye solo un delito contra la propiedad industrial. "Siempre piensan que hay una red de mafia y no, es una forma de sobrevivir. La falsificaci¨®n les da m¨¢s para vivir. Si vendes solo pareos no te llega para pagar el alquiler", explica Mawa Ndiaye, presidente de la Asociaci¨®n de Residentes Senegaleses en Catalu?a.
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