Los editores crecen lento para ir r¨¢pidos en la carrera del ocio
El sector del libro aumenta un 2% su facturaci¨®n en 2018 y pide pactos de Estado para potenciar la lectura frente al mundo de las pantallas
Festina lente (apres¨²rate despacio) parece ser el aparentemente contradictorio lema de los editores que, por quinto a?o consecutivo y a¨²n a falta de la siempre importante campa?a de Navidad, prev¨¦n cerrar 2018 con un aumento de la facturaci¨®n de un 2%. Puestos a ser un buen a?o, para los editores catalanes lo ha sido incluso el pasado octubre, con un crecimiento espec¨ªfico de un 4%, ratificando as¨ª el duro impacto negativo que causaron al sector ese mismo mes de 2017 las movilizaciones del proc¨¦s, que hicieron caer las ventas un 10%.
En esa din¨¢mica, las editoriales afincadas en Catalu?a facturaron el a?o pasado 1.178,23 millones de euros (el 50,8% del total del Estado, que fue de 2.319,36 millones; Madrid, donde predomina el libro de texto, se lleva el 42,3 %), con unas ventas de 484,7 millones de euros en su propio territorio. De ¨¦stas, 126,4 millones de euros provinieron de libros editados en lengua catalana, un 26% de un mercado que, en general, cada vez tiene las ventas m¨¢s concentradas en momentos puntuales como Sant Jordi, el binomio prevacacional junio y julio y el navide?o diciembre, seg¨²n los datos que maneja el Gremi d'Editors de Catalunya, de los que ayer hizo balance su presidente, Patrici Tixis.
El modesto pero continuado crecimiento (lejos a¨²n de equilibrar la ca¨ªda de la edici¨®n en toda Espa?a de un 30% de la facturaci¨®n entre 2008 y 2013 por la crisis) es la parte del lente que permite afrontar la de la festina que impone el cambio de paradigma que vive el sector desde la ¨²ltima d¨¦cada. Incumplida la profec¨ªa de la desaparici¨®n hoy del libro f¨ªsico en papel como los gur¨²s vaticinaron hace justo una d¨¦cada, ese soporte contin¨²a significando el 95% de la facturaci¨®n. El problema del e-book se mantiene en Espa?a no tanto por un precio alto que ronda los siete euros de media pero que va bajando (y que lo har¨¢ m¨¢s cuando el Gobierno aplique la reducci¨®n del IVA digital que ya permite Bruselas) como por la pirater¨ªa, que en 2017 lleg¨® a la friolera de 419 millones de descargas ilegales en toda Espa?a (un 12% m¨¢s que en 2016) y que los editores tasan en un lucro cesante de 200 millones de euros. ¡°Legalmente, en esta materia estamos bien cubiertos, pero las ejecuciones judiciales tardan tres y cuatro a?os; ahora empiezan a tramitarse las denuncias de 2017 y a fecha de hoy a¨²n no ha entrado ninguna de las formuladas este mismo 2018¡±, lamenta Tixis.
Pero donde el sector debe correr tambi¨¦n tanto o m¨¢s es en la carrera por acaparar la atenci¨®n en el tiempo de ocio. Los estudios de h¨¢bitos de consumo dan hoy que cada espa?ol destina 23 minutos al d¨ªa a la lectura, frente a las tres horas que pasa ante las pantallas.
La esperanza en ese duelo es que, am¨¦n de intereses candentes que hacen subir ventas ¡ªcomo este a?o el empoderamiento de la mujer o los ensayos sobre la actualidad pol¨ªtica catalana, que casi han parangonado el ensayo con la siempre predominante narrativa¡ª, ¡°cerca de un 45% de las historias audiovisuales tienen su origen en un libro y hemos detectado un p¨²blico nuevo por las ofertas editoriales alrededor de esas series o productos audiovisuales¡±, expone Tixis. En esa l¨ªnea, cita el inter¨¦s de los j¨®venes y de segmentos de poblaci¨®n no muy predispuestos a la lectura por los libros firmados por youtubers o el sorprendente ¨¦xito del fen¨®meno de la poes¨ªa urbana.
Biblioteca y observatorio
En esa batalla contra la pantalla, Tixis abog¨® por ¡°un pacto de Estado¡± para que, ¡°m¨¢s all¨¢ de la lucha pol¨ªtica diaria entre partidos¡±, se apliquen los planes de fomento de la lectura que casi todas las administraciones ya tienen planteados o incluso aprobados, pero que no han arrancado estea ?o por falta de presupuesto. As¨ª, pidi¨® ¡°m¨¢s recursos p¨²blicos alrededor del libro¡±; en esa l¨ªnea, vincul¨® t¨¢citamente la necesidad de ¡°un centro u observatorio del mundo de la lectura, la edici¨®n y el libro vinculado a la gran y tradicional historia editorial de Barcelona¡± con la a¨²n pendiente biblioteca provincial que el Estado debe sufragar en la capital catalana.
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