La sensaci¨®n de inseguridad reaparece en Barcelona
Los narcopisos y el aumento de peque?os hurtos alientan la preocupaci¨®n por la delincuencia
Si se pregunta en un grupo de amigos si Barcelona es una ciudad insegura, el p¨¦ndulo oscila de extremo a extremo: de quien vive en tensi¨®n, pendiente de cada candidato a ladr¨®n que se cruza, a quien considera que la ciudad es una balsa de aceite. El bar¨®metro del Ayuntamiento ¡ªuna encuesta telef¨®nica a 800 vecinos¡ª coloca la seguridad de nuevo como primer problema de la ciudad. Hac¨ªa una d¨¦cada que los barceloneses no le daban ese puesto. Desde entonces, el paro hab¨ªa sido la principal preocupaci¨®n, a excepci¨®n de las dos ¨²ltimas encuestas, donde destac¨® el encaje de Catalu?a en Espa?a. ¡°Responde a un escenario ya conocido del periodo precrisis¡±, dice M¨¤rius Boada, director de la oficina municipal de datos.
¡°No son unas cifras que sorprendan. Ha habido un incremento del 20% de la delincuencia, b¨¢sicamente en los distritos de Eixample y Ciutat Vella [Los m¨¢s c¨¦ntricos]. La gente que vive en esos barrios conoce bien a los que hurtan, a los que se dedican a robar en pisos¡ La percepci¨®n de inseguridad existe¡±, asegura Josep Cid, coordinador de estudios de criminolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB). A la espera del cierre de 2018, los datos hasta septiembre apuntan a un aumento del 19,4% de la criminalidad en la ciudad, seg¨²n el balance del Ministerio del Interior.
El 59% de los delitos son hurtos (robos sin violencia) y han crecido un 19,8%. ¡°Es una delincuencia de primer mundo. Si se compara con otros lugares, Barcelona no es una ciudad insegura¡±, admite Cid. ¡°Pero las personas comparan con su propia experiencia¡±, a?ade. Los datos tambi¨¦n apuntan a un aumento notable de los robos con fuerza en domicilios (20,3%) y de los robos violentos (18,1%). ¡°Es la t¨ªpica reacci¨®n de sociedad opulenta segura. Cuando los pa¨ªses tienen menos violencia criminal, tienen m¨¢s hurtos y m¨¢s robos en casa¡±, explica Manuel Ballb¨¦, catedr¨¢tico en Derecho administrativo de la UAB.
Las cifras este a?o se han traducido en un fen¨®meno con nombre propio: los narcopisos, que han desquiciado a los vecinos del Raval, el barrio que concentra la mayor parte de los delitos. Los inmuebles donde se compran y se consumen drogas, principalmente hero¨ªna, han devuelto al coraz¨®n de la ciudad la imagen del consumidor consumido, vagando por las calles. Los robos y los problemas de convivencia se han disparado a su alrededor. Una llamativa operaci¨®n de la polic¨ªa catalana, que desarticul¨® 26 pisos, pali¨® temporalmente la situaci¨®n.
Pero para los Mossos uno de los problemas m¨¢s delicados son los j¨®venes inmigrantes en situaci¨®n administrativa irregular y sin familia, los conocidos como MENA, que malviven en el centro. Uno de cada cuatro detenidos en Barcelona responde a ese perfil, la mayor¨ªa por robos y hurtos, pero alguno de ellos se ha visto implicado tambi¨¦n en violaciones, que han crecido en la ciudad un 16,3% (de 92 a 107 agresiones sexuales con penetraci¨®n). A todo ello se suman los ladrones de joyas por la calle, los punteros que buscan turistas para llevarlos a clubes cann¨¢bicos, la prostituci¨®n nocturna en La Rambla que en ocasiones aprovecha para robar al turista bebido, y cierta sensaci¨®n de ¡°dejadez¡±, en palabras de Cid, y desorden en el centro.
¡°No es una paranoia, hay una base real¡±, dice la especialista en seguridad Gemma Gald¨®n, que considera que, a diferencia de otras ocasiones, el resultado del bar¨®metro se apoya en las estad¨ªsticas. ¡°La peque?a delincuencia es la que tiene m¨¢s impacto sobre la ciudadan¨ªa¡±, a?ade sobre los hurtos y los robos, que en cifras absolutas son los que disparan los porcentajes. Adem¨¢s, existe el temor por el terrorismo. ¡°No solo es el atentado del a?o pasado, es tambi¨¦n lo que leemos que ocurre en otros lugares¡±, subraya.
Y como ¨²ltimo ingrediente, Gald¨®n destaca las pr¨®ximas elecciones. ¡°El ¨¦nfasis medi¨¢tico tiene tambi¨¦n que ver con la campa?a electoral¡±, asegura, porque se trata de un ¡°tema goloso¡±. Cid, en cambio, no cree que la sensaci¨®n de inseguridad est¨¦ viciada por el contexto pol¨ªtico: ¡°Es una cuesti¨®n muy objetiva. La gente, que se hab¨ªa despreocupado en los ¨²ltimos tiempos, ahora va m¨¢s atenta cuando coge el metro¡±.
¡°Hist¨®ricamente, El Raval ha sido una zona muy fr¨¢gil y vulnerable, donde el mercado de la droga y la delincuencia era muy claro. Mejor¨® en la etapa de Pasqual Maragall [1982-1997], pero no es un lugar que se pueda descuidar¡±, explica Cid, sobre las posibles causas que han llevado al crecimiento de la delincuencia. Y se?ala como s¨ªntoma de la degradaci¨®n que haya vecinos que esperen ganar m¨¢s para irse. ¡°Es injusto que se tenga m¨¢s seguridad si se vive en un barrio u otro¡±, critica.
M¨¢s all¨¢ de la lucha policial, Gald¨®n cree que ¡°no ser¨¢ f¨¢cil¡± revertir la sensaci¨®n de inseguridad, que atribuye a una ¡°din¨¢mica global¡±, con el terrorismo como punta de lanza. Cid propone m¨¢s presencia policial y una mejor vertebraci¨®n vecinal para plantar cara y poner nombre a quienes cometen los delitos.
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