Las restauraciones siempre fracasan
Los cambios alteran las condiciones que hacen posible algo similar a lo que sea que se quiere restaurar. Por eso la pulsi¨®n restauradora tiene algo de necrofilia: se alimenta de un deseo por algo que ya muri¨®.
Son varios los intentos de restauraci¨®n pol¨ªtica en Occidente. El Brexit estaba en buena parte impulsado por la promesa de restaurar la soberan¨ªa econ¨®mica y pol¨ªtica de la Gran Breta?a a niveles anteriores a los de la Uni¨®n Europea. La victoria de Trump era expl¨ªcitamente restauradora ya en su lema de campa?a: ¡°Make America Great Again¡±. Algunos sostienen que, en parte, tambi¨¦n la victoria de L¨®pez Obrador en M¨¦xico bebe de un anhelo de restauraci¨®n de la cultura pol¨ªtica socialmente benefactora del PRI previo a su giro neoliberal de finales de los a?os ochenta.
Tambi¨¦n en Francia, tal y como ¡ªinquietantemente¡ª anticipa Houllebecq en Serotonina, existe esa pulsi¨®n restauradora de la soberan¨ªa francesa previa a la Uni¨®n Europea que se expresa en la realidad a trav¨¦s de la protesta de los chalecos amarillos.
Las pulsiones de restauraci¨®n pol¨ªtica son c¨ªclicas. De manera m¨¢s dilatada o menos dilatada, las restauraciones siempre terminan fracasando, y no s¨®lo por razones implacables ¡ªla flecha del tiempo, que se sepa, s¨®lo avanza en una direcci¨®n¡ª, sino porque los cambios sociales y pol¨ªticos alteran las condiciones que hacen posible algo similar a lo que sea que se quiere restaurar. Por eso la pulsi¨®n restauradora tiene algo de necrofilia, porque se alimenta de un deseo por algo que ya muri¨®. Ni siquiera si al final alg¨²n Brexit se hace efectivo la Gran Breta?a recuperar¨¢ los niveles de soberan¨ªa econom¨ªa y pol¨ªtica pret¨¦ritos. Detroit, incluso aunque recupere vitalidad y habitantes durante la administraci¨®n Trump, ya no volver¨¢ a ser la Detroit industrializada previa a la globalizaci¨®n. El M¨¦xico previo al giro neoliberal del PRI ya no volver¨¢. Y la victoria de los chalecos amarillos ¡ªsea lo que sea una victoria en ese contexto¡ª no devolver¨¢ el contexto socioecon¨®mico en el que las clases medias francesas rurales adquirieron tal estatus.
El independentismo m¨¢s posibilista trata de replicar la relaci¨®n del nacionalismo pujolista con Madrid
En Catalu?a, tras el fracaso de la v¨ªa unilateral del oto?o de 2017, creo entrever en parte del independentismo una pulsi¨®n a favor de una restauraci¨®n. Desde las filas del independentismo m¨¢s posibilista ¡ªJunqueras y, me parece, una parte del PDeCAT¡ª se estar¨ªa tratando de replicar sutilmente la antigua relaci¨®n del nacionalismo catal¨¢n pujolista con Madrid. En aquella ¨¦poca Pujol ten¨ªa una relaci¨®n pr¨¢cticamente bilateral con Madrid que ahora mismo anhela reproducir el independentismo m¨¢s sensato (m¨¢s sensato en comparaci¨®n con quienes a¨²n viven enganchados a la droga del ¡°tenim pressa¡± y ¡°ho tenim a tocar¡±). En el Parlament Pujol gozaba de mayor¨ªas absolutas y, cuando no lo hac¨ªa, la oposici¨®n socialista contribu¨ªa a la gobernabilidad por sentido institucional, alimentado porque la b¨²squeda del consenso no era vista con sospechas.
Pero todo eso termin¨®. Las condiciones que en Catalu?a posibilitaban esa suerte de relaci¨®n bilateral se esfumaron: ahora en Catalu?a el principal partido de la oposici¨®n fue el partido m¨¢s votado en las ¨²ltimas elecciones y, a diferencia de lo que ocurr¨ªa en la ¨¦poca pujolista, no va a facilitar la gobernabilidad. En estos momentos no puede ni so?arse con la b¨²squeda de grandes consensos porque los peque?os consensos son en seguida enterrados al grito de traidor. Se ignora a la oposici¨®n en el Parlament, se la puentea para intentar hablar directamente con la Moncloa, como si aqu¨¦lla no existiera o como si fuera irrelevante. Es cierto que la agresividad de Arrimadas en algunas sesiones parlamentarias no invita a intentar llegar a alg¨²n consenso. Pero fue la estrategia independentista, con su ret¨®rica unilateralista y el desprecio impl¨ªcito por los no independentistas, la que engord¨® a Ciutadans. Ahora, por raro que suene, no tiene otra que entenderse con Ciutadans o, si no lo quiere como interlocutor, debe adelgazarlo para que gane peso otro interlocutor que s¨ª est¨¦ por la v¨ªa del consenso.
El independentismo posibilista est¨¢ en una batalla contra la granja de pollos de Waterloo. Pero en conjunci¨®n con el peor de los escenarios del juicio ¡ªuna condena dur¨ªsima por rebeli¨®n¡ª, el eventual fracaso, por incomparecencia de las condiciones de posibilidad, de su estrategia restauradora podr¨ªa terminar redundando en beneficio de quien vive de montar pollos. La ¨²nica manera de evitar esto es empezando a entenderse con Arrimadas e Iceta. Lo dem¨¢s, son pollos o fantas¨ªas necrof¨ªlicas.
En t¨¦rminos pol¨ªticos ¡ªy, en menor medida, en t¨¦rminos sociales¡ª, algo se rompi¨® en Catalu?a en 2017. Sin reconocer que el problema pol¨ªtico es, antes que nada, entre catalanes, no se podr¨¢ abordar a medio plazo el problema pol¨ªtico entre Catalu?a y Espa?a.
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