De victoria en victoria
Pedro S¨¢nchez cree que en Catalu?a existe un problema porque ¨¦l no gobernaba Espa?a y ahora que es presidente lo va a resolver. El final ser¨¢ triste y ya est¨¢ anunciado
E l problema no es el ¡°relator¡±. En todo caso, el relator, d¨¦sele el significado que se le quiera dar, es la guinda para que el final sea m¨¢s humillante todav¨ªa. El problema es la estrategia de fondo: creer que el di¨¢logo del Gobierno con el Govern, precisamente en este momento, puede ser un buen m¨¦todo para resolver la dif¨ªcil situaci¨®n creada en Catalu?a.
Ah¨ª est¨¢ la ingenuidad de Pedro S¨¢nchez, su voluntarismo, su adanismo. Su creencia de que en Catalu?a existe un problema porque ¨¦l no gobernaba Espa?a y ahora que es presidente lo va a resolver. El final ser¨¢ triste y ya est¨¢ anunciado. Los nacionalistas catalanes acabar¨¢n diciendo que da igual que el gobierno sea del PP o del PSOE, total todos son igualmente espa?oles, por tanto, incapaces de entender a Catalu?a, a la democracia y de dar satisfacci¨®n a las aspiraciones catalanas.
Una vez dicho esto se quedar¨¢n tan panchos, con el aplauso de los suyos y la silenciosa complacencia de la fuerza vivas catalanas, esa famosa sociedad civil tan valiente, la que s¨®lo dice lo que piensa en privado, no sea que alguien se enfade y les lleguen las consecuencias. Tambi¨¦n aplaudir¨¢n los columnistas de opini¨®n, no s¨®lo los independentistas, que por supuesto respaldar¨¢n las posiciones oficiales, si no tambi¨¦n aquellos que deben repetir en cada uno de sus art¨ªculos que no son independentistas para que alguien, alg¨²n despistado, les crea, porque ello no es lo que se deduce de sus textos.
Ojal¨¢ me equivoque, pero todo esto est¨¢ al caer, a lo m¨¢s tardar, empezar¨¢ en cuanto se aprueben los presupuestos y S¨¢nchez, un aut¨¦ntico chollo para el independentismo, se consolide en la presidencia del Gobierno unos meses m¨¢s¡ para gestionar la sentencia, la famosa sentencia. Una verg¨¹enza que, de ser cierta, ofende al poder judicial y pone en cuesti¨®n todo el ordenamiento constitucional.
Los riesgos que corre el intr¨¦pido S¨¢nchez, y que repercuten en el cr¨¦dito de su partido, arrancan de la moci¨®n de censura. No se pueden forzar las instituciones. Estamos en un sistema parlamentario, es decir, una forma de gobierno en la cual el presidente debe tener el apoyo de una mayor¨ªa de la c¨¢mara para poder ejercer sus funciones, es decir, dirigir el gobierno para promover cambios legislativos, aprobar presupuestos, ejecutar leyes, dirigir la Administraci¨®n, nombrar cargos y planificar toda esta acci¨®n para un per¨ªodo de tiempo razonable en el que se pueda llegar a obtener determinados fines pol¨ªticos, los fijados en el programa de gobierno aprobado en el momento en que fue nombrado.
En la pasada moci¨®n de censura se alcanz¨® un acuerdo para echar a Rajoy y sustituirlo por S¨¢nchez pero no hubo programa de gobierno alguno, dif¨ªcilmente pod¨ªa haberlo en aquella moci¨®n improvisada en pocas horas y con el apoyo de fuerzas pol¨ªticas que poco ten¨ªan que ver con las posiciones tradicionales del partido socialista, es m¨¢s, eran contrarias y, en alg¨²n caso, rivales. Es el caso de Podemos y sus confluencias que pretende, o pretend¨ªa entonces por lo menos, ser el partido hegem¨®nico de la izquierda y, por tanto, sustituir al PSOE. Pero todav¨ªa m¨¢s diferencia distingue al PSOE, por una raz¨®n o por otra, de los partidos nacionalistas vascos y catalanes. En unos casos porque son conservadores (PNV y PDeCAT) y en otros porque, adem¨¢s, son independentistas (ERC y Bildu). Apoyado por estas fuerzas pol¨ªticas S¨¢nchez fue investido presidente, quiz¨¢s si hubiera convocado inmediatamente elecciones hubiera mejorado los resultados anteriores pero, en todo caso, lo que era evidente es que con tales socios no pod¨ªa gobernar.
Pero el poder es tentador y cuando se agarra no es f¨¢cil soltarlo. Ahora bien, el discernimiento es una virtud que sirve para evitar tentaciones insensatas. No lo utiliz¨® S¨¢nchez, se ech¨® a una piscina sin agua y all¨ª est¨¢ ahora intentando sacar el cuello, aprisionado por unos compa?eros de viaje que no perdonan y le ser¨¢n desleales hasta que logren sacarle el conveniente jugo. Sus l¨ªderes est¨¢n procesados y el juicio oral empieza la semana pr¨®xima, ser¨¢ forzosamente largo, previsiblemente su final coincidir¨¢ m¨¢s o menos con las pr¨®ximas elecciones. ?Pueden los partidos independentistas catalanes apoyar a S¨¢nchez mientras est¨¢n siendo juzgados sus l¨ªderes sin que las bases ¡ª esas bases de manifestantes en las calles que tanto han utilizado o los tuiteros que cada d¨ªa vomitan insultos¡ª no se rebelen contra ellos? Poco probable me parece.
Pero quiz¨¢s S¨¢nchez habr¨¢ aprobado sus presupuestos, contentar¨¢ a Podemos y tirar¨¢ adelante por un tiempo. De victoria en victoria hasta la derrota final.
Francesc de Carreras es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional y fundador de Ciudadanos.
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