Ante las elecciones, responsabilidades pol¨ªticas
Los l¨ªderes encausados parecen descargar sus responsabilidades, menos la de desobediencia, sobre la ciudadan¨ªa que, parecer¨ªa, se auto-organiz¨® para entrar en los centros de voto
Diferentes testimonios en el juicio, en con versaciones e, incluso, en entrevistas muestran como todos los dirigentes, de uno y de otro signo, intentaron, en uno u otro momento, negociar y llegar a pactos. Porque, como resulta obvio a toda persona que crea en la Pol¨ªtica ¡ªen may¨²scula¡ª como instrumento de resoluci¨®n de conflictos, el di¨¢logo, la negociaci¨®n y la transacci¨®n son elementos al uso para llegar a acuerdos que faciliten la vida a la ciudadan¨ªa. Es m¨¢s, lo que resulta contrario al mandato de gesti¨®n de la soberan¨ªa popular que la ciudadan¨ªa conf¨ªa a los poderes del Estado es no negociar, no buscar acuerdos entre las diferentes opciones pol¨ªticas presentes en una comunidad pol¨ªtica. La palabra ¡°traici¨®n¡±, y sus derivadas, deber¨ªan evitarse en un escenario tan polarizado como el nuestro donde m¨¢s bien habr¨ªa que tender puentes para el entendimiento. Sin embargo, unos, a trav¨¦s de las redes, lo usaron para presionar al president Puigdemont para que no convocara unas elecciones que nos hubieran ahorrado una declaraci¨®n unilateral de independencia para la creaci¨®n de una rep¨²blica que nunca lleg¨® a existir. As¨ª lo han declarado los procesados en el juicio ante el Tribunal Supremo. Otros, porque han hecho declaraciones tan grandilocuentes como falsarias contra las actuaciones tendentes a abrir canales de comunicaci¨®n y primeros intentos de di¨¢logo.
Tambi¨¦n va quedando claro como la pugna por el poder entre ERC y la actual PDeCat, anterior CDC, tiene una importante responsabilidad en la situaci¨®n de bloqueo actual. Todo indica que el disparo de salida de esta carrera, eminentemente electoralista, fue responsabilidad de Artur Mas. El expresident de la Generalitat en 2012 fue el que inici¨® la estrategia de ¨®rdagos a las instituciones centrales del Estado, hasta llegar a un punto de no retorno en la que el Sr. Mas se vio forzado por las CUP, el grupo antisistema del Parlament, a dar paso a Puigdemont, un delf¨ªn que acab¨® comi¨¦ndose a su mentor y que demostr¨®, en octubre de 2017, no tener el fuste necesario de un president de una entidad pol¨ªtica como Catalu?a. La presi¨®n de sus adversarios pol¨ªticos dentro de la propia carrera por la independencia le pudieron. ERC se impuso en aquel momento y PDeCAT, en las manos de Puigdemont, call¨® y cay¨®.
Desde entonces las dos almas del PDeCAT han ido distanci¨¢ndose. Algunos se han mantenido fieles al Sr. Puigdemont, cada vez m¨¢s alejado de toda realidad. Otros, en un tono mucho m¨¢s moderado y pragm¨¢tico, construyendo sobre el principio de realidad y sin renunciar a su objetivo final, la independencia de Catalunya. Dos almas y, quien sabe, si dos maneras de entender la pol¨ªtica que necesitan de estructuras partidistas diferenciadas, que permitan iniciar un nuevo camino de entendimiento con Espa?a-el resto del Estado. Lo deseable para reconstruir socio-pol¨ªticamente Catalunya y reencauzar un nuevo entendimiento con las instituciones centrales del Estado, ser¨ªa que el sector realista pudiera acabar tomando el relevo en el espacio pol¨ªtico de la antigua Convergencia.
Mientras tanto, seguiremos atentos a lo que se derive de las diferentes declaraciones en el juicio penal en el TS. Los l¨ªderes encausados parecen descargar sus responsabilidades, menos la de desobediencia, sobre la ciudadan¨ªa que, parecer¨ªa, se auto-organiz¨® para entrar en los centros de voto, se entiende que poseyendo las llaves de acceso gracias a la autorizaci¨®n de alg¨²n miembro de la administraci¨®n titular de los respectivos centros. Una ciudadan¨ªa que adem¨¢s de acceder para participar en una (pseudo) votaci¨®n, estaba organizada para frenar la actuaci¨®n de los cuerpos de seguridad (no olvidemos las im¨¢genes de ni?os y ni?as, a hombros de sus padres en las primeras filas de las denominadas ¡°murallas humanas¡±). La Polic¨ªa Nacional actu¨® de forma desproporcionada en algunos lugares, mientras los Mossos actuaban casi como cuerpos de paz. Cuesta creer que todo ello fuera fruto de la espontaneidad ciudadana, de la casualidad y la auto-organizaci¨®n popular, mejor dicho, de una parte del pueblo, dado que hubo otra parte que no se enter¨® absolutamente de nada. Los canales de comunicaci¨®n tambi¨¦n fueron muy selectivos.
Veremos qu¨¦ valoraci¨®n jur¨ªdica hace de todo esto, y de lo que venga, la Sala que preside el magistrado Marchena. Desde la perspectiva pol¨ªtica, los testimonios que se produzcan en el juicio nos ayudaran a clarificar las responsabilidades pol¨ªticas que cada cual tuvo en los hechos de aquellos d¨ªas y los que sobrevinieron en los meses siguientes. Vienen elecciones y en ellas la ciudadan¨ªa debe depurar responsabilidades pol¨ªticas.
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