Un Govern que no nos representa
El ejecutivo catal¨¢n no se est¨¢ dedicando a pensar y desarrollar pol¨ªticas, sino que est¨¢ absolutamente volcado en un ¡®proc¨¦s¡¯ que descarril¨® hace muchos meses
El d¨ªa 2 de junio de 2018 se produjo un cambio de Gobierno en Espa?a al que el govern de la Generalitat no ha sabido adaptarse. Pedro S¨¢nchez y su Gobierno, m¨¢s all¨¢ de posicionamientos ideol¨®gicos, han puesto del rev¨¦s el tono y acercamiento del Gobierno del Estado respecto de las instituciones de la Generalitat: ha demostrado paciencia infinita, lo que, para algunos, ha supuesto incluso traicionar a Espa?a. Sea como fuere, en junio de 2018 se produjo en el ¨¢mbito estatal un relevo de los interlocutores.
Sin embargo, el Govern de Quim Torra (y Carles Puigdemont) mantiene la misma estrategia que segu¨ªa con el gobierno de Rajoy: la confrontaci¨®n continuada, las ¡°afrentas¡± recurrentes a todo lo que identifican como espa?ol. Unas veces se mantienen en lo simb¨®lico; otras, han alcanzado lo jur¨ªdico que, como es sabido, en un estado de Derecho democr¨¢tico puede generar tambi¨¦n consecuencias jur¨ªdicas. Sin embargo, parecer¨ªa que al president Torra todo le vale en su activismo, tambi¨¦n pasar a formar parte del victimario del proc¨¦s.
El Govern, integrado por fieles a Puigdemont y miembros de Esquerra, no ha sabido corresponder al cambio de rumbo iniciado en Madrid, desaprovechando una oportunidad de oro para reconstruir consensos en Catalu?a y entre Espa?a y Catalu?a. M¨¢s bien al contrario, seguimos estancados en la pol¨ªtica del farol, en la que lo importante es ir a manifestaciones, colgar pancartas, vestir de amarillo, y, en el camino, seguir sembrando la semilla del ¡°miente que algo queda¡±. Si creen que esta aseveraci¨®n no se ajusta a la realidad, recuerden las afirmaciones de Torra sobre la Constituci¨®n portuguesa.
Los partidos que componen el govern votaron no al proyecto de presupuestos generales del Estado presentados por el Gobierno de S¨¢nchez, provocando la convocatoria de elecciones generales. Evidentemente es una opci¨®n leg¨ªtima, cada grupo decide lo que hace con sus votos. Pero resulta incomprensible a los ojos de un importante sector de la ciudadan¨ªa catalana, independentista y no independentista, que no solo hab¨ªa visto en el ejecutivo socialista una oportunidad para iniciar el camino de la restauraci¨®n democr¨¢tica rota en septiembre de 2017, sino, adem¨¢s, una manera de mejorar las pol¨ªticas p¨²blicas en Catalu?a, afectadas desde hace a?os por los recortes de los gobiernos de las derechas en Catalu?a y en Espa?a.
En el CEO publicado en enero de 2019 sobre percepci¨®n de las pol¨ªticas p¨²blicas y valoraci¨®n del govern, los catalanes identifican como sus tres principales problemas la precariedad laboral, la insatisfacci¨®n con la pol¨ªtica y las relaciones de Catalu?a-Espa?a. Respecto de estas problem¨¢ticas, el 67,5% de las personas encuestadas considera que el govern no est¨¢ resolviendo el problema del paro y la precariedad laboral; el 77,3% cree que no lo est¨¢ haciendo con la insatisfacci¨®n pol¨ªtica, y el 55,3% creen que tampoco se est¨¢n resolviendo los problemas de relaci¨®n entre Espa?a y Catalunya. Asimismo, desde la perspectiva de las pol¨ªticas p¨²blicas, el 73,1% de encuestadas considera que el govern no est¨¢ resolviendo los problemas de la sanidad, el 81,9% que tampoco se est¨¢ resolviendo el acceso a la viviendo, y el 76,2% que no se est¨¢n produciendo mejoras en pol¨ªticas sociales. El 53,1% de las personas encuestadas considera que el Govern no sabe como resolver las dificultades de Catalu?a; de hecho, solo un 3,8% considera que el ejecutivo de Torra est¨¢ resolviendo los problemas de Catalu?a.
Estas cifras ponen manifiesto, de una parte, que el govern no se est¨¢ dedicando a pensar y desarrollar pol¨ªticas, sino que est¨¢ absolutamente volcado en un proc¨¦s que descarril¨® hace muchos meses. A Puigdemont y los suyos, el ¡°cuanto peor, mejor¡± parece que les atrae. Sin embargo, distinta es la situaci¨®n en la que se ha quedado ERC ante la convocatoria de elecciones. Por una parte, no ha apoyado unos presupuestos con una mejora en gasto social muy relevante, que hubiera supuesto, adem¨¢s, la continuidad de un gobierno proclive al entendimiento con Catalu?a. Ahora afronta una campa?a electoral en la que reclama m¨¢s pol¨ªticas y m¨¢s gasto social. Como es obvio, no quiere que ganen las derechas en el Congreso de los Diputados por las consecuencias nefastas que esto tendr¨ªa sobre la crisis catalana. Paralelamente, afirma que votar PSOE/PSC es votar a Ciudadanos, cuando una victoria de las izquierdas ser¨ªa la ¨²nica forma de desbloquear la situaci¨®n pol¨ªtica en Catalu?a. Unas elecciones, en definitiva, a las que llega con el pie cambiado: el discurso de la autodeterminaci¨®n inmediata superado, pero sin haber tendido los puentes oportunos con quienes pod¨ªan favorecer una nueva fase de di¨¢logo, entendimiento y mejoras sociales.
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