Los martes sociales, milagro
Camino de los dos a?os de su aplicaci¨®n, la Renta Garantizada de Ciudadan¨ªa (RGC) no iguala siquiera la prestaci¨®n que vino a sustituir, la Renta M¨ªnima de Inserci¨®n (RMI)
Ahora que el Departamento de Trabajo de la Generalitat ha fichado a Deloitte para que se encargue de gestionar y poner orden a la concesi¨®n de la Renta Garantizada de Ciudadan¨ªa (RGC) tal vez sea posible conocer las causas del fiasco que ha supuesto la aplicaci¨®n de esa prestaci¨®n, el n¨²mero de personas sin hogar que la han solicitado o si los equipos que se encargan de valorar los expedientes han recibido ¨®rdenes ¡ªorales o por escrito¡ª de restringir el acceso a la RGC. La gesti¨®n privada tiene la oportunidad de hacer lo que hasta ahora no ha hecho el Departamento de Trabajo: poner luz y taqu¨ªgrafos en ese mundo de tinieblas burocr¨¢ticas en que se ha movido la Administraci¨®n catalana desde que en 2017 fue aprobada por unanimidad en el Parlament la iniciativa legislativa popular que impulsaba la Renta Garantizada de Ciudadan¨ªa.
Pero, la verdad, no tranquilizan en exceso algunos puntos oscuros en el historial de Deloitte, como el caso Bankia, con su asesor¨ªa en la catastr¨®fica salida a Bolsa. Consejeros de la entidad y consultora evitan cargar con el muerto de esa operaci¨®n lamentable que concluy¨® con la inyecci¨®n de 22.424 millones de euros de dinero p¨²blico mientras los directivos de la entidad mejoraban sus planes de pensiones y sus salarios.
El Departamento de Trabajo ha fichado a Deloitte para que gestione y ponga orden a la concesi¨®n de la RGC
Con estos precedentes a ning¨²n particular le ofrecen un puesto de trabajo. Pero el mundo de las auditoras y de los negocios se rige por otro tipo de principios. De acuerdo con la convenci¨®n social, a las consultoras se las considera entidades por encima de toda sospecha. Quiz¨¢s por ello Deloitte fue tanteada por el Gobierno Puigdemont para gestionar datos y sentar las bases de la seguridad social de la ef¨ªmera Rep¨²blica catalana. O sea, que podemos dormir tranquilos. Las 375.000 personas que se hallan en situaci¨®n de pobreza severa en Catalu?a est¨¢n en buenas manos para ser candidatas a la Renta Garantizada de Ciudadan¨ªa.
La decisi¨®n de la Generalitat de fichar a Deloitte para administrar la RGC se adopta paralelamente a una campa?a publicitaria sobre esa prestaci¨®n desplegada por el Departamento de Trabajo en la que se presenta como un triunfo lo que ha sido rotundo fracaso. En plena campa?a de las elecciones generales, el pasado 15 de abril, la Administraci¨®n catalana se descolg¨® con un despliegue publicitario que recordaba secuencias del Pl¨¢cido de Berlanga, film al que la censura priv¨® del t¨ªtulo original Siente un pobre a su mesa. Viene a cuento la comparaci¨®n porque parece imposible que lo que para la Generalitat es un 92% de aumento de personas beneficiarias sea en realidad de un 12,18%. Es como si de repente hubieran surtido un efecto milagroso inmediato los martes sociales del Gobierno del president Torra.
La pobreza severa no sabe de patrias y a sus promotores les da igual manifestarse ante el Gobierno central o el Govern
La realidad es bien distinta. El incremento de personas beneficiarias de la Renta Garantizada de Ciudadan¨ªa y otros complementos de pensiones y prestaciones desde septiembre de 2017 hasta abril de 2019 ha sido de 13.080, de 107.420 a 120.500 afectados. Y esa ¨²ltima cifra es cuestionable pues suma desde aquellos que cobran de 50 euros mensuales complementarios a las 64.188 personas quienes perciben actualmente los 604 euros mensuales de la RGC ¨ªntegra. Para el Govern es m¨¢s importante lo que parece que lo que es. Hace unos d¨ªas el consejero de Trabajo, Chakir El Homrani (ERC), declar¨® que el Ejecutivo catal¨¢n poco pudo hacer para implementar la RGC por culpa de la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n. No importa que Josep Vidal, director general de Econom¨ªa Social de la Generalitat, en reuniones mantenidas con la comisi¨®n promotora de la RGC y a preguntas de ¨¦sta lo negara expl¨ªcitamente. Los impulsores de la iniciativa legislativa popular recabaron expresamente informaci¨®n al respecto porque la lentitud y la inoperancia en la implementaci¨®n de la Renta Garantizada de Ciudadan¨ªa era exasperante y las situaciones de precariedad extrema reclamaban y siguen reclamando rapidez. La pobreza severa no sabe de patrias y a los promotores de la RGC les daba igual manifestarse ante el Gobierno central o ante el catal¨¢n.
Camino de los dos a?os de su aplicaci¨®n, la Renta Garantizada de Ciudadan¨ªa no iguala siquiera la prestaci¨®n que vino a sustituir, la Renta M¨ªnima de Inserci¨®n (RMI). Antes percib¨ªan la RMI 67.966 personas y ahora los beneficiarios de la RGC completa son 64.188. A la taumaturgia de los martes sociales le queda mucho trabajo por delante.
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