Independentistas en el santuario del ¡®seny¡¯ catal¨¢n

¡°Es una prueba evidente de que la burgues¨ªa catalana ha dimitido del proc¨¦s¡±. Manuel Mili¨¢n Mestre, hombre pr¨®ximo al expresidente de la CEOE Juan Rosell, extrae esa conclusi¨®n de la sacudida que experimenta estos d¨ªas la C¨¢mara de Comercio de Barcelona. El mi¨¦rcoles, unos cuantos empresarios ajenos a lo que ha representado hasta ahora la instituci¨®n entraban en su sede corporativa para empaparse ante lo que les espera los pr¨®ximos cuatro a?os: el gobierno de una relevante entidad que, sobre todo desde que asumiera su presidencia Andreu Ribera en 1965, ha representado el pragmatismo y el poder de las clases m¨¢s pudientes de la ciudad.

Los empresarios que entraron en el edificio de la avenida Diagonal reconocen saber m¨¢s bien poco de la entidad. Muchos de ellos no sospechaban hace un a?o que ingresar¨ªan en ese club. Pero, impulsados por el apoyo de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), se han impuesto de forma contundente en unas elecciones a las que acudieron con un discurso de marcado calado independentista, con ataques a las empresas que trasladaron sus sedes sociales fuera de Catalu?a tras el refer¨¦ndum ilegal del 1 octubre de 2017 y con una fuerte cr¨ªtica a la gran empresa, reivindicando el protagonismo para las pymes.

Las grandes firmas temen que la pol¨ªtica se imponga a la econom¨ªa

Fue as¨ª como los independentistas ganaron 31 de los 40 asientos que estaban en juego en las votaciones y se aseguraron la mayor¨ªa absoluta y la presidencia. Votaron unas 19.000 empresas y aut¨®nomos, apenas el 4,5% del censo. Con ese resultado, no dependen ya de las otras 20 butacas que controlan las patronales ¡ªPimec y Fomento del Trabajo¡ª y las grandes empresas, que se comprometen a pagar 75.000 euros al a?o para tener asiento. A partir de julio, controlar¨¢n la C¨¢mara de Comercio de Barcelona, que con sus 48.000 miembros de pleno derecho, es un ¨®rgano importante en entidades clave de la ciudad, como Fira y Turismo de Barcelona.

Su aplastante victoria ha dejado sin capacidad de movimiento a dos candidatos del establishment empresarial catal¨¢n: el financiero Carlos Tusquets y el exdirectivo de Damm Enric Crous, quien fue apeado del pleno cameral pese a iniciar la campa?a con la etiqueta de ¡°independentista¡±, por su vinculaci¨®n al lobby nacionalista FemCat.

El resultado "es una prueba de que la burgues¨ªa ha dimitido del 'proc¨¦s"

¡°Nuestro objetivo es mejorar el potencial econ¨®mico de Catalu?a y mejorar el prestigio de la C¨¢mara de Comercio. Lo que era una verg¨¹enza es que Miquel Valls [presidente saliente] haya gobernado nueve a?os con apenas 400 votos¡±, afirma Joan Canadell, impulsor de la plataforma ganadora desde el secesionista Centre Catal¨¤ de Negocis (CCN) que despu¨¦s obtuvo el apoyo log¨ªstico de la ANC. Canadell es ahora mismo el principal candidato a presidir la entidad, en una decisi¨®n que se tomar¨¢ el mi¨¦rcoles. Otro es Pere Barrios, considerado el m¨¢s moderado, y quien defiende: ¡°No venimos a la C¨¢mara a quemarla¡±.

Pero ese temor se ha instalado en parte del gran empresariado catal¨¢n, quejoso de que la pol¨ªtica se anteponga a la econom¨ªa y de que se inicie un discurso de menosprecio a las compa?¨ªas de mayor tama?o. ¡°No s¨¦ c¨®mo va a acabar, pero me temo que los empresarios le van a acabar dando la espalda. El independentismo de la ANC se har¨¢ con todo porque as¨ª se lo permitir¨¢n¡±, lamenta Jaime Malet, presidente de la C¨¢mara de Comercio de Estados Unidos en Espa?a. Este abogado no se muerde la lengua y acusa al Gobierno catal¨¢n de haber cambiado la f¨®rmula de voto hacia el electr¨®nico para ¡°modificar las reglas del juego y que el independentismo se quede con la representaci¨®n empresarial¡±. Esta semana la consejera de Empresa, ?ngels Chac¨®n, defendi¨® la reducci¨®n de los asientos reservados por pago, que ocupa la gran empresa y ayuda a financiar las c¨¢maras de comercio.

La nieta de Camb¨® pide autocr¨ªtica y "hacer los deberes" para recuperarla

¡°Por una parte, la ANC tiene un claro mandato, la independencia, y, por el otro, es una realidad que cualquier pa¨ªs necesita grandes empresas y aqu¨ª ahora se intenta montar uno basado en las peque?as¡±, critica Javier Cottet, presidente de ?pticas Cottet. ¡°Han llegado de la mano de la manipulaci¨®n oportunista y ahora la C¨¢mara de Comercio puede ser instrumentalizada por los grupos CDR [en referencia a los Comit¨¦s de Defensa de la Rep¨²blica]¡±, remacha Mili¨¢n. Ese sentir es generalizable a otros directivos de grandes empresas consultados que han demandado anonimato.

Segundo intento

Es la segunda vez que el nacionalismo intenta controlar las entidades empresariales catalanas. El antecedente es de 2010, cuando una candidatura promovida desde FemCat trat¨® de imponerse en Fomento del Trabajo. Ante el riesgo, el entonces presidente, Juan Rosell, moviliz¨® a todo el empresariado pr¨®ximo y les bati¨®. Esta vez no ha habido una movilizaci¨®n tal y la derrota ha sido aplastante. ¡°M¨¢s que sufrir, tenemos que ponernos todos a trabajar. Esta es una situaci¨®n cansina. A quienes dicen que esto es un desastre, hay que preguntarles: ¡®?T¨² has votado?¡¯ Ya est¨¢ bien de quejarse sin haber hecho los deberes. Lo m¨¢s importante que tenemos las empresas son nuestras bases de datos¡±, critica Helena Guardans, presidenta ejecutiva de Sellbytel y nieta de Francesc Camb¨®.

La entidad tambi¨¦n tiene un protagonismo especial en la C¨¢mara de Comercio de Espa?a, donde Valls ocupa su vicepresidencia segunda. La candidatura Cambres: Eines de Pa¨ªs no pretende abandonar ese organismo, a partir de cual le llegan unos 10 millones de euros de la Uni¨®n Europea para dar servicios a las empresas. ¡°Conf¨ªo en que nuestra colaboraci¨®n contin¨²e bas¨¢ndose como ahora en la lealtad mutua¡±, se?ala a trav¨¦s de un correo electr¨®nico Jos¨¦ Luis Bonet, presidente de la C¨¢mara de Espa?a, abierto oponente del independentismo y quien lamentar¨ªa que la corporaci¨®n barcelonesa pasara a regirse ¡°por criterios pol¨ªticos¡±. ¡°De momento no tenemos por qu¨¦ no aceptar ese cargo. Otra cosa es que no guste lo que digamos¡±, dice Canadell.

Josep Cerc¨®s lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas en la C¨¢mara de Comercio de Barcelona. Es su tesorero y preside una de sus comisiones. Nunca hab¨ªa visto un movimiento de las dimensiones del que se est¨¢ produciendo ahora. Pero quiere ver el vaso medio lleno: ¡°Las empresas son muy pr¨¢cticas y quieren que funcione la econom¨ªa, as¨ª que el nuevo comit¨¦ ejecutivo tendr¨¢ mucha presi¨®n para que as¨ª sea. Y los nuevos o buscan un equilibrio o su vida ser¨¢ muy corta. Es cierto que pueden acabar con el prestigio del servicio de estudios, pero es dif¨ªcil que puedan destrozarlo todo¡±.