Un ¡®Calder¨®n¡¯ arrevistado triunfa en el Teatre Nacional

Delirante fiesta de gran teatro espa?ol en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC ). Xavier Albert¨ª va a por todas en un montaje del auto sacramental de Calder¨®n de la Barca El gran mercado del mundo que abre en plan Carlos Santos, con Lara Grube pronunciando el preg¨®n de La Fama colgada en las alturas, acompa?ada al piano por Antoni Comas mientras un ruidoso ventilador mueve todo lo que se le pone por delante. Y lo cierra con una ¨²ltima cena de trazo surrealista y cabaretero, con un Cristo de f¨ªsico fibrado portando una cruz de ne¨®n y la compa?¨ªa cantando Il mondo, de Jimmi Fontana.

De la zarzuela y la revista al cabaret, la astracanada y las variet¨¦s, todo cabe en este Calder¨®n arrevistado y celebrado por el p¨²blico con risas, bravos y aplausos. Hay n¨²meros musicales, mucho picante y esp¨ªritu provocador; bien interpretado por Rub¨¦n de Egu¨ªa, la caracterizaci¨®n del personaje La Fe como Cristo con llagas levantar¨¢ ampollas. Y la escena final, que parece un remedo de la cena de los mendigos de Viridiana montada en El Molino, tiene su miga.

El espect¨¢culo ¡ªuna hora y veinte minutos que pasan volando¡ª se asemeja a una falla que quema en poco tiempo un largo trabajo de una compa?¨ªa mixta de 14 actores del TNC y la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico (CNTC) en una fraternal y saludable coproducci¨®n.

Sonaron con humor corrosivo los versos de Calder¨®n, no siempre con naturalidad en la dicci¨®n y adecuada proyecci¨®n vocal, pero con energ¨ªa en un relato un tanto ca¨®tico que muestra la riqueza ideol¨®gica de un auto sacramental que es puro teatro popular, de poderoso calado en su cr¨ªtica al orden pol¨ªtico, religioso y moral. En las palabras del gran autor del Siglo de Oro asoma la condici¨®n humana sus distintos rostros: la trama cuenta la suerte que corren dos hijos gemelos, bien encarnados por Alejandro Bordanove (Buen Genio) y David Soto (Mal Genio), en pugna por el mayorazgo y la mano de La Gracia ¡ªmagn¨ªfica Aina S¨¢nchez¡ª, en un mercado de las tentaciones con la bondad y la maldad en liza.

La joya de la escenograf¨ªa es un carrusel de feria que simboliza una rueda de la fortuna, con el contratenor Jordi Dom¨¨nech (La Herej¨ªa) silbando una espiritual aria de La Pasi¨®n seg¨²n San Mateo, de Bach, en una escena que har¨ªa las delicias de Fellini.

Juega el director del TNC con el desparpajo de las revistas populares del Paral¡¤lel barcelon¨¦s y el cabaret m¨¢s canalla. Silvia Mars¨® viste La Culpa con aires de vampiresa de cine negro, Roberto G. Alonso es pura Lascivia con pulsiones de drag queen en celo y Jorge Merino (El Mundo y Padre de Familias) se marca un cupl¨¦ sobre las dietas con trazos de Olga Ramos.

Mont Plans (La Malicia) y Oriol Gen¨ªs (La Gula) llevan a su terreno El tango de la coca¨ªna, de Joan Viladomat, y una rumba en plan Peret; Antoni Comas (Inocencia), que dice el verso con gran acierto, luce agudos en La Pira verdiana, y Cristina Arias (Soberbia), Elvira Cuadrupani (Penitencia y Humildad) completan un reparto coral bien ajustado.