Domina tanto el escenario que ya ni es noticia, siempre por delante de su p¨²blico, al que maneja como un cetrero a su ave. Y lo hace sin excesivas tonter¨ªas, tejiendo fundamentalmente un ambiente de complicidad y confianza que es lo que finalmente desarma. Por ejemplo no le hace corear sin ton ni son, sino con la paciencia de una veterana, y as¨ª, entre bromas pero con determinaci¨®n, no cej¨® hasta que las 1.400 personas presentes en el recinto portuario de Sant Feliu de Gu¨ªxols cantaron con entrega, que no tararearon o corearon, el estribillo de ¡°Un nuevo d¨ªa brillar¨¢¡±. Luz Casal se pase¨® con ese aire de artista ya incontestable y tras dos horas de concierto dej¨® a su p¨²blico en ese punto id¨®neo en el que la satisfacci¨®n ya no necesitaba de m¨¢s canciones. Dos horas de solaz.
Conocedora de su p¨²blico, de su repertorio y de la mejor manera que ambos encajen, Luz dividi¨® su cancionero en tramos. En el primero, arranque del concierto y cuando el p¨²blico a¨²n no necesita los temas m¨¢s conocidos, coloc¨® parte de las canciones de su disco m¨¢s reciente, ¡°Que corra el aire¡±. Unos temas m¨¢s de transici¨®n, de fondo de cat¨¢logo, digamos, para alcanzar su primer tema incontestable, ¡°Entre mis recuerdos¡±, para enlazarlo con otros no menos famosos y esperados perfil ¡°No me importa nada¡± o ¡°Besar¨¦ el suelo¡±. Era el tramo central, el de la satisfacci¨®n generalizada, ya se sabe que el p¨²blico es de natural conservador y asiste a los conciertos para escuchar lo que conoce, lo m¨¢s triunfal, aquello que de por vida vincular¨¢ a la estrella, no necesariamente lo m¨¢s nuevo o arriesgado. Luz lo sabe, y cuando llegaron m¨¢s temas nuevos, ¡°Mi¨¦nteme al o¨ªdo¡±, ¡°Morna¡± y ¡°Amores¡± los toc¨® en tr¨ªo, arropados por otros ¨¦xitos propios o por lo exitoso que fue el ¡°Amores¡± de Mari Trini, versionado ¨¦l y reivindicada ella por Luz en su ¨²ltimo trabajo. Y el pescado ya estaba vendido.
La parte final del concierto no dej¨® de lado el br¨ªo rockero de Luz, un recuerdo a sus inicios, cuando a¨²n se desmelenaba sin saber que no necesitaba hacerlo para comunicar. Parte del p¨²blico decidi¨® soltarse, y las m¨¢s dispuestas comenzaron a bailar como si el resto de la actuaci¨®n hubiesen estado reprimidas. Luz se hab¨ªa cambiado por tercera vez de modelo, todos en tonos negros o rojos y ya tocaban pantalones, siempre m¨¢s callejeros que el vestido de noche con el que comenz¨® el concierto y disfrutaba en escena del efecto de su m¨²sica en platea. Una vez m¨¢s enfocaba la recta final con la sensaci¨®n triunfal de un concierto redondo. Y es que ya resulta muy dif¨ªcil que Luz no cumpla, es un valor seguro, la dama del pop espa?ol, una gran int¨¦rprete. El tradicional ¡°Boig Per Tu¡±, por ella titulado ¡°Es por ti¡±, cerr¨® el concierto con este reconocimiento local. Los que all¨ª la vieron, volver¨¢n.
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