Reglas de gasto no saludables
Catalu?a no necesita ser tutorizada en la gesti¨®n de sus pol¨ªticas p¨²blicas
Catalu?a, junto con otras diez comundades aut¨®nomas, ha recibido una carta conjunta de los ministerios de Hacienda y Sanidad pidiendo medidas urgentes de contenci¨®n del gasto sanitario, con especial atenci¨®n al gasto en medicamentos y productos sanitarios. Se argumenta que Catalu?a ha superado la tasa de crecimiento de gasto para los ejercicios 2017 y 2018 y recuerda que est¨¢ adherida al mecanismo de apoyo a la sostenibilidad del gasto sanitario, condici¨®n necesaria para el acceso a los fondos estatales de liquidez.
Para ampliar contexto, algunos datos relevantes: Catalu?a crece sostenidamente alrededor del 2% (por encima de la zona euro); la Generalitat puede volver a financiarse en los mercados (saliendo del ultracontrol del FLA); los ingresos no financieros de la Generalitat crecen un 8% respecto al a?o pasado, por encima de los gastos; y se han reducido un 24% los intereses y los gastos de la deuda. En 2017 y 2018 la Generalitat cerr¨® el ejercicio cumpliendo el objetivo de d¨¦ficit establecido por el Ministerio de Hacienda (mientras el Estado no cumpl¨ªa con los objetivos que ahora exige a las CCAA). Por cierto, el gasto farmac¨¦utico en 2018 creci¨® en Catalu?a como la media espa?ola. Catalu?a ha hecho los deberes, pero los ministerios piden medidas de contenci¨®n del gasto social.
En mi opini¨®n, cuatro aspectos son relevantes en esta pol¨¦mica con respecto a la aplicaci¨®n de pol¨ªticas fiscales y sanitarias: la velocidad, los l¨ªmites, los contenidos y las competencias.
En cuanto a la velocidad, Espa?a implant¨® recortes fiscales intensos y en el corto plazo (incluyendo una reforma constitucional expr¨¦s) en plena crisis de la deuda. Contenci¨®n absoluta del gasto auton¨®mico (por lo tanto social) y aplicaci¨®n de pol¨ªticas antic¨ªclicas, pero solo en la fase expansiva de la econom¨ªa (como) mediante la regla de gasto. No parece demasiado l¨®gico imprimir velocidades diferentes cuando hay que ¡°recortar¡± que cuando hay que ¡°recuperar¡±. Pol¨ªticas contrac¨ªclicas s¨ª, pero durante todo el ciclo y en velocidades soportables.
En cuanto a los l¨ªmites establecidos por la regla de gasto: hoy la mayor¨ªa de las CCAA no la cumplen. Un incumplimiento estructural y sistematizado requiere una revisi¨®n de los l¨ªmites, especialmente cuando afectan a sectores sensibles (como el sanitario) y que en Catalu?a son tambi¨¦n tractores de actividad econ¨®mica.
Respecto a los contenidos, se siguen atacando los problemas de solvencia financiera del sistema sanitario por la v¨ªa de medidas parciales de los factores de producci¨®n y precios (farmacia y sueldos). Vincular el acceso a liquidez a la adhesi¨®n ¡°voluntaria¡± a instrumentos vinculados al gasto farmac¨¦utico es un error conceptual. Si sabemos, por ejemplo, que el principal reto del sistema sanitario est¨¢ en la gesti¨®n (y costes asociados) de los pacientes cr¨®nicos complejos, centrar las medidas solo en el consumo farmac¨¦utico es, en el mejor de los casos, paliativo, miope e insostenible a largo plazo sin reformas estructurales que necesitan tiempo y recursos.
Finalmente, los conflictos competenciales: un Estado con actitud paternalista, que evita la negociaci¨®n bilateral con Catalu?a, que toma decisiones unilaterales maquillados por una ¡°participaci¨®n¡± auton¨®mica poco efectiva, es un desprop¨®sito institucional. Catalu?a no necesita ser tutorizada en la gesti¨®n de sus pol¨ªticas p¨²blicas, y a las cifras me remito. Quiz¨¢s si el Estado afrontara el cumplimiento de sus compromisos de inversi¨®n en Catalu?a o trabajara por un modelo adecuado de financiaci¨®n de la Generalitat nos evitar¨ªamos el g¨¦nero epistolar de los ministerios sobre las reglas de gasto poco ¡°saludables¡±.
David Elvira es economista i exdirector del Servei Catal¨¤ de la Salut
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