Mamporros y sof¨¢ de escay
'El Equipo A' era una serie que empezaba con un contrato y acababa con un buen plan. Todos los cap¨ªtulos eran racistas, machistas y pol¨ªticamente incorrectos
Mi televisi¨®n ¡ªde esas que hab¨ªa que levantarse para bajar el volumen o cambiar de canal¡ª vomitaba un himno repetitivo y grandilocuente que abr¨ªa paso a unos minutos de un nirvana pol¨ªticamente incorrecto, capitalista, yanqui, machista y un punto racista visto con ojos de agosto de 2019. Comenzaba una machacona y deliciosa retah¨ªla musical convertida en la ¨²nica v¨ªa de escape para aquel ni?o gordo ¡ªen pantal¨®n corto y torso desnudo¡ª que era yo mismo comiendo bocadillos de Nocilla mientras sudaba sentado en un sof¨¢ de escay granate. El espect¨¢culo acababa de comenzar: ¡°En 1972, un comando compuesto por cuatro de los mejores hombres del ej¨¦rcito americano fueron encarcelados por un delito que no hab¨ªan cometido. No tardaron en fugarse de la prisi¨®n en la que se encontraban recluidos. Hoy, buscados todav¨ªa por el gobierno, sobreviven como soldados de fortuna. Si tiene usted alg¨²n problema y se los encuentra, quiz¨¢ pueda contratarlos: El Equipo A¡±.
Hannibal Smith, el guaperas de F¨¦nix, el loco de Murdock o ¡ªmi preferido¡ª el bruto de M. A. Baracus consegu¨ªan que aquel ni?o gordo de Hospitalet que engull¨ªa a dos carrillos so?ara durante unos minutos con aventuras, inventos y, sobre todo, mamporros (ostias buenas) a diestro y siniestro. La historia siempre iba as¨ª: Alguien ten¨ªa un problema en un mundo maniqueo de buenos y malos. Normalmente, era una persona, familia¡ d¨¦bil que sufr¨ªa el acoso de matones, mafiosos o gente muy muy mala. El jefe del Equipo A, el coronel Hannibal Smith, aparec¨ªa disfrazado para visitar a las v¨ªctimas. Smith era una especie de Mortadelo americano que gracias a los disfraces y psicolog¨ªa propia de las tazas de Mr. Wonderful era capaz de determinar si alguien necesitaba la ayuda del equipo. Cuando lo ve¨ªa claro, al cabo de medio segundo, sonre¨ªa y anunciaba: ¡°Acaba usted de contratar al Equipo A¡±. F¨¦nix, capaz de derretir a cualquier f¨¦mina con media sonrisa (la serie ten¨ªa caspa machista a dedales) era el c¨®mplice ideal para ayudar a fugarse del manicomio al ¡°loco¡± (entonces se llamaba as¨ª) de Murdock, un experto piloto al que le faltaban varios hervores. Por ¨²ltimo, el conductor de la furgoneta del equipo (negra con una raya roja) M.A. Baracus, un fortach¨®n malhumorado de raza negra amante hasta el esperpento del oro, los collares y la bisuter¨ªa. En alg¨²n momento del cap¨ªtulo se las ingeniaban para drogar (s¨ª, drogar) a M. A. y aprovechar que estaba dormido para subirle en un avi¨®n, algo que le aterrorizaba. Cuando estaba a punto de acabarse el episodio, el Equipo A, por h o por b, se quedaba encerrado en un almac¨¦n o garaje. Eso s¨ª, siempre con las suficientes herramientas como para dise?ar un tanque casero y acabar con los mafiosos que acosaban a las v¨ªctimas que sol¨ªan ser indefensas familias de granjeros. F¨¦nix robaba un beso a chicas con cardados de pelo ochentero y hu¨ªan a toda prisa porque la Polic¨ªa Militar aparec¨ªa en escena persiguiendo a los pr¨®fugos. Hannibal mostraba un puro, lo encend¨ªa y mirando a c¨¢mara sonre¨ªa: ¡°Me encanta que los planes salgan bien¡±.
La primera vez que se vio en Espa?a El Equipo A fue en julio de 1985. Yo ten¨ªa ocho a?os. Lo emit¨ªan la tarde de los s¨¢bados para sustituir las aventuras de los visitantes de V. Aquel ni?o gordo (ten¨ªa m¨¢s de cuatro michelines) miraba la tele en aquel Hospitalet de Llobregat de mediados de los ochenta castigado por casi todo. Un ejemplar de finales del baby boom en un lugar repleto de iguales: hijos de inmigrantes ¡ªentonces a los que ven¨ªan de otras partes de Espa?a tambi¨¦n se les llamaba as¨ª¡ª en un municipio donde escuchar hablar catal¨¢n era una excentricidad y donde jugar en la calle sorteando jeringuillas era rutina. Una ¨¦poca gris con repuntes de felicidad.
Mi padre prefer¨ªa El Equipo A a V. Siempre que sonaba la sinton¨ªa destacaba: ¡°Son cap¨ªtulos completos, una aventura diferente cada s¨¢bado, no tienes que estar siguiendo la serie¡¡±. El hombre siempre ha tendido a la repetici¨®n. Un d¨ªa vino el marido de una de mis t¨ªas a casa. Se llamaba Sisco, era ¡°catal¨¢n, catal¨¢n¡±. Trabajaba como ATS, practicante o algo as¨ª. De alguna manera se hab¨ªa convertido en el intelectual de la familia. Comenz¨® el cap¨ªtulo e hizo una cr¨ªtica en voz alta: ¡°Es curioso, nunca muere nadie¡±. ?C¨®mo no me hab¨ªa dado cuenta antes? Aquel d¨ªa se me indigest¨® la Nocilla. Lo que ¨¦l nunca supo es que la mism¨ªsima Ana Obreg¨®n fue una de las malas a las que derrot¨®, siempre sin derrochar sangre, El Equipo A.
Cuatro de los mejores hombres
A?o de estreno y origen. En Estados Unidos en enero de 1983. En Espa?a en julio de 1985.
Actor / actriz protagonista. George Peppard, Dwight Schultz, Dirk Benedict y Mr. T.
Edad que ten¨ªas cuando la ve¨ªas y con qui¨¦n la ve¨ªas. Ocho a?os. La ve¨ªa normalmente con mis padres y mi hermana que tendr¨ªa dos a?os y hac¨ªa lo posible por molestar.
La mejor escena que recuerdas. Cualquiera con guantazos y saltos por los aires.
Qu¨¦ serie est¨¢s viendo ahora. Paquita Salas. Estoy totalmente enganchado.
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