En busca del catalanismo
El dilema es por qu¨¦ tipo de catalanismo se deciden: el que triunf¨® con el advenimiento de la democracia o el que fue construyendo poco a poco una naci¨®n para que en su momento reclamara la independencia
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En los ¨²ltimos meses han ido apareciendo varios grupos pol¨ªticos, formados principalmente por antiguos militantes de Converg¨¨ncia, de Uni¨® Democr¨¤tica y del PSC o independientes no adscritos, que pretenden ocupar un espacio electoral que consideran vac¨ªo: el de aquellos que se sienten catalanistas y no se reconocen en el actual separatismo de ERC, PDCat y la CUP.
Algo de raz¨®n tienen. Es indudable que algunas decenas de miles de catalanes son de esta opini¨®n, lo demuestra el resultado que alcanz¨® Uni¨® en sus ¨²ltimos estertores, alrededor de cien mil votos si no voy errado. Aunque insuficientes para obtener un esca?o no son pocos, con una menor participaci¨®n lo habr¨ªan obtenido.?
Muchos catalanes votantes hasta ahora de partidos independentistas se han sentido enga?ados por los partidos a quienes otorgaban su voto
Seguramente, estos grupos a favor de un nuevo partido catalanista tambi¨¦n esperan que aumenten sus adeptos tras los hechos de oto?o de 2017, el fracaso del golpe a la democracia, las responsabilidades penales exigidas, la extra?a bicefalia entre Puigdemont y Torra en la presidencia de la Generalitat, la sensaci¨®n creciente de que la autonom¨ªa catalana no est¨¢ siendo gobernada, la incertidumbre de la situaci¨®n pol¨ªtica y la degradaci¨®n de la seguridad p¨²blica. Adem¨¢s, si bien muchos lo tuvimos claro desde el principio, las promesas de los separatistas se han demostrado falsas y sin base alguna: Catalu?a no tiene derecho a la autodeterminaci¨®n, ni por las normas de derecho internacional (las ¨²nicas que lo regulan), ni por las de la Uni¨®n Europea y, menos a¨²n por el derecho espa?ol.?
Probablemente, muchos catalanes votantes hasta ahora de partidos independentistas se han dado cuenta, al fin, de todos estos errores, se han sentido enga?ados por los partidos a quienes otorgaban su voto, no piensan volver a votarlos y, sinti¨¦ndose catalanistas, desean que se constituya un partido que les represente. Por tanto, como ya he dicho, alguna raz¨®n tienen los grup¨²sculos que se reclaman del catalanismo y est¨¢n desilusionados con el rumbo emprendido por el PDCat, ERC y la CUP.?
Ahora bien, entre otros, tienen un grave problema por resolver: delimitar qu¨¦ es el catalanismo, este sentimiento que ellos sienten. En efecto, el catalanismo pol¨ªtico es un movimiento que comenz¨® a fines del siglo XIX con una extra?a mezcla: una ruptura de Almirall con el federalismo de Pi Margall, la incorporaci¨®n de un sector cat¨®lico discrepante con el carlismo, que encarn¨® el obispo Torras i Bages, y un movimiento conservador regeneracionista y proteccionista cuya figura principal fue Camb¨®. La s¨ªntesis te¨®rica de todo ello la efectu¨® Prat de la Riba con la inestimable ayuda de Duran i Ventosa.
El concepto de catalanismo que surgi¨® de esa mezcla era algo brumoso pero con dos ejes claros: primero, Catalu?a ten¨ªa una cultura diferenciada de la del resto de Espa?a por raz¨®n de lengua, lo cual la convert¨ªa en naci¨®n; segundo, para proteger esta cultura, esta naci¨®n, se necesitaban instrumento de poder propios no sometidos al poder central. En aquel entonces, los t¨¦rminos separatismo o independentismo no eran habituales aunque s¨ª lo era el t¨¦rmino confederal, muy distinto al federal y, en buena parte, equivalente a separatismo: se trataba de concebir a Espa?a como un conjunto de pueblos distintos y soberanos que pactaban una uni¨®n confederal. Por tanto, el catalanismo pol¨ªtico pod¨ªa tener dos consecuencias muy distintas: la autonom¨ªa pol¨ªtica dentro de un estado federal o la soberan¨ªa dentro de una confederaci¨®n.
En la Constituci¨®n de 1978 se opt¨® por lo primero y el Estatuto de 1979, no sin ambig¨¹edades, lo desarroll¨® en sentido auton¨®mico. Jordi Pujol opt¨® por acogerse a ello (peix al cove) para convertirlo en palanca (construcci¨® nacional) hacia lo segundo. El resultado ha sido que desde 2003, y especialmente, desde 2012, todos los nacionalistas rechazaron la autonom¨ªa por insuficiente y se tom¨® el camino de la soberan¨ªa, es decir, del separatismo y la independencia.
El dilema de quienes buscan una forma de catalanismo para acabar con la situaci¨®n actual es por qu¨¦ tipo de catalanismo se deciden: el que triunf¨® con el advenimiento de la democracia en 1978 (poder pol¨ªtico, oficialidad del catal¨¢n y competencias para la protecci¨®n de la cultura) o el que fue construyendo poco a poco una naci¨®n para que en su momento reclamara la independencia. Si es por el primero, todos los partidos catalanes (excepto los separatistas y Vox) son catalanistas; si es por el segundo (peix al cove y construcci¨® nacional) estamos otra vez en el pujolismo, de nuevo en la antesala del independentismo.
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