Mestizaje sin carcoma

No hay ahora mismo una banda valenciana con mayor poder de convocatoria que Zoo. Puede que en ello concurra una cierta ausencia de sana competencia ¨C es obvio que su parroquia ya no puede invocar a Aspencat, La Gossa Sorda u Obrint Pas en el reparto de preferencias, y los relevos de estos a¨²n est¨¢n en crecimiento ¨C pero el hecho de que est¨¦n agotando el papel no solo en Valencia sino tambi¨¦n en grandes recintos de Madrid, Santiago o Barcelona (sin olvidar sus giras por pa¨ªses como Jap¨®n) es una buena muestra de que son un proyecto m¨¢s que consolidado y en un tiempo r¨¦cord. Apenas cinco a?os que parecen un mundo, desde que su canci¨®n Estiu se convirti¨® en hito viral. El tradicional Concert de Benvinguda al curso universitario les ten¨ªa como principal reclamo, y no pudo ser m¨¢s eficaz: las siete mil entradas agotadas en tres d¨ªas, ya hace meses.

Maquinaria perfectamente engrasada sobre cualquier escenario, Zoo remiten a una f¨®rmula que funde compromiso sociopol¨ªtico con ritmos que casan con la nueva gram¨¢tica urbana. Tradici¨®n asumida en su uso de la secci¨®n de vientos (tromb¨®n y saxo con aroma a pasacalle o a desfile de moros y cristianos) y modernidad en la forma de vehicular su discurso, con el rap como eje verbalizador y la electr¨®nica de amplio espectro, el breakbeat, el dub, el dancehall y hasta el son cubano (ah¨ª estuvo la arrumbada Rituales de santer¨ªa) como condimentos de un men¨² diverso que solo ha necesitado dos ¨¢lbumes y algunos singles para cuajar. Formaci¨®n h¨ªbrida, con l¨ªnea del frente rock pero retaguardia con DJ a cargo de las bases en lugar de bater¨ªa. Mestizaje sin carcoma, aunando reivindicaci¨®n y tono festivo.

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La batedora r¨ªtmica de Zoo: vida efervescent m¨¦s enll¨¤ d¡¯Orxata

Obrint Pas anuncia un par¨®n ¡°indefinido¡±

?El elemento que unifica todo? Su condici¨®n de himnos, expuestos con un lenguaje sencillo pero contundente (combinando valenciano y, en menor medida, castellano), aligerado por la forma en que Toni S¨¢nchez ¡°Panxo¡± y Arnau Gim¨¦nez se alternan al micro. El p¨²blico que abarrotaba la plaza las core¨® con el mismo ¨¦nfasis que la banda. Y sin necesidad de grandes arengas porque sus textos ya lo dicen todo, si bien quisieron dedicar la tropical La mestra a su condici¨®n de hijos de la escuela p¨²blica y en valenciano.

La noche ten¨ªa mucho tambi¨¦n de fin de etapa, de ba?o de masas en el cap i casal antes del par¨®n indefinido que se van a dar para tomar aire tras un lustro de v¨¦rtigo, y se vio enriquecida por un plantel de colaboraciones puntuales. Entre ellas, la de Jazzwoman en Can?ons d¡¯ofrena (con ese contagioso desv¨ªo a terreno dubstep), quien ya hab¨ªa protagonizado el primer concierto del programa doble en similar sinton¨ªa: partiendo de la tradici¨®n hip hop para ir acerc¨¢ndose a sonoridades m¨¢s t¨®rridas, al dancehall y al reggaet¨®n, con Hien (Periferia Norte) secund¨¢ndola y Tesa echando una mano: ambas prueban ¨C junto a McKea o Albany ¨C que los g¨¦neros urbanos en Valencia piden paso con nombre de mujer