Palabras cargadas de futuro

Los muchos an¨¢lisis jur¨ªdicos sobre la sentencia que ha condenado a los l¨ªderes independentistas publicados en estos d¨ªas, en la prensa de ¨¢mbito estatal y catal¨¢n, que ofrecen visiones muy diferentes de la resoluci¨®n finalmente tomada por el Tribunal Supremo, coinciden en un punto. M¨¢s all¨¢ de si se considera correcta la aplicaci¨®n del delito de sedici¨®n, as¨ª como las penas que van asociadas a la sentencia, muchos entienden que las decisiones judiciales que se han tomado con respecto a Carme Forcadell parecen excesivas. B¨¢sicamente porque el mismo juicio se ha encargado de demostrar que ella no estuvo presente en muchas de las reuniones en las que se tomaron las decisiones que finalmente han llevado la fiscal¨ªa a querer sentar a los pol¨ªticos independentistas en el banquillo de los acusados. Esto podr¨ªa dar lugar a unas cuantas consideraciones en torno a las din¨¢micas de funcionamiento de las relaciones entre los dirigentes pol¨ªticos favorables a la independencia que protagonizaron los infaustos hechos de septiembre y del octubre de 2017. Y el retrato, me temo, no ser¨ªa nada halag¨¹e?o.

Carme Forcadell, la presidenta de la ANC que convirti¨® esa organizaci¨®n en harto poderosa (cuantitativa y cualitativamente) y la que en el momento m¨¢s ¨¢lgido (y tambi¨¦n menos comprometido y dif¨ªcil, todo sea dicho) del proc¨¦s exig¨ªa al president Mas que pusiera las urnas acept¨® formar parte de las listas de JuntsXS¨ª en 2015. Una vez ocupado su esca?o, fue encargada de presidir la c¨¢mara que ten¨ªa que proceder a la desconexi¨®n. Ahora mismo se encuentra presa en la c¨¢rcel de Mas Enric y tiene por delante un futuro dif¨ªcil. Seguramente mucha gente considere que su papel en los d¨ªas del 6 y 7 de septiembre hubiera podido y tenido que ser otro, m¨¢s cuidadoso con el respeto de los tr¨¢mites parlamentarios y los derechos de las minor¨ªas (tal y como recoge, por otra parte, una sentencia del Tribunal Constitucional). Y, sin embargo, en estos d¨ªas tan convulsos, resulta m¨¢s interesante dejar de mirar por el retrovisor y leer con atenci¨®n las recientes declaraciones que hizo hace pocos d¨ªas en una entrevista recogida por Catalunya R¨¤dio. Desde su posici¨®n personal, objetivamente complicada, dice c¨®mo m¨ªnimo tres cosas definitivamente importantes.

En primer lugar, dice textualmente: ¡°No llor¨¦ cuando recib¨ª la sentencia, llor¨¦ cuando vi las escenas de violencia en nuestras ciudades (¡­) Se tiene que condenar sin paliativos y r¨¢pidamente. La gente tiene el derecho a salir de casa sin que le quemen el coche o a llevar a sus hijos al colegio¡±. A diferencia de algunos que ahora ostentan responsabilidades institucionales en la Generalitat. se muestra segura, contundente: no hay espacio para la violencia en nuestra sociedad, por ninguna raz¨®n, se piense lo que se piense y ello se tiene que dejar claro r¨¢pidamente.

En segundo lugar, dice: ¡°No tuvimos empat¨ªa con la gente que no es independentista (¡­) hay mucha gente que no es independentista que defiende las libertades y los derechos¡±. Este mensaje resulta extremadamente importante porque rompe sin ambages aquella capitalizaci¨®n de la raz¨®n democr¨¢tica que ha funcionado en estos a?os como un formidable mecanismo de exclusi¨®n hacia todos aquellos que no han (o no hemos) compartido el proyecto independentista.

Y finalmente: ¡°Los presos y las presas no podemos ser el centro. No tenemos que ser excusa y tampoco moneda de cambio. Hay que mirar por el bien del pa¨ªs, de todo el pa¨ªs y de toda la gente que vive aqu¨ª. Esto ser¨¢ bueno para nosotras. Las emociones no ayudan a razonar bien¡±. Con estas palabras, a la vez que censura el uso que muchos (de un lado y de otro) han hecho de las personas presas y de sus dif¨ªciles condiciones en el regate pol¨ªtico corto, apela a ir m¨¢s all¨¢, para afrontar el conflicto de manera racional y teniendo como horizonte el bienestar de toda la ciudadan¨ªa.

Rechazo frontal a la violencia, reconocimiento del otro y empat¨ªa, oposici¨®n a la instrumentalizaci¨®n de los dirigentes presos para la vuelta a una pol¨ªtica que tenga en cuenta intereses, razones y emociones del conjunto de la ciudadan¨ªa del pa¨ªs.

Las palabras de la expresidenta del Parlament ¡ªm¨¢s all¨¢ de lo que se puede opinar de ella y de su trayectoria¡ª, constituyen ahora un compendio de sentido com¨²n en tiempos revueltos. Con el valor de formularse incluyendo una autocr¨ªtica valiente -quiz¨¢s la primera tan di¨¢fana- por parte de quien tuvo responsabilidades en la construcci¨®n narrativa del proceso independentista a partir de 2012 y particip¨® directamente en los hechos que culminaron ahora justo hace dos a?os. Palabras importantes, especialmente teniendo en cuenta de qui¨¦n y de d¨®nde vienen, en un momento en que la acusaci¨®n de traici¨®n est¨¢ al orden del d¨ªa. Palabras que seguramente puedan ayudar a curar heridas y recomponer lo mucho que se rompi¨®. Pero que no se malbaraten ancl¨¢ndolas en el pasado. Porque, por encima de todo, son palabras que a d¨ªa de hoy, est¨¢n cargadas de futuro.