La Polla Records, como dec¨ªamos ayer
El ¡®punk¡¯ guarro, imperfecto, acelerado y falt¨®n del grupo alav¨¦s mantuvo enhiesta su bandera en el primero de sus dos conciertos en el Sant Jordi
Escenario oscuro, a¨²n vac¨ªo. Las dos pantallas laterales, las m¨¢s grandes que ha llevado un grupo que como ellos seguro jam¨¢s las hab¨ªa usado antes, enmarcaban una cruz a la que iba lamiendo paulatinamente el fuego. Pocos m¨®viles en marcha, las cosas se ven con los ojos. ?El Ku Klux Klan? No, La Polla Records, que justo aparec¨ªan entonces vestidos de¡ bueno, de m¨²sicos que no se visten para actuar. Suena Salve, uno de los temas de su primer disco, el m¨¢s representado en el repertorio, y el Palau Sant Jordi de Barcelona bull¨® en la noche del viernes, en el primero de sus dos conciertos en la capital catalana tras una gira que les ha llevado por Valencia, Madrid y Bilbao. En comparaci¨®n, la marabunta es una bromita de tontolaba. Los cuerpos entrechocaban en las primeras filas como signo de alegr¨ªa, satisfacci¨®n y participaci¨®n. Todo muy f¨ªsico, y el l¨ªder de la banda, Evaristo P¨¢ramos, ferreter¨ªa en forma de pendientes colgando de sus orejas, comenz¨® a escupir al suelo. Daba saltos estimulado por un p¨²blico al que sus saltos estimulaban a¨²n m¨¢s. Llevaban ya la friolera de 16 a?os separados, pero casi todo parec¨ªa retrotraer a finales de los setenta, cuando el grupo nac¨ªa en la alavesa Salvatierra. ?C¨®mo es posible?
Punk guarro, imperfecto, acelerado y falt¨®n. Verdades, las suyas, las de quienes apenas tienen m¨¢s verdades que la desesperanza y el hast¨ªo, escupidas con la conciencia de estar dici¨¦ndolas sin ¨¢nimo proselitista, sin necesidad de que nadie las comparta, solo impulsadas por la misma rabia. No hay futuro, eso parece claro, y si lo hay, la verdad es que pinta mal. Y el no somos ni curas ni pol¨ªticos, no necesitamos que nos cre¨¢is, como subtexto de unas letras que son adoquinazos a la estilizaci¨®n. Y todo veloz, m¨¢s que eso del Internet que se invent¨® despu¨¦s del Tope bwana, una de las canciones de Salve ausentes del repertorio quiz¨¢s porque ¡°?Gozas negro? / Tope bwana¡± no se puede reconvertir en ¡°?Gozas subsahariano? / Por supuesto benefactor occidental¡±. Al grano, velocidad. En veinte minutos sonaron diez canciones y en hora y cuarenta y cinco minutos, nada menos que las 44 que acabaron formando el repertorio.
Escenas del concierto: el palco tomado por algunos aficionados bailando, uno de ellos sin camiseta. Lo nunca visto. Nadie os¨® echarlos. M¨¢s escenas: los breves descansos en aquel sprint de hora y cuarto no conduc¨ªan a la banda a camerinos, sino que solo la retiraban a la zona de atr¨¢s del escenario mientras sonaba alguna canci¨®n. Una de ellas, El conjunto, del propio grupo, una descre¨ªda imagen del negocio musical. Otra de Connie Francis, un Stupid Cupid de la que Evaristo dijo: ¡°Es, probablemente, la mejor canci¨®n de la noche¡±. Una escena m¨¢s: nada de lo que cay¨® en el escenario ¡ªchapas, banderas, pancartas¡ª qued¨® en el olvido, todo era recogido y exhibido en una muestra de respeto que no necesit¨® palabras. Las cosas se hacen, no se dicen.
Ha pasado mucho tiempo desde que el grupo irrumpi¨® en la escena all¨¢ en 1979, pero lo m¨¢s desesperanzador es que sus letras a¨²n tienen sentido, incluso cabe que m¨¢s que entonces. Porque ya son viejos, que sino igual les ca¨ªa una querella, cosa que en los a?os setenta, desde luego, no pasaba. Con una actitud apenas mellada por los a?os, un f¨ªsico que a sus casi sesenta a?os no impide a Evaristo vaciarse, La Polla Records ya no es un grupo de sonido contempor¨¢neo, ahora los j¨®venes se quejan diferente, pero la esencia de sus escupitajos se mantiene inc¨®lume. Y es que, como dec¨ªamos ayer...
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