Demasiada pompa para tan poca circunstancia
Un traslado discreto de los restos de Franco hubiera sido mucho m¨¢s apropiado, excepto que se quisiera utilizar el peque?o acontecimiento como propaganda electoral del partido en el Gobierno
Cuando a las ocho de la ma?ana del 20 de noviembre de 1975 mi amigo Ricardo P¨¦rdigo me telefone¨® para darme la buena noticia de la muerte de Franco no esperaba que su entierro iba a tener varias fases y que en 2019, 44 a?os despu¨¦s, todav¨ªa estar¨ªamos hablando de ello debido al traslado de sus restos mortales a otro cementerio. Ni por asomo pensaba eso.
Solo deseaba que Franco y su tiempo pasaran al desv¨¢n de la historia y Espa?a empezara una nueva fase, que su sistema pol¨ªtico se asemejara al de nuestros vecinos, ser como Francia, Italia o Alemania, y entr¨¢ramos como miembros de pleno derecho en la entonces denominada Comunidad Econ¨®mica Europea, hoy Uni¨®n Europea. Al cabo de 10 a?os, estos deseos se hab¨ªan cumplido. Un ¨¦xito, hab¨ªamos logrado lo que cre¨ªamos era un sue?o, algo que en momentos de desaliento parec¨ªa inalcanzable y que tardaba mucho en llegar.
Es por todo ello que el espect¨¢culo del traslado de los restos del dictador me ha parecido grotesco. Si me hubieran preguntado hace dos a?os d¨®nde estaba enterrado Franco hubiera tenido dudas: ?El Escorial? ?El Valle de los Ca¨ªdos? ?El cementerio de El Pardo, el que le correspond¨ªa por residencia? Ni idea, ni me importaba. Ten¨ªa la certeza de que muri¨®, lo que quedaba del franquismo tambi¨¦n, que poco despu¨¦s de su muerte hab¨ªamos cambiado de sistema pol¨ªtico y en pocos a?os nuestro pa¨ªs se hab¨ªa transformado profundamente para bien. Con eso me bastaba: Franco y el franquismo hab¨ªan pasado a la historia.
Desde luego hay una raz¨®n evidente para que su tumba no estuviera en el Valle de los Ca¨ªdos: por desgracia no muri¨® durante la Guerra Civil y debido a ella, sino que sobrevivi¨® durante muchos, demasiados, largos y lentos a?os, y al parecer en dicho paraje solo yacen los restos de las v¨ªctimas de la misma, sean del bando que sean. No fue un acierto enterrarlo all¨ª aunque comprendo que las circunstancias del momento no dejaran otra opci¨®n. El traslado estaba, pues, justificado.
La exhumaci¨®n no es, como se ha dicho, una cuenta pendiente de la Transici¨®n, ni tampoco ha mejorado la salud de nuestra democracia
Ahora bien, no lo estaba el boato, el ceremonial, ha sido demasiada pompa para tan poca circunstancia. Un traslado discreto hubiera sido, a mi parecer, mucho m¨¢s apropiado, excepto que se quisiera utilizar el peque?o acontecimiento como propaganda electoral del partido en el Gobierno. Si es as¨ª, creo que este objetivo no se ha logrado, as¨ª lo indican los sondeos y, m¨¢s importante todav¨ªa, se palpa en el ambiente: en general, pol¨ªticos y medios de comunicaci¨®n aparte, se ha procedido al traslado de cementerio ante la general indiferencia.
Dicho traslado no es, como se ha dicho, una grave y olvidada cuenta pendiente de la Transici¨®n, ni tampoco ha mejorado la salud de nuestra democracia. Los problemas de ¨¦sta son de un car¨¢cter muy distinto y ante manifestaciones de este g¨¦nero cabe la sospecha de que la nueva tumba de Franco intente ocultarlos: la partitocracia, el contagio del populismo en todos los partidos, la incomprensi¨®n de lo que significa el parlamentarismo, las dificultades en la separaci¨®n de poderes, los defectos del sistema electoral, el deficiente funcionamiento de ciertos aspectos del Estado de las autonom¨ªas. Estos, y algunos m¨¢s, son los problemas de nuestro sistema pol¨ªtico.
A los que debemos a?adir problemas de otro g¨¦nero, especialmente econ¨®micos y sociales, tales como el excesivo paro, la escasa productividad, la creciente desigualdad social, el imparable ascenso de la deuda p¨²blica, la ineficiencia del sistema educativo, la medidas medioambientales, la financiaci¨®n de las pensiones, entre otros. Es decir, los retos de fondo, los que debemos afrontar y no lo hacemos, entre otras cosas, por el mal funcionamiento del sistema pol¨ªtico. Afortunadamente formamos parte de la UE y no podemos saltarnos alegremente sus normas: act¨²a como nuestra red de seguridad y nos mantiene la confianza. Pero alerta, porque estamos en los l¨ªmites del riesgo y el contexto exterior empieza a ser incierto. Ante este panorama, el traslado de los restos de Franco da risa y da pena, no s¨¦ que es peor.
Hace m¨¢s de cien a?os, Joaqu¨ªn Costa utiliz¨® un lema para resumir su programa regeneracionista: ¡°Escuela, despensa y siete llaves al sepulcro de El Cid¡±. Con esto ¨²ltimo, con lo de El Cid, se refer¨ªa a crear falsos problemas con la historia pasada. El lema actual podr¨ªa ser muy parecido: ¡°Escuela, despensa y siete llaves al sepulcro de Franco¡±.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional y fundador de Ciudadanos.
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