Larga vida a las pinturas rom¨¢nicas arrancadas
El MNAC y las comarcas rurales celebran un siglo de esa pr¨¢ctica

En el verano de 1919, la calma de Mur, un peque?o pueblo del Pallars Juss¨¤, fue alterada por la llegada de un grupo de extra?os personajes: el marchante de arte norteamericano Ignasi Pollak y el equipo del restaurador italiano Franco Stefanoni, maestro de la t¨¦cnica del ¡°strappo¡± (tir¨®n en italiano), que hab¨ªa desarrollado para la salvaguardia del patrimonio italiano durante la I Guerra Mundial. Compraron el pantocr¨¢tor, lo arrancaron del ¨¢bside de Santa Mar¨ªa de Mur y lo transportaron a lomo de un burro a Barcelona, donde les esperaba el coleccionista Llu¨ªs Plandiura, que m¨¢s tarde lo llev¨® a Nueva York y en 1921 lo vendi¨® al museo de Bella Artes de Boston. Desde entonces lo exhibe como una de sus obras m¨¢s destacadas.
La historia del primer arrancamiento de pinturas murales rom¨¢nicas en Catalu?a fue recordada en el Museo Nacional d¡¯Art de Catalunya en la presentaci¨®n de los actos para conmemorar el centenario de aquel hecho, que marc¨® un punto de inflexi¨®n en la preservaci¨®n y la protecci¨®n del arte en las comarcas rurales. ¡°En aquel momento las pinturas rom¨¢nicas no se valoraban y a veces incluso se tapaban, porque daban miedo a los feligreses. El p¨¢rroco las vendi¨® por 7.500 pesetas, que utiliz¨® para el mantenimiento de la iglesias¡±, explic¨® Josep Mullol, alcalde de Mur y presidente del Consell Comarcal del Pallars Juss¨¤.
A la espera de reformar las salas del MNAC
El director del MNAC, Pepe Serra, aprovech¨® la presentaci¨®n de los actos de celebraci¨®n del primer arrancamiento de pinturas murales rom¨¢nicas para recordar que la reforma de las salas del Rom¨¢nico constituye la fase m¨¢s ambiciosa de la actualizaci¨®n de la colecci¨®n permanente.
¡°No se pueden mover los ¨¢bsides de sus estructuras, pero hay que revisar un relato que ha cambiado y ahora se debe construir de forma colectiva. Hay que subrayar el valor art¨ªstico de las piezas y tambi¨¦n hay que dar voz a los lugares y al contexto, desarrollando l¨ªneas de trabajo de doble direcci¨®n, explicando la geograf¨ªa, el edificio y el momento hist¨®rico, no solo la obra¡±, subray¨® para lamentar, una vez m¨¢s, la falta de espacio que condiciona ese proyecto. Esa intervenci¨®n se espera poder iniciarla antes de 2023, seg¨²n los planes del director del MNAC.
Cuando la Junta de Museos y el Instituto de Estudios Catalanes, que ya 1912 hab¨ªan mandado documentar las pinturas, se enteraron de la venta ya era demasiado tarde para impedirla y adem¨¢s no dispon¨ªan de los elementos legales para hacerlo. Sin embargo aquellos hechos hicieron saltar las alarmas y el cinco de diciembre de 1919 las instituciones pusieron en marcha una campa?a de salvamento, que parad¨®jicamente fue llevada a cabo por los mismos t¨¦cnicos italianos que hab¨ªan arrancado las pinturas de Mur.
La campa?a dur¨® hasta 1923, aunque hubo intervenciones espor¨¢dicas hasta 1978. Se cubr¨ªa el fresco con una tela y se pegaba con cola org¨¢nica, que al secar permit¨ªa arrancar la pel¨ªcula pict¨®rica, como si de un negativo se tratara y enrollarla para trasladarla al parque de la Ciudadela, al entonces Museo de Arte y Arqueolog¨ªa, donde se le aplicaba otra tela y se colocaba en un nuevo soporte. As¨ª llegaron al MNAC los ¨¢bsides que conforman su excepcional colecci¨®n, desde los de San Climent y Santa Mar¨ªa de Ta¨¹ll a San Joan de Bo¨ª o Santa Maria de Aneu.
¡°Al principio Josep Puig i Cadafalch, presidente de la Mancomunidad de Catalu?a, era partidario de mantener las obras en sus emplazamientos, como estaban haciendo en Francia, pero tras los hechos de Mur se dio cuenta que arrancarlas, pese a lo arriesgado de la intervenci¨®n, era la ¨²nica forma de salvarlas del expolio y el deterioro de los elementos¡±, precis¨® Jordi Camps, conservador jefe del ¨¢rea medieval del museo, recordando tambi¨¦n las campa?as de reproducciones que se encargaron a Josep Pijoan y Joan Vallhonrat, autor de la gran mayor¨ªa de copias.
Seg¨²n el director del MNAC, Pepe Serra, el centenario es una oportunidad para poner en valor las zonas de procedencia de las obras y su importancia patrimonial, arquitect¨®nica, hist¨®rica, art¨ªstica y paisaj¨ªstica. ¡°Aunque no ser¨ªa viable volver a colocar las obras in situ, visitar los lugares de origen permite percibir una atm¨®sfera distinta¡±, argument¨® Serra alabando las iniciativas para paliar la falta de los originales, como la reproducci¨®n fiel de las pinturas de Mur o la proyecci¨®n del pantocr¨¢tor de Sant Climent de Ta¨¹ll, el templo m¨¢s grande de la Vall de Bo¨ª.
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