Celia Cruz vive ahora en ?frica
La gran diva de Ben¨ªn Ang¨¦lique Kidjo rinde homenaje al mito musical cubano
Ang¨¦lique Kidjo es la gran diva actual de la m¨²sica africana. A sus 59 a?os, la beninesa no tiene ya nada que demostrar y puede permitirse cualquier capricho. Si el pasado a?o reivindic¨® la africanidad de Talking Heads y nos convenci¨® de que era cierto, ahora ha querido rendir homenaje a Celia Cruz y tambi¨¦n nos ha convencido de que Celia est¨¢ viva y muy viva en ?frica. Que una artista de Coton¨², Ben¨ªn, le cante a Celia podr¨ªa parecer una excentricidad pero, en realidad, es algo natural. En las d¨¦cadas centrales del pasado siglo la m¨²sica llegaba al ?frica occidental casi exclusivamente a trav¨¦s de la radio y toda proced¨ªa de emisoras caribe?as. En esa influencia de ida y vuelta, los esclavos africanos llevaron su ritmo a Am¨¦rica y all¨ª se convirti¨® en la salsa que regres¨® con fuerza a ?frica, provoc¨® el nacimiento de innumerables bandas salseras africanas y alcanz¨® su cenit con el hist¨®rico concierto de Fania All Stars en Zaire en 1974 y Celia se convirti¨® en una reina.
Ang¨¦lique Kidjo
Barcelona Jazz Festival
Sala Barts, 19 de noviembre de 2019
Y ahora Kidjo ha querido volverla a colocar en su trono. Y el pasado martes, en la Sala Barts,?Y el pasado martes, en la Sala Barts y en el marco del Barcelona Jazz Festival, como m¨ªnimo, lo consigui¨® con dos horas de ritmo imparable. Inici¨® el concierto marcando terreno a base de percusiones africanas, pero inmediatamente se col¨® la clave y apareci¨® Kidjo buceando en los inicios de Celia Cruz con el Baila Yemaya de la Sonora Matancera. Infeccioso. Seguir¨ªan, entre otras, Quimbara, Toro Mata, La vida es un carnaval y hasta la misma Bemba Color¨¢, un poco acelerada pero impactante. Qued¨® claro que a Celia le sienta bien el grito africano. ?Az¨²car!
Para romper una posible monoton¨ªa, Kidjo intercal¨® un par de temas de su disco anterior dedicado a las casetes de Talking Heads que o¨ªa de jovencita: Crosseyed and Painless y Once in a Lifetime. Y s¨ª: a David Byrne y sus colegas tambi¨¦n les cae de maravilla una buena ducha de ritmo africano. Kidjo, puro nervio, no par¨® quieta ni un segundo y contagi¨® a todo el mundo. Salt¨® del escenario para bailar entre el p¨²blico y, al final, llen¨® ese escenario de bailarines espont¨¢neos movi¨¦ndose, peor que mejor, al ritmo que marcaba un tambor parlante.A pesar de pasearse entre Cuba y Nueva York, Kidjo no dej¨® de lado sus ra¨ªces africanas y reivindicativas: una exuberante versi¨®n de su Afrika marc¨® la apoteosis que la lanz¨® entre los asistentes, que a su lado corearon el estribillo. Y casi al final una muy personal Pata Pata, tambi¨¦n acelerada, record¨® la inmensa figura de Miriam Makeba, la verdadera Mama Africa, rubricando una actuaci¨®n efervescente y contagiosa.
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