GuitarChello, canciones para la salud mental
Antonio Mart¨ªn y Fernando Curiel crean un d¨²o de c¨¢mara que adapta el rock, funciona como terapia musical y se presenta el s¨¢bado en el Reina Sof¨ªa
Helen Trebbau no sab¨ªa calibrar bien el tempo musical. Antonio Mart¨ªn, chelista y paciente suyo como psiquiatra, le aseguraba que la enfermedad que padec¨ªa y los tratamientos le hac¨ªan tocar m¨¢s lento. Ella quiso comprobarlo y le dijo que llevara su instrumento a la consulta: ¡°A m¨ª me sonaba perfecto. Yo no pod¨ªa juzgar el ritmo adecuado¡±, comenta la doctora. As¨ª que llam¨® a Fernando Curiel, su marido, guitarrista. ?l le propuso algo a lo que Mart¨ªn no estaba acostumbrado como miembro de la orquesta del Teatro Real: ¡°Improvisa¡±, le dijo. A partir de ah¨ª, desat¨® una liberaci¨®n dentro de s¨ª mismo, en busca de su voz propia. De paso, el gusto de tocar a d¨²o.
Y as¨ª es como surgi¨® su espl¨¦ndido GuitarChello: una formaci¨®n que adapta al terciopelo de sus cuerdas la fuerza del rock y el pop mediante una ceremonia de transformaci¨®n que conecta melod¨ªas con recuerdos y sensaciones muy poderosas. Tras dos a?os de actividad, se presentan este s¨¢bado en el auditorio del Museo Reina Sof¨ªa.
A Antonio Mart¨ªn le ha ayudado en su mejora y le ha abierto nuevos caminos como m¨²sico. ¡°Encontrar mi yo genuino, explorar, arriesgarnos a fusionar dos mundos tan diferentes como la m¨²sica cl¨¢sica frente al rock o al pop. Uno nunca sabe todo lo que puede dar hasta que no asume riesgos y se prueba a s¨ª mismo. De ah¨ª sale la verdadera autoconfianza e independencia¡±, comenta el chelista.?A Curiel, le ha proporcionado una v¨ªa insospechada de interpretaci¨®n curativa. ¡°La exploraci¨®n de la experiencia humana a trav¨¦s de la adaptaci¨®n de canciones que han dejado profundas huellas en las vidas de todos¡±, dice el guitarrista.
Aparte, GuitarChello es una muestra de virtuosismo y compenetraci¨®n. De libertad creativa y di¨¢logo. Un sonido que abre puertas interiores y comuniones colectivas, algo extra?o y a la vez delicado, ins¨®lito, que devuelve transformadas y a la vez cercanas canciones de Led Zeppelin o Nirvana, de Queen, Michael Jackon y The Beatles, Metallica o Man¨¢. En todos ellos, tanto Curiel, venezolano y Mart¨ªn, madrile?o, buscan otra dimensi¨®n: ¡°La trascendencia y el atractivo de la desnudez musical que despiden sus canciones¡±, afirma el primero. ¡°Es decir, presentar melod¨ªas ya muy queridas con la pureza de la falta de artificio, capaces de evocar una gran introspecci¨®n¡±.
El p¨²blico lo percibe como algo refrescante, creen los dos. ¡°En parte porque contrasta con las producciones modernas. Muchas de ellas disfrazan lo esencial con arreglos elaborados y sonidos sint¨¦ticos. El sentimiento humano ¨Ctal como la desnudez f¨ªsica¨C es atemporal, la ropa es la que pasa de moda¡±, cree Curiel. No as¨ª, unas buenas notas que bien conjugadas adquieren el don de lo eterno. A al menos de lo intemporal, que es esa liga donde juegan los cl¨¢sicos.
De aquellas sesiones de terapia, surgi¨® casi un m¨¦todo en el que Helen Trebbau va afianzando mucha fe. ¡°Al ver la conexi¨®n musical inmediata entre ellos dos, me atrev¨ª a incorporar a Fernando de forma regular en sesiones con Antonio¡±, cuenta la psiquiatra. De ah¨ª surgi¨®, primero un v¨ªnculo terap¨¦utico. Despu¨¦s, musical. ¡°As¨ª, Antonio pod¨ªa experimentar con su chelo de otra manera y no con la rigidez ocasionada por su inseguridad en aquella etapa. Hab¨ªa que recuperar su confianza y motivaci¨®n a trav¨¦s de un nuevo est¨ªmulo¡±.
La clave, para empezar, fue aquella propuesta de improvisar. Algo que a Antonio nunca se le hab¨ªa ocurrido desde su esfera cl¨¢sica. ¡°As¨ª, la neuroplasticidad en su cerebro se volvi¨® exponencial. Y desde all¨ª todo camin¨® solo¡±, afirma Trebbau. Empezaron a probar canciones. Rock, pop y baladas. Constru¨ªan los arreglos desde cero, entre ambos. ¡°Lo hicieron en un contexto de confianza, espontaneidad, risas, respeto y admiraci¨®n mutua. Eso es Salud Mental¡±.
Y contagiosa, como recuerda Antonio Mart¨ªn: ¡°Nunca se me olvidar¨¢ lo que nos dijo una persona cuando tocamos en Miami hace unos meses. Durante el concierto, seg¨²n ¨¦l, le hab¨ªamos conectado con diferentes momentos de su vida, con im¨¢genes de sus recuerdos, con viajes, experiencias. Sinti¨®, nos dijo, que hab¨ªa hecho las paces consigo mismo¡±.
Los conciertos en salas musicales son s¨®lo una parte de su actividad. Otra planea por centros de salud y hospitales. ¡°Cuando vamos a compartir la experiencia con pacientes ingresados, envueltos en sus mayores miedos y creyendo que ya no valen nada porque han tenido un problema psiqui¨¢trico y se han convertido en locos para la sociedad, nos enfocamos en desmontar ese estigma y compartir la historia de Antonio a trav¨¦s de la m¨²sica¡±, afirma Trebbau.
Con ello, no solo obtienen beneficios conocidos dentro de la musicoterapia. ¡°Tambi¨¦n comparten experiencias con alguien que padeci¨® cosas parecidas, comentan sus miedos comunes. Pasan de estigma a carisma, a mi modo de ver y comprueban que ese episodio de su biograf¨ªa les sirve para expandir su potencial¡±, asegura la doctora. Un potencial que en la caja de resonancia de esas canciones puede obrar aut¨¦nticas y saludables metamorfosis.
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